La Línea fue escenario en la noche del pasado domingo de un nuevo episodio de violencia. Un grupo de 200 vecinos se lanzó contra tres policías que persiguían a un narco al que habían sorprendido cuando transportaba 510 kilos de hachís en un todoterreno. Hasta tal punto los agentes se vieron acorralados por la masa que lanzaron once disparos al aire para disolver a la masa y no pudieron evitar que el narco perseguido huyera después de ocultarse en una vivienda. Los policías sí lograron aprehender la droga y el vehículo en el que se transportaba.

La persecución comenzó en torno a las diez y media de la noche, cuando los agentes patrullaban por la calle Canarias, una zona candente desde la que operan varias bandas de narcotraficantes en La Línea. Los policías observaron que un vehículo BMW circulaba con la parte trasera muy baja, como si llevara algo muy pesado en su interior, según explicaron los propios policías. Los agentes se dirigieron al vehículo sospechoso puesto que también es del tipo que suelen utilizar las mafias que se dedican al tráfico de drogas en la comarca.

Cuando el conductor se percató de la presencia de los policías, emprendió una huida a toda prisa por distintas calles de la localidad. La persecución se prolongó durante un cuarto de hora. En la carrera, varios vehículos estacionados resultaron dañados, poco antes de que el sospechoso decidiera abandonar su coche cargado de fardos de hachís en la calle Ubrique y continuar su escapada a pie. Los agentes le persiguieron a la carrera, pero el huido accedió a una casa de la barriada de San Bernardo. En ese momento, aparecieron unas 200 personas y, en "avalancha", se dirigieron contra los tres agentes que perseguían al narco. Según explicó la Policía en una nota, la turba se empleó con gran virulencia, hasta el punto de que los agentes tuvieron que abrir fuego, realizando un total de once disparos al aire para disolver al grupo, "ante la gravedad y violencia ejercida contra ellos". Tras el suceso, los agentes consiguieron incautar tanto el vehículo como la droga que viajaba en su interior: 510 kilos de hachís repartidos en varios fardos.

Este nuevo suceso llega en plena escalada de violencia del narcotráfico en la comarca. El pasado 6 de febrero, 20 encapuchados entraron en las urgencias del hospital de La Línea para llevarse a un narcotraficante detenido. Horas después, dos guardias civiles acabaron heridos tras ser embestidos por otro narco. Y a los pocos días, tres encapuchados se colaron en el Puerto de Algeciras e intentaron quemar las nuevas lanchas semirrígidas de Vigilancia Aduanera.