La Audiencia de Granada ha trasladado al Arzobispado de Granada que no tiene "nada que objetar" a que se reactive la investigación interna que en su momento emprendió la Iglesia Católica a raíz de que el joven Daniel acusara al padre Román M.V.C. de haber abusado sexualmente de él cuando era menor de edad, un procedimiento judicial del que el sacerdote salió absuelto. El denunciante ha recurrido la sentencia al Tribunal Supremo.

El letrado del Arzobispado, personado como responsable civil subsidiario en el conocido como caso Romanones, presentó un escrito pidiendo a la Sección Segunda de la Audiencia Provincial que le confirmara si, una vez concluido el proceso penal, puede continuar con el proceso canónico que el Juzgado de Instrucción 4 de Granada solicitó paralizar en noviembre de 2014 en un auto en el que también declaraba secretas las actuaciones.

El Arzobispado preguntó al tribunal si puede continuar con el proceso interno

El letrado del Arzobispado entendía que "carece de justificación la suspensión de actividades internas, conforme a la propia normativa de la Iglesia Católica" y solicitaba a la Audiencia que le confirmara este extremo. La Sala le respondó que no tiene nada que objetar por cuanto la orden de suspensión de la investigación interna de la Iglesia "se realizó por no perjudicar el secreto acordado y a la investigación judicial en curso". El tribunal entiende que la orden de suspensión del proceso canónico cesó cuando se levantó el secreto de sumario, por lo que desde entonces hay vía libre para continuar con el proceso interno en torno al padre Román.

Cuando el arzobispo de Granada, Javier Martínez, declaró como testigo en el juicio del caso Romanones afirmó que "jamás" se le había trasladado "la más mínima sospecha de una conducta sexual inapropiada" del padre Román. El prelado afirmó que tras tener conocimiento de la denuncia por abusos se puso a disposición del denunciante.