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Andalucía

De Triana, y los olés a las "mujeres guapas"

"¡Olé, ahí!" "¡Vamos, las mujeres guapas!" "¡Presidenta!". Casi faltó un definitivo "¡al cielo con ella!" mientras la nueva presidenta juraba el cargo en el salón de usos múltiples de la Cámara andaluza. Cerca de 600 personas asistieron a la solemne jura de la presidenta de la Junta; jura porque Susana Díaz no suele prometer los cargos, sino jurarlos por su convicciones religiosas, y solemne, porque los actos de posesión son así: serios y elevados, aunque, en esta ocasión, algunos de sus amigos no se privaron de dar esas voces de alegría. Hay que saber hacerlo, claro, un poquito de arte, porque hay que dar el vítore justo en ese momento en que se hace un silencio entre palabra y palabra.

Una parte de Triana, barrio donde la nueva presidente andaluza nació, se casó y reside, estuvo más que presente en un evento que, claramente, fue más caluroso que los anteriores. El presidente del Parlamento, Manuel Gracia, que es único de los dos diputados que permanecen en la Cámara desde 1982, resaltó que ésta ha sido la toma de posesión a la que más personas han asistido. Hasta el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mostró cierta cercanía, y se refirió a la dirigente, simplemente, como Susana, el nombre con el que se terminará llamando a la quinta presidenta de la Junta.

Susana Díaz, vestida de blanco, medias claras y tacones a juego, guardó en todo momento la seriedad de la que suele hacer gala en los momentos solemnes, aunque se emocionó al citar a sus padres, José y Rosa, que estaban de pie en primera fila, y a sus hermanas: Diana, Laura y Rocío. Sobrinos, familia y bastantes compañeros de partido. Hasta el líder de la oposición, Juan Ignacio Zoido, presidente del PP y alcalde de Sevilla, rompió con la costumbre de su predecesor -Javier Arenas-, y no se ausentó.

Parece que esta presidenta, nacida en una de las mecas del flamenco, va a tocar todos los palos; y, como corresponde a una presidenta larga, no le importa pasar de una bulliciosa bulería a una seria seguiriya, y tras el acto, con bastante tino, se marchó con Manuel Gracia a colocar un ramo ante el busto de Blas Infante.

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