Andalucía

Una banda que mató a un joven en Cádiz planeaba el secuestro de empresarios

  • El grupo raptaba, extorsionaba y torturaba a sus víctimas con extrema violencia

Con chalecos antibalas, pistolas, caretas y sin escrúpulos. Así entraba en las viviendas de sus víctimas la banda desarticulada por la Guardia Civil y la Policía Nacional en la operación Periplo, que tuvo lugar el pasado 16 de octubre y que concluyó con la detención y posterior encarcelamiento de 18 personas afincadas en Cádiz al considerarlo un territorio en el que no tener que competir con otras organizaciones similares.

Esta banda criminal tenía ya planificados los secuestros de cinco empresarios, de los que tenían controlada toda su rutina, incluidos los movimientos de sus hijos. Un portavoz de la Guardia Civil calificó ayer de "auténticos depredadores", por su extrema violencia, a los componentes del grupo. En Madrid planeaban raptar a un empresario chino, al gerente de un casino de La Vaguada, a un matrimonio de joyeros y posiblemente a dos narcotraficantes.

El jefe de la banda era Ismael L. G., alias El ojos, un peligroso delincuente del barrio madrileño de Vallecas al que le constan múltiples antecedentes. Por ejemplo, en febrero de 2000 acuchilló a Carlos Blanco Monreal, de 26 años, a la puerta de una discoteca madrileña. Sólo dos días antes un juez le había dejado en libertad pese a haber sido detenido por el supuesto apuñalamiento de otro joven el 1 de enero de ese mismo año y después de robar en un establecimiento e intentar atropellar a un policía.

La operación Periplo se inició tras el asesinato de David M. C., un vecino de Chiclana (Cádiz) al que esta banda supuestamente secuestró y asesinó tras horas de tortura. El cadáver fue descubierto en Puerto Real (Cádiz) con 42 puñaladas. La esposa de David M. C. denunció su desaparición. Los agentes han determinado que en la madrugada del 5 de agosto un grupo formado por entre siete y diez personas se llevó a David M. C. de unas caballerizas de su propiedad y lo trasladaron a una vivienda de El Puerto de Santa María (Cádiz), donde lo torturaron exigiéndole una importante cantidad de dinero.

Algunos de los miembros de la banda son conocidos por la Guardia Civil y la Policía Nacional, que los habían detenido en mayo pasado en la denominada operación Tatoo, en la que se desmanteló una red que retenía a empresarios para robarles, a la vez que sustraía coches de alta gama que exportaba a Marruecos.

De madrugada, trasladaron a David M. C. a una casa de Sanlúcar (Cádiz), donde fue obligado a pedir por el telefonillo que le abrieran porque le habían dado una paliza. Una vez en el interior, los asaltantes agredieron a sus ocupantes. Registraron la vivienda en busca de dinero y, al no hallarlo, se llevaron a una de sus víctimas a otro domicilio, donde finalmente localizaron el dinero enterrado en el jardín. La banda se llevó a David M. C., al que finalmente mataron asfixiándolo con un cable de acero.

Los agentes también averiguaron que esta organización podría ser la autora del secuestro de un empresario de la piel de Navalmoral de la Mata (Cáceres), al que robaron y abandonaron desangrándose, maniatado y amordazado.

La banda estaba dividida en grupos: uno robaba vehículos de alta gama a los que luego le doblaban las matrículas, otro proporcionaba domicilios para esconderse, casi siempre viviendas alquiladas en Chiclana y Jerez por las que pagaban entre 600 y 700 euros, y otro vigilaba y seleccionaba futuros objetivos.

La operación que permitió desmantelarla se llevó a cabo cuando simultáneamente se realizaron 12 registros en localidades de Cádiz y Madrid. En los registros se hallaron dos pistolas, un chaleco antibalas, varias armas simuladas, entre ellas un fusil de asalto de los marines norteamericanos, grilletes y caretas.

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