El Consejo de Gobierno dio ayer el visto bueno al Acuerdo Andaluz por el Agua que tiene, como uno de sus objetivos, acabar con las disparidades que se dan en la factura del agua entre las distintas ciudades. Objetivo difícil teniendo en cuenta que actualmente las diferencias entre las ocho capitales llegan hasta el 54% -con Córdoba como la más cara y Jaén la más barata- según el estudio que recientemente elaboró la organización de consumidores Facua.

La consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, aseguró ayer tras la reunión del Ejecutivo andaluz, en un ejercicio de cuadratura del círculo, que el nuevo modelo de facturación del agua que prevé el Acuerdo no tendrá que suponer una aumento de la factura, aunque equiparará los precios en toda la comunidad. "Lo que buscamos es la igualdad en lo que pagan todos los ciudadanos", insistió Castillo.

La solución al precio que tendrá finalmente el agua en Andalucía llegará en los próximos meses con el desarrollo de la Ley de Gestión Integral del Agua, que debe llegar al Parlamento en primavera, y con la creación de un Observatorio al que se le encomendará la misión de aclarar cuánto se paga hoy por metro cúbico de agua en cada municipio andaluz. A partir de ahí, según indicó Castillo, se propondrá un precio homogéneo para toda Andalucía basado en un sistema progresivo en el que se penalizará el consumo excesivo.

"Las tarifas y cánones se establecerán proporcionales al consumo e incentivarán la eficiencia y el uso racional", dice el acuerdo que aprobó ayer el Gobierno. Este texto obtuvo hace un mes el visto bueno del Consejo Andaluz del Agua, donde participan todos los agentes sociales implicados en la gestión de este recurso.

Actualmente, y según el estudio de Facua basado en los precios vigentes el pasado diciembre, en un hogar cordobés se pagan diez euros más que un jiennense por consumir diez metros cúbicos. Si el consumo es de 20 metros cúbicos, la diferencia entre una ciudad y otra es de 13,38 euros. Son los dos extremos del precio del agua en Andalucía en las capitales, pero hay que tener en cuenta que son las grandes ciudades las que han hecho un mayor esfuerzo en los últimos años para adaptar la factura al principio de recuperación de costes que establece la UE. Mientras, en las pequeñas poblaciones se mantiene el llamado precio político del agua, muy por debajo de lo que supone realmente para las empresas municipales ofrecer este servicio. Estas pequeñas poblaciones son las que, además, requerirán una mayor inversión en los próximos años ya que presentan el mayor déficit en las infraestructuras.