"Oímos un ruido muy fuerte y seco, y cuando miramos a nuestra derecha vimos a mucha gente caída en la nieve y gritando. Vimos que se habían desprendido varias sillas". Almudena Otero, una gaditana que en la mañana de ayer esquiaba con unas amigas en la zona para principiantes de Borreguiles, en Sierra Nevada, fue uno de los testigos del accidente que dejó un saldo de 23 heridos al desprenderse un telesilla. Quince de estas personas permanecen aún hospitalizadas en dos centros de Granada.

El siniestro se produjo a las 10:18 en el remonte Emille Allais. Los heridos son principalmente profesores de esquí y sus alumnos, entre los que no hay menores ni extranjeros. Precisamente los monitores y el personal de piesta fueron los primeros en atender a los afectados por la caída del telesilla, que se produjo según todos los indicios debido a un fallo mecánico. Posteriormente se sumaron a las labores de auxilio miembros de Protección Civil, médicos del SAS, de la Unidad Militar de Emergencias y Policía Local, entre otros. Una mujer de 37 años sufrió las heridas más graves y se encuentra en la UCI con traumatismo abdominal.

Cetursa, la empresa pública que gestiona la estación, ha abierto una investigación coordinada con la Consejería de Obras Públicas y la empresa fabricante del aparato, que había pasado todas las revisiones pertinentes. Varios agentes de la Guardia Civil revisaron los restos del aparato accidentado después de la evacuación de los heridos, al objeto de detallar el atestado y escalarecer las causas que provocaron que el cable se soltara. Esta es la primera vez que en la estación de esquí granadina se cae el cable de un medio mecánico.

Aunque la reparación del Emille Allais era cuestión de "dos o tres horas", la investigación obliga a mantenerlo cerrado por un tiempo indeterminado. Este telesilla se mueve despacio y aunque el cable se eleva t6,5 metros del suelo, las últimas nevadas han dejado una acumulación de entre 2 y 2,5 metros de nieve, lo que amortiguó la caída.