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Campañas electorales sin besos ni abrazos

  • En próximas elecciones veremos cambios significativos y situaciones en las que se hará imprescindible la responsabilidad y el compromiso de los partidos políticos y de los candidatos

Campañas electorales sin besos ni abrazos

Campañas electorales sin besos ni abrazos

Con 65 años, Jean-Luc Mélenchon, de Francia Insumisa, era el más veterano de los candidatos de las elecciones presidenciales francesas de 2017 que dieron la victoria a Emmanuel Macron. Este histórico socialista fue, sin duda, el más innovador en sus puestas en escena. Su holograma abrió la campaña electoral en París mientras él hacía lo propio en Lyon, y la cerró en ocho ciudades a la vez. ¿Era simplemente un golpe de efecto o estaba siendo Mélenchon un adelantado a su época? Como tantas otras cosas, las campañas electorales también van a cambiar como consecuencia de la pandemia y lo principal, que es el contacto y el roce, va a tener que ser inevitablemente sustituido por otros recursos para conseguir el voto.

El calendario electoral en todo el mundo se ha visto afectado por la crisis de la Covid-19. Algunas citas se suspendieron o aplazaron; otras llegaron celebrarse, como la primera vuelta de las municipales francesas con el resultado de un descenso de la participación en 20 puntos a pesar de los mensajes tranquilizadores de las autoridades y de las medidas sanitarias durante la jornada electoral.

Pero a medida que el rigor de la crisis va pasando, el sistema empieza reactivarse y se va configurando un panorama electoral con citas ya convocadas o a la vista, como las elecciones gallegas y vascas para el 12 de julio, las presidenciales de Nueva Zelanda en septiembre y las de Estados Unidos en noviembre.

Toda elección conlleva una campaña y una jornada electoral, y sin duda veremos cambios significativos y situaciones en las que se hace imprescindible la responsabilidad y el compromiso de los partidos políticos y de los candidatos. Las autoridades tienen ante sí un desafío en la organización y el desarrollo para que todo el proceso se lleve a cabo con las máximas garantías sanitarias. Emerge de nuevo el debate sobre el voto electrónico y sobrevuela el peligro de la abstención, ya que el miedo al contagio podría afectar a la participación electoral.

Las campañas electorales son esos periodos previos a las elecciones que se caracterizan por humanizar a los candidatos al máximo para persuadir a los votantes. Los vemos en plazas y mercados repartiendo abrazos y besando a niños, buscando el contacto, en definitiva.

Según el experto en temas de antropología cultural y neuromarketing, Jürgen Klaric, las acciones más eficaces de los candidatos en campaña consisten en “tocar a las personas, comer con la gente y bailar” porque estas acciones provocan un altísimo impacto en el cerebro de los electores. “Cuando el político toca a una persona, se activa el sistema límbico (emocional) y tiene el triple de posibilidades de fidelizar a ese votante que si no lo toca”, afirma.

En una entrevista en el canal de podcast Tú también comunicas, de Juan Vizuete, el experto Xavier Peytibi afirma que, en campaña, “lo que más memorabilidad y buena percepción genera es tocar a la gente”. Ese contacto ahora no va a ser posible, lo que en ningún caso significa, en opinión de Peytibi, renunciar a relaciones y a conocer a personas. “El candidato que antes entienda que tiene que seguir haciendo cosas y relacionarse por otros métodos, antes empezará a hacer campaña”.

Quizás, y aprovechando el buen tiempo, pueda realizarse algún acto al aire libre o paseos electorales, pero el contacto va a ser mucho más complicado. Para remediar el distanciamiento, Peytibi recomienda las llamadas telefónicas y las videollamadas. Y propone una cantidad: diez al día.

Otro recurso para estar presente en campaña son las redes sociales, con una actualización permanente y con diferentes formatos, al estilo Andrew Cuomo y Boris Johnson. “El secreto para generar interés es cambiar constantemente de contenido y publicar buenas noticias. Está demostrado que aumenta la visibilidad y las comparticiones”, asegura Peytibi.

Otras dos propuestas de este experto para conseguir “memorabilidad” en estas nuevas campañas son organizar encuentros temáticos con sectores, donde el candidato no es el protagonista, sino que los convoca para “escuchar y aprender” y, en ausencia de convocatorias de prensa, seguir teniendo presencia en los medios de comunicación mediante otros recursos, como entrevistas, declaraciones, notas de prensa, etc.

Pequeño formato

De momento, las demostraciones de fuerza y de unidad mediante grandes actos electorales tendrán que esperar. En caso de celebrarse, serán actos de pequeño formato, con escenografía austeras y pensados para ser retransmitidos. Ante tanta limitación de recursos, todo el interés y la atención recae ahora en el candidato y en su discurso. “La escenografía sirve para apoyar los mensajes, pero a veces es tan espectacular que distrae. Ahora tendrán que centrarse en la persona y su discurso. Será interesante ver cómo lo hacen”, afirma la experta en protocolo Diana Rubio.

En campaña está prohibido entregar folletos, merchandising o rosas, así como el contacto personal, los besos y abrazos entre candidatos y simpatizantes. El gobierno vasco ha establecido unas medidas sanitarias para evitar contagios entre los votantes y miembros de las mesas electorales. En la jornada de votación, está prohibido el contacto dentro de los colegios, incluidos apretones de mano y los típicos corrillos. Es obligatorio ir a votar con mascarilla, aunque algún miembro de la mesa podría pedir al votante que se la quite momentáneamente para poder identificarlo. Tampoco es necesario que los integrantes de la mesa toquen el DNI o los sobres de votación, ya que bastará con exhibir la documentación en lugar de entregarla y los votantes introducirán ellos mismos su voto en las urnas.

Distancia de seguridad en las colas y entre las mesas, cabinas sin cortinas, geles hidroalcohólicos en los colegios y papeleras para depositar guantes, mascarillas, pañuelos y cualquier otro material desechable serán también escenas normales en las elecciones que se celebren en los próximos meses.

Muchos de estos cambios serán incorporados de manera permanente a las campañas del futuro. Aprovecharemos las nuevas herramientas y canales de comunicación que la pandemia ha obligado a desarrollar, pero como afirma Xavier Peytibi, “las campañas de tierra no van a desaparecer porque son las que más impacto y persuasión generan”.

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