Coronavirus Andalucía

Las nuevas variantes del virus son aún residuales en Andalucía

  • La detección de la 'cepa' británica, brasileña y sudafricana es testimonial pero los expertos siguen mostrando preocupación

Una sanitaria vierte un disolvente en un matraz, en el Hospital Virgen del Rocío (Sevilla).

Una sanitaria vierte un disolvente en un matraz, en el Hospital Virgen del Rocío (Sevilla). / Juan Carlos Vázquez

A diferencia de los otros seres vivos que habitan el planeta, los virus disponen de la única arma de las mutaciones para afrontar la lucha por la vida. Su mayor secreto consiste en una casi descontrolada proliferación de errores genéticos en su rápida reproducción. Si no fuera por esa extraordinaria capacidad de generar variantes, los virus no habrían superado la procelosa tarea de sobrevivir como especie desde el principio de los tiempos.

El SARS-CoV-2 no ha dejado de acumular mutaciones desde su irrupción hace más de un año. Y son las mutaciones que adquieren la habilidad para trasmitirse con más éxito las que se imponen. El problema radica en sus efectos en los ingresos hospitalarios y en las dificultades que provocan en un proceso de vacunación en marcha. Es el temor que provocan entre los expertos las variantes británica, brasileña y sudafricana, aunque en Andalucía tengan todavía una presencia residual.

El número de especímenes mutados con esas marcas no alcanza en este momento los dos centenares en Andalucía. Fuentes de la Consejería de Salud y Familias han informado esta semana de que la detección de variantes foráneas en los laboratorios ha sido de 166 confirmados, una cifra insignificante en comparación con los casos positivos detectados diariamente –en el entorno de unas cinco mil cada día y casi 30.000 en la última semana–.

Este dato, no obstante, está condicionado por la capacidad de detección de estas nuevas variantes del coronavirus en los centros andaluces y es meramente provisional. No puede descartarse que en estas novedosas cepas, más transmisibles e incluso capaces de resistir a los anticuerpos producidos por las vacunas, lleguen a ser predominantes. Por eso es por lo que los expertos siguen mostrando preocupación.

Que el peligro es cierto y el temor real lo demuestran hechos tales que países como España, tan rehenes del turismo, hayan decidido el cierre de los aeropuertos a vuelos procedentes de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil. El objetivo es tratar de impedir la llegada masiva de personas portadoras de esos virus mutados. Es reseñable recordar que en Manaos (Brasil), donde se suponía la inmunidad de grupo después de la gran cantidad de personas infectadas durante las dos primeras olas, la tercera ola en el mundo también lo han resentido. Y la variante brasileña estaba allí como la responsable.

Los técnicos del Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), el organismo que hace la labor de autoridad de la UE en materia de Salud Pública, avisaban en un informe reciente de la alerta del incremento de la transmisión provocada por las nuevas variantes. "El aumento del 70% de la transmisión –el cálculo hecho con la capacidad de propagarse de estos nuevos virus mutados– equivale al 40% en la reducción de la efectividad de las medidas" de limitación de movilidad y de los contactos.

El ECDC, que recomienda mantener las restricciones actualmente vigentes en Europa, teme que, debido a estas cepas, "no sería raro que la efectividad de las vacunas no sea tan alta como la eficacia medida en los ensayos clínicos".

Pese a que las nuevas variantes del virus estén lejos de ser predominantes, la tendencia es que así sea. Los epidemiólogos estiman que la llamada cepa británica suponga la mitad de las detecciones al final de febrero o principios de marzo. La preocupación sobre este particular es compartida por José Antonio Navarro, experto en vacunas y consultor honorario del área de vacunas del Ministerio de Sanidad, quien apunta a la "caída" de la eficacia de las fórmulas de Jansen y Novavax cuando se enfrentan a la variante sudafricana. La incertidumbre es aún significativa.

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