La contracrónica

Investidura de Juanma Moreno: Silencio y palmas (por bulerías)

  • El candidato del PP se convierte en presidente en un Parlamento tomado por sus afines en un debate con pocos sobresaltos

Mario Jiménez felicita a Juanma Moreno tras su elección como presidente de la Junta.

Mario Jiménez felicita a Juanma Moreno tras su elección como presidente de la Junta. / Antonio Pizarro

A las cinco de la tarde. Como en el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca. A esa hora Marta Bosquet, la presidenta del Parlamento, declaraba a Juanma Moreno presidente de la Junta. El jefe del Ejecutivo electo –toma posesión del cargo mañana– había citado en su discurso de investidura del martes al torero intelectual y al poeta granadino.

Por citar a Sánchez Mejías no le cayó bronca, pero con Lorca tuvo que aguantar las embestidas de Susana Díaz y de Teresa Rodríguez. A ninguna de las dos les gusta la idea de cambiar la Ley de Memoria Histórica, que, según la socialista, sirve para buscar los restos del poeta.

Son lances habituales del debate, pero después de siete horas, con un receso de hora y media para el almuerzo, Juanma Moreno tendría cierta prisa. “Lo importante hoy es votar”, espetó ayer Carmen Crespo cuando se le preguntó que si pensaba hacer uso de su turno de réplica a su jefe de filas. Ni Francisco Serrano ni Juan Marín los utilizaron. El cambio se sienta un taburete de tres patas, como dice el ex juez que comanda a los 12 de Vox.

El resultado estaba cantado, literalmente. En las votaciones para elegir al presidente de la Junta no hay urna de cristal ni papeletas. La socialista Verónica Pérez, secretaria de la Mesa, leyó, uno por uno, los nombres de los 109 diputados andaluces.

Teresa Rodríguez, en su escaño. Teresa Rodríguez, en su escaño.

Teresa Rodríguez, en su escaño. / Juan Carlos Muñoz

El de María José Piñero, parlamentaria de Vox por Sevilla, inauguró el cambio. “Médico. Casada.Madre x 7. Por una España unida, próspera y sin complejos”, cuenta ella misma en su biografía de Twitter. “Profesora de instituto. Anticapitalista, sindicalista, ecologista y feminista”, dice en su red social Teresa Rodríguez. Están separadas por cinco o seis escaños, pero no puede haber más distancia entre ambas.

La líder de Podemos no pudo cantar su no a Juanma Moreno. Está en la recta final del embarazo y, poco después de su intervención en la tribuna de las Cinco Llagas, se sintió indispuesta. El popular José Ignacio Landaluce, médico y alcalde de Algeciras, se acercó a atenderla en su escaño, donde Ángela Aguilera, compañera de Rodríguez, ya ayudaba a su jefa. Atenta estuvo también Marina Álvarez, titular de Salud y una de las dos únicas consejeras del Gobierno saliente que no conservará escaño. Ni ella ni Lina Gálvez iban en las listas socialistas.

Sí repite Manuel Jiménez Barrios, que ya tiene encaminado el traspaso de poderes con Juan Marín. Su cómico no a Juanma Moreno desató la carcajada en el plenario, un poco cansado ya de tanto debate. El –obvio– del candidato provocó la segunda risotada entre el público y sus señorías.

Pocos minutos después, sobre las cinco de la tarde, Moreno era presidente. Nube de abrazos para el artífice del cambio. Mientras, en una de los pórticos laterales, la cuadrilla del malagueño esperaba para sacarlo a hombros. Había quien lloraba, pero todos agolpados alternaban las llamadas al silencio con las palmas por bulerías. La faena de Juanma Moreno el 2-D tenía dos salidas: puerta grande o enfermería. Y ayer el presidente de la Junta salió por la puerta más grande que hay en el Hospital de las Cinco Llagas.

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