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Elecciones Andalucía

Los momentos más cómicos de los candidatos

  • En una campaña marcada por la contención general, los primeros espadas de cada partido también han tenido tiempo para sacar su lado más cercano y menos calculado.

Juanma Moreno acaricia una vaca en Añora en la primera semana de campaña.

Juanma Moreno acaricia una vaca en Añora en la primera semana de campaña. / Rafa Alcaide (Córdoba)

En las últimas dos semanas no han faltado momentos inolvidables por estar medio camino de la simpatía y la vergüenza ajena. Los cuatro candidatos principales a presidir la Junta de Andalucía saben lo difícil que es arañar unos cuantos votos y que, para ello, a veces hay que hacer cosas difíciles de entender fuera de contexto. Gracias a esa presión nos han dejado imágenes que merece la pena ver en más de una ocasión. 

El magnetismo de Díaz sigue intacto en el cuerpo a cuerpo

Susana Díaz es agasajada por dos señoras en Granada. Susana Díaz es agasajada por dos señoras en Granada.

Susana Díaz es agasajada por dos señoras en Granada. / Álex Cámara

No hay nadie como ella para conectar con la calle. Susana Díaz disfruta en la carretera. Muchos le achacan que prefiere estar de campaña que gobernando. Pero no sólo se lo pasa bien ella. Viendo la colección de imágenes que nos ha dejado por las distintas provincias andaluzas, es evidente que su magnetismo en el cuerpo a cuerpo sigue intacto.

Los años de presidenta no le han pasado factura. Su tirón entre las personas de cierta edad es tan potente que muchas señoras sacan su espíritu más fan en cuanto la ven. Díaz se hace decenas de fotos con sus seguidoras en cada acto público al que va. Y lo hace encantada. Nunca rehuye el contacto. En mitad de un torbellino de abrazos, besos y pellizcos de mofletes, Díaz nunca pierde la sonrisa. Se debe a su público y nunca les falla.

Díaz ríe con una seguidora en Granada. Díaz ríe con una seguidora en Granada.

Díaz ríe con una seguidora en Granada. / A. Cámara

Ha sido precisamente en estos momentos de intensidad humana, de cercanía, de la política a la antigua usanza, en los que se ha visto a la candidata socialista más animada. Menos seria.

En una campaña que decididamente la actual presidenta ha planteado al contragolpe, a enfriar el partido, a dejar que el rival se desgaste solo; persiguiendo sombras, a la espera de una metedura de pata, Díaz sólo se ha quitado el uniforme de estadista que está de vuelta de todo cuando ha estado rodeada de su gente.

Su sonrisa ha sido su mejor arma esta campaña. Que Juan Marín le preguntaba por Cataluña. Díaz sonreía. Que Juanma Moreno le preguntaba si apoyaba un Estado plurinacional. Díaz sonreía. Que Teresa Rodríguez le preguntaba por su "golpe de estado" a la primera ejecutiva de Pedro Sánchez. Díaz sonreía.

No ha hecho alarde ni en las redes sociales, su reino paralelo, donde también se ha mostrado comedida. Ninguna salida de tono. Ninguna ocurrencia buscando ser viral. Díaz ha estado impertérrita a los embates de sus rivales.

La candidata del PSOE saluda a una mujer en Vicar. La candidata del PSOE saluda a una mujer en Vicar.

La candidata del PSOE saluda a una mujer en Vicar. / Ricardo García (Efe) (Almería)

También ha sabido escabullirse de los colectivos que han querido atribularla. Que había protesta de taxistas en San Juan de Aznalfarache, pues media vuelta y para Sevilla de nuevo. Así, todo.

No la han pillado en un sólo renuncio. Ha dejado en casa a la candidata más combativa y ha dejado el cuerpo a cuerpo para su público, que se la han comido a besos. Una vez más.

El 'jedi' que no hubiera desentonado en OT

Juanma Moreno imitando a Danza Invisible en Torremolinos. Juanma Moreno imitando a Danza Invisible en Torremolinos.

Juanma Moreno imitando a Danza Invisible en Torremolinos. / E. Briones (EP)

Juanma Moreno se ha desatado en esta campaña. Con diferencia ha sido el candidato que ha dejado más instantáneas curiosas, de las que se quedan en la memoria y se recuerdan campaña tras campaña. No se sabe si espoleado por unas encuestas en las que Cs por un lado y Vox por otro se comían parte de su electorado, Moreno ha dejado el miedo al ridículo a un lado y se ha fotografiado con una vaca (Pozoblanco), con Yoda (en Rute) y emulando a los triunfitos (en Torremolinos). También se ha subido a un camión o comido una paella gigante.

Su álbum de fotos de las últimas dos semanas se puede calificar de todo menos de aburrido. El candidato del PP ha apostado por una campaña arriesgada, casi barroca, alejada del clasicismo de su formación. Se fue Rajoy y se acabó el hieratismo.

También ha sido el más duro de los cuatro candidatos. Ha buscado pelea permanente con sus tres rivales. A Susana Díaz le ha acusado de tener a la sanidad en coma, a la educación maltratada, le ha vinculado a los gobiernos bajo los que parte del dinero público acababa en prostíbulos, ha puesto en duda su españolía. Nada nuevo, según conocen los que siguen sus intervenciones en el Parlamento.

Juanma Moreno posa con Yoda en Rute. Juanma Moreno posa con Yoda en Rute.

Juanma Moreno posa con Yoda en Rute. / M. G.

Pero, sorprendentemente, ha sido con Juan Marín con quien más agresivo ha estado. Le llamó "perro de compañía" de Díaz, entre una de las muchas lindezas que le ha dedicado. Marín, a cambio, le ha ofrecido gobernar juntos varias veces, mientras negaba más de tres veces a Díaz.

Con Teresa Rodríguez ha compartido la broma de la campaña. Ella se erigió en "madre de dragones" y él le alertó que cual jedi del universo Star Wars, "la fuerza estaba con él". Luego, Rodríguez le recordó que los jedis son republicanos acérrimos y a Moreno dejó de hacerle gracia el juego.

La 'khaleesi' de Rota que se ha comprado tres dragones

Teresa Rodríguez disfrazada de personaje de 'Juego de Tronos'. Teresa Rodríguez disfrazada de personaje de 'Juego de Tronos'.

Teresa Rodríguez disfrazada de personaje de 'Juego de Tronos'. / M. G.

Ella no es un candidata, ella es un khaleesi. Mucho se ha hablado de si Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias se llevan bien o mal. Pero lo que está claro es que comparten gustos similares en cuanto a literatura y series. Si su secretario general no pierde una oportunidad de hacer paralelismos entre la política española y las enrevesadas tramas de Juego de Tronos e, incluso, le regaló al Rey una colección de DVD de la producción de HBO, Rodríguez no quiso ser menos y en un mitin en Marbella anunció que "se había comprado tres dragones" para derrotar al PSOE.

Feliz por la comparación, rápidamente se distribuyó por las redes sociales un vídeo propagandístico en el que aparecía ella cual personaje de Juego de Tronos, dispuesta a salvar a los andaluces de la tiranía del resto de partidos.

A su compañero de papeleta, Antonio Maíllo, también le vistieron de Jon Snow. Ambos unidos en la misión de frenar a los caminantes blancos.

Todo muy épico. Un tono que abandonó, sin embargo, en los debates, en los que se mostró natural, chistosa a veces, con desparpajo. Muy alejada del envaramiento y la gravedad permanente en la que vive la Daenerys Targaryen original.

Érase un hombre tranquilo a un palo de 'selfie' pegado

Juan Marín usa su famoso palo de 'selfies' en Cádiz. Juan Marín usa su famoso palo de 'selfies' en Cádiz.

Juan Marín usa su famoso palo de 'selfies' en Cádiz. / Román Ríos (Efe)

Juan Marín es un hombre eminentemente tranquilo. Demasiado, le critican sus detractores. También le gusta pasar por alguien con los pies en la tierra, a ser posible alejado de excentricidades. A veces, esa normalidad desentona con el desenfreno que es la política actual.

Con esa circunspección se enfrentó el candidato de la formación naranja a la campaña. No entró al trapo en los constantes ataques de Juanma Moreno e ignoró a los que le han acusado de "colaboracionismo" con el Gobierno de Susana Díaz.

Marín tenía una tríada de mensajes prioritarios que transmitir y no se ha despegado de ellos. Se resumen en: "No voy a volver a pactar con Díaz", "quiero gobernar con el PP" y "Ciudadanos es el único partido que defiende a España como se debe".

El de Sanlúcar ha dejado poco espacio a la comedia, aunque también ha tenido sus momentos "de candidato en campaña en busca de votos". Por ejemplo, se vistió de jugador de baloncesto (completamente de naranja, cual escolta de los Phoenix Suns) para echar un partidito junto al número uno por Málaga y ex seleccionador nacional, Javier Imbroda.

Por lo demás, dejó que Albert Rivera e Inés Arrimada le robaran el protagonismo que quisieran las veces que vinieron de Madrid y Cataluña para arroparlo por las calles andaluzas. Junto a ellos ha estado en mercados, plazas y mitines. Y en cada sitio ha sacado su palo de selfie y ha inmortalizado el momento. Va a necesitar más de un día para repasar todas las fotos que tiene en el móvil.

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