Hoy queda visto para sentencia el juicio por las obras que se ejecutaron en 2007 en la casa de hermandad del Rocío de Jerez en Almonte. En sus conclusiones, la Fiscalía abundó en las tesis que ha mantenido desde el principio de la vista oral: a su juicio, el ex alcalde Pedro Pacheco -actualmente en prisión y para el que pide una sentencia "condenatoria"- decidió "por su capricho" que el Ayuntamiento "regalara" a la hermandad del Rocío unas obras de reforma en la casa de hermandad del Rocío. Para ello, y con la supuesta connivencia del máximo responsable de la corporación rociera y de algunos técnicos municipales de "máxima confianza", se diseñó un sistema "piramidal" para darle apariencia de legalidad a la actuación. Y se fraccionaron las reformas para que se adjudicarán a un único constructor, José Grimaldi, también procesado en la causa, que por entonces era uno de los principales beneficiarios de las contrataciones que realizaba la desaparecida Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) que dirigía el ex alcalde.

Sin embargo, la ejecución de las reformas coincidió con una crisis de gobierno entre el PSOE y el PSA que acabó con el cese de Pacheco como delegado de Urbanismo, lo que, según el fiscal, impidió que se mantuviera el procedimiento ideado previsto para que Grimaldi acabara cobrando las facturas.

Según el fiscal fue en una reunión de 2007 donde se fragua la ilegalidad, con un fraccionamiento de las obras para adjudicarlas a Grimaldi y la fijación de un sistema para salvar la imposibilidad de que la GMU no podía promover obras fuera de Jerez y sin consignación presupuestaria. Para ello se diseñó esconderlas mediante unas mejoras en barriadas de la zona norte y sur de la ciudad que jamás se llegaron a hacer. Incluso apuntó que en estos momentos previos al inicio de la obra se diseñó el sistema para que, con posterioridad, Grimaldi presentara las facturas a través de empresas suyas y de familiares.