Las mallas verdes que recubren el pequeño agujero apenas dejan imaginar el mundo subterráneo que ha creado el Metro de Granada a lo largo de tres kilómetros. El sistema de túneles, que asoman al exterior por unas angostas y frías escaleras, va tomando forma a dieciséis metros de profundidad. Bajando al subsuelo y rellenando las siluetas y los volúmenes que dibuja el hormigón es fácil adivinar el trajín de viajeros que albergará dentro de unos meses las entrañas del Metro. En un mapa de 16 kilómetros, sobre el que se reparten 27 paradas, merece la pena pararse en tres de las estaciones que más llamarán la atención por su singularidad: Recogidas, Alcázar del Genil y Cerrillo de Maracena. Tres puntos que moverán cada día a más de 14.000 viajeros.

Atendiendo al volumen de pasajeros y a su ubicación, la estación de Recogidas se lleva la palma. Las 7.839 personas que pasarán por aquí cada día han obligado a diseñar un amplio espacio, con doble acceso y un espacioso vestíbulo donde se colocará una oficina de atención al usuario. Habrá escaleras pedestres y mecánicas y doble ascensor para hacer el espacio plenamente accesible.

Es una estación esencialmente comercial, un nodo central al que llegará el usuario desde el Cinturón para realizar sus compras. Con la idea de facilitar ese intenso tránsito, esta estación tendrá un doble vestíbulo con entrada desde Alhamar y Recogidas. De esta forma se centraliza el acceso al Metro en todo el Camino de Ronda. La centralidad de este espacio lo hacen un lugar idóneo para ubicar aquí la zona de taquillas y de atención al público, desde donde se expedirán los títulos de viajes y las tarjetas recargables.

Una vez que el usuario haya abonado su billete, podrá acceder a la zona de andenes, con 68 metros de longitud en la que los usuarios esperarán el Metro. En el andén (que no estará protegido por pantallas de metacrilato dada la escasa altura de las vías) cabrán hasta dos vehículos en línea, cada uno con 32,5 metros de longitud y capacidad para 215 personas. Estos refuerzos de vehículos estarán operativos en función de la demanda de usuarios. Los materiales básicos que predominan en la estación de Recogidas son acero inoxidable y gres para el suelo, mientras que la pintura será de colores neutros con los colores corporativos de la Junta.

Los túneles de Granada por los que circulará el Metro en 2015 tienen algunas peculiaridades más. Para empezar las vías están a cota, es decir que no estarán hundidas sobre ningún foso, lo que permitirá que, en caso de emergencia, un vehículo o un coche de bomberos pueda transitar por dentro del túnel. En el montaje de las vías subterráneas -tarea que se está acometiendo actualmente- se están empleando mantas elastoméicas de lana de roca, un novedoso material que evitará que el suelo vibre allá por donde pasa el Metro.

Las obras en los túneles, de las que se ha ejecutado actualmente un tercio del total, difieren de los trabajos que se llevan a cabo en el exterior, principalmente porque en el subsuelo hay que colocar unas traviesas que fijen las vías. De esta forma, mientras en superficie el Metro circulará a 50 kilómetros por hora, en los túneles la velocidad se dispara hasta los 70 kilómetros por hora.

Y así, llegamos a la segunda estación más especial de todo el recorrido: Alcázar del Genil. En este caso no tanto por el número de pasajeros que moverá al día (4.846) sino por su singularidad histórica, ya que en este punto se hallaron en el verano de 2010 restos de una edificación del siglo XIII usada para recrear batallas navales a escala real, la naumaquia que se ha conservado. El diseño de esta estación integra los muros del siglo XIII dejándolos al aire, sin hormigón inyectado, de forma que se vean las estratigrafías de los distintos materiales usados a lo largo de los años.