Tribunales

El parricida de Alcalá queda en libertad "feliz y deseando reconstruir su vida"

  • El joven que mató a su padre el 1 de enero tras una discusión abandonó la cárcel de Sevilla II tras pagar la fianza.

El joven que el pasado 1 de enero mató a su padre, tras una discusión porque la víctima disparó al aire contra quienes celebraban el Año Nuevo con cohetes, ha quedado hoy viernes en libertad bajo fianza y se siente "feliz y deseando tomarse unos días para reconstruir su vida", según ha dicho a Efe su abogado.

El acusado A.D.P., de 27 años, ha salido minutos después de las 14 horas de la cárcel Sevilla-II, tras pasar menos de un mes encarcelado y tras depositar la fianza de 12.000 euros que le ha impuesto la juez.

Su abogado, Manuel Salinero, ha dicho a Efe que la libertad condicional ha contado con el apoyo de la Fiscalía sevillana y se ha producido tras recibir el informe definitivo de la autopsia, que ha confirmado que "la secuencia de los hechos fue como relata el acusado" y que, según la juez, "se infiere razonablemente que concurre la eximente de legítima defensa".

El parricidio ocurrió hacia las 5 de la madrugada del 1 de enero en una urbanización de Alcalá de Guadaira, cuando la víctima, A.D.G., de 57 años, que estaba de baja laboral en su trabajo de maestro por depresión, comenzó a disparar al aire cuando varias personas tiraban cohetes en la calle.

Según Salinero, la libertad ha sido posible después de que la madre, la hermana y la novia del acusado declararan como testigos y coincidieran en que el acusado actuó "en defensa propia y de su familia" y que siempre "trató de apaciguar la situación" de violencia creada por el luego fallecido.

Ha añadido que dos nuevos testigos, otra hija del matrimonio y una hermana del fallecido, declararon en días pasados que el acusado "planteaba situaciones de extrema violencia" y que en los últimos cinco o seis meses se había dedicado a comprar escopetas, rifles y cuchillos, además de haber suspendido su medicación contra la depresión.

La noche de la muerte, según Salinero, el luego fallecido sacó dos escopetas y una navaja, y finalmente falleció de dos disparos efectuados por su hijo con una de esas escopetas y de tres heridas por arma blanca, dos en el tórax y una en el cuello, producidas con un cuchillo que el procesado tomó de la cocina.

El presunto parricida, que ha pasado menos de un mes en prisión puesto que ingresó el 2 de enero, se encuentra "feliz" y ahora "va a tomarse unos días para reconstruir su vida", según su abogado.

Salinero ha afirmado a Efe que el imputado es un brillante ingeniero químico, que pertenece a la primera promoción de esta especialidad en la Universidad de Sevilla y trabajaba en una empresa de Tarragona, que ha aportado al juzgado un informe sobre su buena trayectoria profesional.

El letrado desconoce si el joven regresará ahora a Tarragona o se quedará en la sede que su empresa posee en Andalucía.

La víctima sufría una enfermedad mental maníaco-depresiva y estaba en tratamiento, según confirmó el pasado miércoles a la juez instructora un psiquiatra que declaró como testigo.

Los testigos declararon que la víctima se puso muy nervioso al oír los petardos que hacían estallar en la calle las personas que celebraban el Año Nuevo, por lo que salió a la calle disparando al aire con una escopeta para amedrentarlas.

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