Andalucía

Región rica, región pobre

  • Andalucía sigue perdiendo convergencia con España y Europa. Un habitante de la autonomía más rica, el País Vasco, genera casi el doble de riqueza que un andaluz.

Cuando parece que por fin se atisba la recuperación, nuevos datos -conocidos en los últimos días- vuelven a dejar claro que el impacto de la crisis se ha repartido de forma desigual. Y que el punto de partida para el esperado repunte será diferente, también en el caso de los territorios. Andalucía, durante la gran depresión, ha perdido la convergencia que ganó en los años del boom. Y ya no sólo es eso. Es que prácticamente regresa al momento en que activó el despegue (principios de los años 2000).

En el último año, 2013, Andalucía vuelve a sumar un nuevo retroceso en Producto Interior Bruto (PIB) por habitante, el indicador más fiable para medir el nivel de riqueza de una región o país. Según la Contabilidad Regional de España publicada esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el PIB andaluz per cápita es el 74,8% del nacional. En 2012 era el 75,1%; en 2011, el 75,5%; en 2010, el 75,8%; en 2009 (con distinta metodología estadística), el 76,3% y en 2008, el 77%. Si en ese año, que marca el inicio de la crisis, un andaluz medio generaba una riqueza de 18.384 euros, cinco ejercicios después son 16.666.

Tomemos como referencia la región más rica, el País Vasco. La evolución es exactamente la inversa, con excepción de 2013, año en el que sufre una caída de tres décimas, muy similar a la andaluza. Pero, con todo, en 2008, su PIB por habitante era el 126,9% del español y cinco años después, el 134,5%. Los 29.495 euros de riqueza que produce un habitante de aquel territorio están muy lejos de lo 16.666 de un andaluz. La diferencia es de casi 13.000 euros. Con datos de Eurostat correspondientes a 2011, el País Vasco tiene un nivel muy similar a las regiones alemanas de Hannover y Düsseldorf, a la italiana de la Lombardía (cuya capital es Milán) y a la austriaca de Tirol. Andalucía se emparejaría con la Martinica francesa, Cerdeña, El Algarve o Irlanda del Norte.

Eurostat publicó hace unos días el PIB per cápita de todas las regiones europeas correspondiente a 2011 y tampoco aquí Andalucía queda bien. Es más, la UE considera entre las regiones más pobres -y, por tanto, susceptibles de recibir más fondos- aquellas zonas que estén en un rango inferior al 75% del PIB. Andalucía había salido de ese grupo -llegó al 81% en 2007-, y ese hecho, positivo, fue bastante pregonado por el Gobierno andaluz. Pero la estadística no sólo es fría, sino tozuda, y vuelve a situar en 2011 a Andalucía entre las regiones con menos recursos, con un 73% del PIB europeo por habitante. ¿Y el País Vasco? 130%. Es cierto que a este territorio la crisis le ha restado también cuatro puntos porcentuales (cifra idéntica a la de Andalucía), pero también lo es que en 2001 estaba en el 120% y nuestra región en el 73% (igual que una década después). En el plazo de una década, mientras el País Vasco ha ganado en riqueza, Andalucía se queda en las mismas.

¿Por qué la crisis ha agrandado las diferencias entre la más rica y una de las más pobres? ¿Por qué al menos la brecha no se ha mantenido inalterada? Hay varias razones, y la principal es que mientras Andalucía basó su crecimiento en la década de 2000 en un engorde excesivo del sector de la construcción, el País Vasco se apoyó fundamentalmente en la industria, un sector que se adapta mejor a situaciones de crisis, ya que no depende tanto del consumo interno. Uno de cada cuatro euros del PIB vasco están directamente vinculados al sector industrial, y este porcentaje apenas ha variado durante la crisis (24,8% en 2008 y 24,7% en 2013). En Andalucía, el peso industrial en el PIB es menos de la mitad, el 11,6%, y si bien es cierto que aumenta en los últimos años (era el 10,6% en 2008), el incremento parece insuficiente y apenas ha llenado el vacío que ha dejado el ladrillo. La construcción, por su lado, es la mitad de lo que era en el PIB andaluz (en términos absolutos, su caída es mucho mayor), al pasar del 14,4% en 2008 al 7,7% de 2013.

La estructura poblacional de ambas regiones también contribuye a la mejor resistencia vasca. Según informa Eurostat, en 2012 el 54% de los trabajadores eran cualificados en el País Vasco. En Andalucía, casi 25 puntos menos, el 31%. En el mismo año, la población en riesgo de pobreza o exclusión social era el 38,7% en Andalucía (aquellos que viven por debajo del 60% de la renta media del país, viven en hogares donde no hay trabajo o no pueden permitirse algunos bienes básicos), y en el País Vasco del 17,3%. Allí sufre la lacra del paro el 15,76% de la población activa; aquí, el 36,32%. En 2006, en el primer trimestre, la diferencia era de sólo cinco puntos porcentuales (7% frente a 12% en el sur). Pero en los años posteriores la destrucción de empleo ha golpeado más a los trabajos no cualificados y a sectores como la construcción. Y Andalucía ha perdido el terreno ganado.

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