Andalucía

Griñán prepara un Gobierno que no necesite tiempo de rodaje

  • l El presidente incorporará varios cambios, pero no bruscos: busca la rapidez y la solvencial Reducirá el tamaño con menos consejerías y la cuota provincial pasará a un segundo términol IU se incorporará con dos o tres carteras; una de ellas será la Vicepresidencia de Valderas

A un tiempo nuevo, un Gobierno nuevo, pero sin cambios demasiado bruscos. A la espera de cerrar el acuerdo final con IU, José Antonio Griñán prepara un Ejecutivo, formado por nueve o diez titulares más, que sea capaz de actuar con rapidez y solvencia desde la primera semana. No habrá, pues, ni tiempos de rodajes ni se podrá esperar a que nadie aprenda a manejarse en la Administración. Así se expresaron fuentes cercanas al presidente, que se someterá al voto de investidura del Parlamento el próximo jueves y que, posiblemente, prometa su cargo el viernes, de tal modo que, a la siguiente semana -el martes 8 de mayo- se celebre el primer Consejo de Gobierno de esta legislatura. Griñán y los socialistas han conseguido que IU acepte el principio del equilibrio de las cuentas públicas, y aunque ambos partidos no comparten con el Gobierno central cómo se ha repartido la carga del déficit público entre las comunidades autónomas, cumplirán con el 1,5% marcado por Madrid. Entre otras razones, porque la nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria permitiría al Gobierno de Madrid la intervención de las comunidades autónomas que no cumplan con estos planes, una norma que además tiene el respaldo constitucional en el artículo 155 de la Carta Magna.

IU mantiene una postura más dura frente a este objetivo de déficit, pero ha aceptado la regla, aunque sea por imposición.

Así, una de las primeras tareas del nuevo Ejecutivo consistirá en cómo repartir entre las distintas consejerías un recorte del gasto de 2.698 millones de euros, que suponen un 8,4% del Presupuesto de 2012 y, además, afrontar cómo afectan las nuevas medidas del Gobierno central sobre las áreas de sanidad y de educación, que son las principales políticas con las que quiere distinguirse del PP. El porcentaje del 8,4% es bastante alto, afectará a todos los departamentos, aunque en otras comunidades, como Valencia, el ajuste es aún peor: del 15%, un ejercicio que se antoja imposible a no ser que suponga un cambio de modelo en sistemas como el de salud. Eso es lo que ha ocurrido en esta comunidad levantina, donde se privatizarán todos los hospitales aunque la propiedad siga siendo pública.

Ante esta premura, impuesta por una crisis cambiante, Griñán introducirá cambios en su Gobierno, pero no serán "bruscos", mantuvieron las mismas fuentes, de lo que se puede deducir que muchos de los actuales consejeros repetirán en sus funciones. No se descarta la entrada de nuevos consejeros socialistas, pero una parte fundamental de los principales cargos de la Administración o bien serán los mismos o se encuentran ya en otros escalafones de la Junta de Andalucía.

No obstante, Griñán cuenta con dos condicionantes a la hora de elaborar su tercer gabinete: habrá menos consejerías con una estructura más reducida y deberá dejar algunas -de dos a tres- a IU, con lo que algunos de los actuales titulares saldrán del Ejecutivo. Si, finalmente, el Gobierno se quedase en diez Consejerías -ahora son 13- y dos fueran para IU, serían cinco consejeros socialistas menos. No obstante, en este contexto de austeridad, que desde Presidencia se entiende que es asumido por todos, Griñán no tendrá que atender al principio de las cuotas provinciales, por la cual cada uno de los territorios contaba con, al menos, un representante. No es que no vaya a obviar este asunto territorial, pero parece que no tendrá las facilidades con las que jugaba sus antecesor Manuel Chaves, que siempre solía conciliar los poderes provinciales e, incluso, las sensibilidades dentro de su partido. En el caso de Jaén, provincia que casi siempre ha sido la que ha contado con más representantes, pueden surgir algunos problemas: tres consejeros de calado -Antonio Ávila, en Economía, Mar Moreno, en Presidencia, y Micaela Navarro, en Bienestar Social- son de allí. Moreno es la actual número dos del equipo de Griñán y Micaela Navarro, que cuenta con el apoyo de Jaén y una buena gestión, ha padecido en las últimas semanas una campaña de acusaciones sobre su supuesta deslealtad a Griñán que no es ajena a la rivalidad entre ambas. Antonio Ávila es una de los señalados, por varias fuentes, como el consejero con más opciones de seguir.

La experiencia enseña, no obstante, que la estructura final y los nombres no quedan fijados hasta que el presidente es investido por el Parlamento -la votación será el jueves-, y que será a partir de entonces cuando cierre al completo su gabinete. Hasta ese momento, no se pueden descartar cambios, aunque el acuerdo con IU sí estará cerrado antes. Al día de hoy, se da por hecho que la federación de izquierdas contará con una Vicepresidencia, y que ésta recaerá sobre Diego Valderas, ya que fue el candidato de IU en las elecciones y es el coordinador general de la organización en Andalucía. Valderas, que fue presidente del Parlamento entre los años 1994 y 1996, durante la conocida como legislatura de la pinza, fue uno de los parlamentarios que aceptaba el pacto que Manuel Chaves ofreció a IU, pero que fue rechazado debido a que la federación vivía entonces en la estrategia del sorpasso de Julio Anguita: no gobernar con el PSOE para adelantarlo como primera fuerza de la izquierda.

De los consejeros actuales, Griñán seguirá, de un modo u otro, con su núcleo duro. Se da por hecho que el citado Ávila seguirá en el Ejecutivo. Ha formado parte del equipo que negoció con IU el acuerdo programático, e integra el entorno económico del presidente. Lo mismo ocurre con la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, una de las personas en las que siempre ha confiado Griñán, aunque dependerá de si esta cartera y Economía quedan unidas. Uno de los cambios se producirá en el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia, donde Rosa Castillejo, la que fuera jefa de gabinete de Griñán, cesó en su puesto el martes pasado. Era la secretaria general de Presidencia, y ahora ha aceptado la representación de una empresa multinacional en Centroamérica. Varias fuentes consultadas mantienen que Griñán contará para este puesto con Máximo Díaz-Cano. Como el presidente, es inspector de Trabajo en excedencia, ha sido consejero de Castilla-La Mancha en varias ocasiones y fue el jefe de campaña de Carme Chacón en el último congreso socialista. No obstante, es posible que el presidente integre a nuevas personas en este núcleo de colaboradores de San Telmo. Uno de los problemas que se le ha achacado a Griñán en sus tres años de mandato fue la de contar con un círculo en exceso cerrado que impidió mantener buenas relaciones con algunos sectores, caso de los sindicatos UGT y CCOO, que finalmente han sido decisivos en que el PP no ganase por mayoría absoluta. Últimamente, Griñán restableció las relaciones, pero los primeros años no se ocultaron las discrepancias desde las propias direcciones de los sindicatos. De hecho, uno de los asuntos que el presidente deberá limar es el perfil político de su gabinete, donde ha habido buenos consejeros expertos en sus áreas, pero con escasas dotes para la cercanía social y la comunicación.

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