Los estadounidenses y los rusos han estado históricamente enfrentados en las últimas décadas pero hay una cosa que los une: su gusto por el vino de Málaga. Ambos países lideran, con creces, los volúmenes de importación de los caldos malagueños, que están ganando cada vez más adeptos fuera de las fronteras españolas hasta el punto que se ha duplicado el importe exportado en solo cuatro meses. Entre enero y abril, las bodegas malagueñas han exportado productos por valor de 6,3 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 105,2% respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos facilitados a este diario por la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda). Estados Unidos y Rusia acaparan cuatro millones entre las dos.

El auge exportador está siendo notable y continuo en los últimos años. En 2011, por ejemplo, apenas se exportó vino por valor de 2,6 millones de euros; en 2013 se llegó a los 4,5 millones; en 2014 se duplicó hasta los 8,9 millones; y en 2015 se rebasaron los 12,5 millones de euros. En los cuatro primeros meses de 2016 ya se ha facturado la mitad de todo el año anterior, por lo que si se mantiene la tendencia podría haber una nueva cota máxima. Poco a poco, Málaga ha ido ganando protagonismo en el sector vinícola y es la segunda provincia andaluza con mayor volumen de exportación tras Cádiz, que tiene en las bodegas jerezanas un gran activo.

Este crecimiento constante del vino de Málaga se debe a varias causas. La primera es la consolidación en la producción de tintos, blancos y rosados a través de la denominación Sierras de Málaga, que ha despertado el interés de numerosos inversores que han creado bodegas, sobre todo, en la Serranía de Ronda. En estos momentos hay 43 bodegas inscritas en el Consejo Regulador de Denominaciones de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga y algo más de la mitad están precisamente en Ronda.

A Málaga se le conoce exteriormente por el vino dulce, pero la situación está cambiando. En la campaña 2015-2016 se elaboraron 1,19 millones de litros de vino Málaga y 1,15 millones de litros de Sierras de Málaga, por lo que ya están prácticamente a la par y todo apunta a que los tintos superarán a los dulces en breve. De hecho, solo el tinto, con 701.991 litros, ya ha rebasado al dulce natural (624.338) o el blanco (406.296) al mosto apagado con alcohol (279.778). La producción de rosado, con apenas 46.000 litros, sí es escasa. No obstante, en esta última campaña se ha vendido el doble de litros de dulces que de tintos o blancos.

De los 2,2 millones de litros que se comercializaron con denominación de origen, el 70% tuvo como cliente el mercado español. Pero la crisis no acaba de remitir y otra de las causas de ese auge es que las bodegas han tenido que fortalecer su visión exportadora para sobrevivir, máxime cuando la competencia nacional es feroz e incluso en la propia Málaga se bebe más un Rioja o un Ribera del Duero que un caldo local.

El Consejo Regulador, que acaba de elegir nuevo presidente, tiene varios proyectos entre manos. Su secretario general, José Manuel Moreno, explica que van a incorporar más variedades de uva "para dar más juego comercial" y se va a ampliar la zona de producción. El Consejo permite la utilización de 22 variedades de uva -la Pedro Ximen es la más habitual- y está modificando un pliego de condiciones para incorporar dos o tres más, entre las que se encuentran las variedades Blasco y Moscatel Negro. Una vez modificado ese pliego, tiene que aprobarlo la Junta de Andalucía y la Unión Europea. En ese nuevo documento también se quiere aumentar la zona de producción para que los bodegueros de varias localidades de la provincia puedan incluir sus vinos en el Consejo Regulador. Hay interés municipal e industrial y ya lo han solicitado Marbella, Mijas, Ardales, Júzcar y la Sierra de las Nieves al completo.