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Consuelo Rumí | secretaria de estado de migraciones

"Europa necesita una gran revolución mental y mirar a su pasado"

  • La socialista destaca que la política migratoria “no puede ser solo de fronteras y control”, sino también “humanitaria”

La entrevista se celebra al mismo tiempo que Pedro Sánchez, tras el violento asalto de 600 personas a la valla fronteriza de Ceuta, anuncia la creación de un mando único para dirigir las operaciones en materia de seguridad en el ámbito de la inmigración. Rumí (Almería, 1957) juega en otro terreno, en el social. Su departamento ha dejado de estar en el organigrama del Ministerio del Interior y ha pasado al del Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Con Rodríguez Zapatero tuvo su bautizo en el mismo puesto. Ahora le llega la confirmación.

-Estamos en un momento crítico. En lo que llevamos de 2018 ya han cruzado el Estrecho ilegalmente el mismo número de personas que el año pasado.

-Estamos en una situación diferente a la de otros momentos. En 2004, por ejemplo, tuvimos que hacer la normalización de medio millón de extranjeros que trabajaban en España pero que residían de forma irregular. Ese proceso, en el que contamos con el respaldo de los agentes sociales, dio buenos resultados. Era una época en la que España necesitaba muchos trabajadores y en la que había trabajos que los españoles no querían desarrollar.

-De los 19 millones de cotizantes a la Seguridad Social, casi dos son ciudadanos extranjeros.

-Muchas de esas personas regularizaron su situación en ese proceso y han contribuido con su esfuerzo al mantenimiento del sistema de pensiones. Entonces, por cierto, tuvimos la oposición del PP.

-También afrontaron la crisis de los cayucos.

-Eso fue en 2006. Las migraciones son dinámicas: cambian las rutas y la situación de las personas que vienen. Aquella fue una crisis con origen en el Sahel, en el África subsahariana, y nos pusimos como objetivo trabajar en África para controlar esos movimientos. También lo conseguimos. La experiencia nos dice que es mucho más rentable económica y humanamente invertir en los países de origen y en canales que permitan que la inmigración se produzca por vías legales a invertir en seguridad y control de fronteras.

-¿Se ha alterado ese orden de prioridades?

-Se ha dado la espalda a la cooperación con África.

-¿Por parte de España, de la UE?

-España dejó de mirar a África y eso ha tenido las consecuencias previsibles que ha tenido. Desde 2013 se viene registrando un alza del número de personas que entran en España de forma irregular. Y hoy tenemos una nueva situación, que son los demandantes de asilo.

-El perfil del inmigrante ha cambiado.

-Hoy tenemos a muchas personas que huyen de la guerra y de situaciones por las que son perseguidas en sus países. A 30 de junio de este año, son 26.058 las demandas de personas que piden el estatuto de refugiado, mientras que el año pasado fueron casi 32.000 y unas 15.000 en 2016.

-¿Se les está concediendo asilo?

-Ese es uno de los problemas con los que nos hemos encontrado, con retrasos de más de dos años en las resoluciones de las solicitudes de asilo, cuando el plazo debe ser de seis meses. Hemos puesto en marcha un plan para que se agilicen todas esas demandas. Si alguien logra el estatuto de refugiado, logra la residencia y puede buscar trabajo; el que no, sale del sistema.

-¿Y qué ocurre con esa persona fuera del sistema?

-Depende. Puede ser objeto de protección, puede recibir un permiso de estancia temporal por circunstancias excepcionales… En mes y medio hemos puesto en marcha muchas situaciones que deberían haber estado previstas.

-La presión migratoria va a continuar.

-Sí, sin duda, por una razón muy sencilla: se ha desplazado la ruta de entrada a Europa desde el Mediterráneo oriental hasta el occidental. Tenemos que ser conscientes de ello y de que tenemos que aumentar la colaboración con los países de los que vienen. En nuestro caso, de Marruecos.

-Desde el PP y Ciudadanos se critica al Gobierno por lanzar mensajes poco contundentes respecto al control de la inmigración y de provocar un efecto llamada.

-Cuando escucho algunas de esas afirmaciones solo puedo calificarlas de irresponsables. Demuestran su desconocimiento de la realidad y dejan al descubierto la estrategia del anterior Gobierno de mirar hacia otro lado. El presidente Sánchez ha lanzado a Europa un gesto de solidaridad al aceptar que el Aquarius viniese aquí. Y el proceso de acogida de esas personas se ha hecho de manera ejemplar en un plazo de pocos días, como así lo reconoce la UE y, en concreto, Francia, que ha recibido a un número muy importante de las personas que iban en el barco. Quienes rechazaron el Aquarius deberían escuchar al papa Francisco.

-¿A qué se refiere con que el PP miró hacia otro lado?

-Mire, además de minar la política de cooperación internacional, el Gobierno anterior incumplió el compromiso de acoger a unas 19.000 personas refugiadas de Siria. No llegó ni a 2.000 en una situación de emergencia como la de ese país…

-La encuesta del CIS conocida esta semana indica un alza de la preocupación por la inmigración, del 3 al 8% de la población.

-Es que si usted me pregunta en la calle si me preocupa la inmigración, le voy a decir que sí. A la gente le preocupa que se gestione adecuadamente, pero no hay una alarma social. La población extranjera en España representa el 8,8% del total y la de los afincados, del 2,4% en un país de 47 millones de habitantes. La inmigración es una oportunidad si está bien gestionada, no un problema. Me preocupan los mensajes xenófobos y muchas mentiras que circulan.

-Es también una cuestión de impacto visual. Usted me hablaba del Aquarius, con 600 personas a bordo, pero al Campo de Gibraltar han llegado cada día en las últimas semanas cifras similares o incluso bastante superiores.

-Efectivamente, hay un cambio de tendencia motivado por las nuevas rutas, el buen tiempo que favorece la navegación de las embarcaciones que traen a los inmigrantes y la situación tan delicada que vive Marruecos, un país de tránsito, de destino y de origen. Evidentemente necesita medios y, sin duda, hay que recuperar las relaciones que tuvimos con él. El Gobierno no va rehuir de sus obligaciones.

-El Gobierno español se ha visto desbordado. Los pabellones de deportes municipales se han convertido el albergues improvisados y los barcos de Salvamento no han podido durante varios días salir del puerto porque no había lugar donde llevar a las personas rescatadas el día anterior.

-La situación ha sido muy compleja y ha habido una evidente falta de previsión por parte del anterior Gobierno. En el último mes y medio hemos reforzado la colaboración con la Cruz Roja y las ONG, hemos habilitado un centro policial en Crinavis, en San Roque, para atender adecuadamente en primera instancia a las personas que llegan porque los módulos que había en las comisarías eran lamentables, y hemos abierto el Caed (Centro de Acogida, Emergencia y Derivación) de Campano, en Chiclana, con 700 plazas, con la intención de abrir otro más. En unos primeros momentos tuvimos que acudir a polideportivos, pero ya están prácticamente desocupados. Todo eso forma parte de un plan aprobado este jueves por valor de 30 millones de euros, más unos 3 millones empleados para mejorar los módulos policiales. Además de eso, va a haber un plan de refuerzo de la oficina de asilo y refugio a partir del 1 de septiembre.

-¿Ha contado España con ayuda de la UE para ello?

-Todo lo que hemos puesto en marcha ha sido con fondos propios. El presidente del Gobierno ha trasladado desde un primer momento a la UE que la política migratoria no puede ser solo una política de fronteras, de seguridad y de control, sino que tiene que tener en cuenta otros muchos factores, también desde un punto de vista humanitario. Debe haber control de fronteras, lucha contra la inmigración irregular, mejorar los canales para la inmigración, trabajar en la integración social de los inmigrantes y mejorar la cooperación entre los países de origen. La UE ya ha aprobado la concesión de 30 millones de euros para España y de 55 millones para Marruecos y Túnez.

-Más allá de estas medidas de emergencia, ¿cuenta España con el compromiso de Europa?

-Estamos trabajando para que eso sea así, eso es lo que me anima día a día.

-Entiendo que con Francia y Alemania hay una complicidad especial.

-Con esos países que usted cita, sí.

-Con Italia y Austria es distinto.

-Ehh… Usted vio cómo el presidente Sánchez y Macron se reunieron y cómo trabajan en una misma línea, al igual que con Merkel. La Europa que dejamos en 2010 cuando el PSOE estaba en el Gobierno estaba ultimando un gran pacto para la acogida y el asilo de los inmigrantes y esta Europa que hay hoy en día no tiene nada que ver con aquella. Europa necesita una gran revolución mental y echar una mirada a su pasado. Me cuesta entender que países que han sufrido discriminación, racismo y xenofobia no entiendan ahora lo que está pasando en otros países.

-¿Y si empezamos por casa, con un gran pacto de Estado entre los principales partidos españoles?

-Ojalá pudiéramos. A ver si algunos se tranquilizan y reflexionan. Este un tema demasiado complejo y delicado como para usarlo con fines electoralistas.

-Volviendo a Marruecos, su Gobierno ya ha dicho que la ayuda prometida es insuficiente.

-El comisario de la UE ha dicho que vamos a seguir trabajando.

-¿Tiene el Gobierno la sensación de que Marruecos ha relajado la vigilancia de sus fronteras para dar un toque de atención a Europa sobre esas necesidades? En el asalto a la valla de Ceuta, las asociaciones de guardias civiles apuntan a que la Gendarmería marroquí miró hacia otro lado.

-Y también he escuchado que contuvo a más de 200 personas… El Gobierno tiene muy clara la lucha contra las mafias y la inmigración irregular, al mismo tiempo que el tratamiento humanitario a las personas que vienen, que no son delincuentes. Ahora bien, lo del asalto a la valla es un capítulo aparte.

-Por la violencia empleada.

-Así no, ese es el mensaje. Fue el asalto a una frontera y, además, con violencia. Nuestros agentes fueron agredidos y ese no es el camino.

-Cada vez hay más marroquíes que tratan de llegar a España ilegalmente.

-Es cierto. Marruecos tiene una situación muy difícil. Ha regularizado a más de 30.000 personas y está haciendo esfuerzos por controlar sus fronteras.

-Usted citaba el caso de Jerez, pero son otros muchos ayuntamientos los que también han colaborado y colaboran en la atención a los migrantes, pero lo están haciendo a pulmón: comida, limpieza y mantenimiento de las instalaciones corre de su cuenta. Y son miles de euros.

-Los ayuntamientos van a tener el apoyo que el PP les quitó al acabar con el fondo para la integración, un instrumento importantísimo que fue creado en 2004 con el Gobierno de Zapatero.

-¿E iba destinado a los ayuntamientos?

-A los ayuntamientos y a las comunidades autónomas para gestionar la llegada de las personas que llegaban y su integración. En los presupuestos del 2019 ese fondo volverá a aparecer.

-Si salen adelante. ¿Va a haber antes de final de año alguna medida de apoyo a los ayuntamientos por parte del Gobierno?

-No tenemos capacidad en estos momentos, pero las comunidades autónomas sí pueden hacerlo. A partir del año que viene sí, cuando esperamos tener presupuestos. De momento, desde el Gobierno lo que sí hemos hecho ha sido desbloquear la posibilidad de que los ayuntamientos puedan utilizar su superávit para este tema.

-En la última cumbre de la UE se acordó la creación de centros de acogida, tanto en Europa como en los países del norte de África.

-Es una idea en la que estamos trabajando. En África se trataría de las llamadas plataformas de acogida y en Europa, de centros controlados. En España tenemos experiencia en ese terreno con los CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes), pero cuando hablamos de centros controlados nos referimos a saber quiénes están allí internos, por seguridad y control social, aunque no serían personas privadas de libertad.

-Luego no serían como los CIE.

-Los CIE son centros cerrados donde hay personas pendientes de expulsión, es distinto.

-Los sindicatos policiales se quejan de que les falta el apoyo del Gobierno.

-Pues yo lo hago todos los días y soy Gobierno. Trabajo con la Policía y la Guardia Civil y les reconozco el trabajo que realizan todos los días. Y me emociona el trabajo que desarrollan en operaciones de rescate de personas.

-¿Sabe que hay agentes que han comprado con su dinero cepillos de dientes y otros productos de higiene personal a los migrantes que han llegado?

-Y también familias que han ido a los pabellones a llevar comida. Es verdad que hubo situaciones de emergencia que fueron atendidas por muchas personas de forma desinteresada. Este país es solidario.

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