El conductor del todoterreno que presuntamente provocó el accidente de autobús en el que viajaban turistas finlandeses y en el que murieron nueve personas y 38 resultaron heridas el pasado sábado en Málaga, Jesús G. R. de 28 años, podría ser acusado de un delito de un homicidio imprudente por cada muerte y de otro de lesiones contra varias personas. Con esta posibilidad, que ayer barajaron fuentes de la Fiscalía, la acusación podría pedir entre uno y cuatro años de cárcel por cada fallecimiento, además de penas según las heridas. Tras la condena, el procesado sólo cumpliría el triple de la pena máxima -es decir, un máximo de 12 años-, además de las penas por las lesiones.

El fiscal delegado de Seguridad Vial, Javier Torres, explicó ayer que aún era precipitado valorar una acusación. No obstante, ya de por sí es delito conducir con una tasa de alcoholemia superior a la permitida, tal y como sucedió en este accidente y según fuentes cercanas al caso, el informe provisional de la Guardia Civil señala que el todoterreno circulaba a "una velocidad excesiva e inadecuada para el estado de la calzada" -en el momento del siniestro llovía-. Los agentes siguen custodiando la habitación del conductor en el Clínico.

El fiscal delegado de Seguridad Vial asumirá el caso del siniestro ocurrido en el kilómetro 224 de la A-7 a su paso por Torremolinos, a escasos metros de Benalmádena, donde en un principio se informó por error que había ocurrido.

Una comitiva de la Policía Judicial finlandesa, además de un médico forense de este país cotejaron ayer su información con la del Instituto de Medicina Legal de Málaga tras las autopsias de los nueve cadáveres. Los pasajeros fallecidos, al parecer, son seis mujeres, dos hombres y una niña.

Doce de los heridos regresaron ayer a Finlandia, desde donde llegaron ayer equipos de apoyo para los afectados. Una persona permanece en estado crítico tras el accidente del pasado sábado.