Un conocido entrenador de fútbol base de la ciudad, Cristóbal A., ha sido detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía acusado de haber perpetrado al menos una agresión sexual a un menor de edad. En estos momentos, los efectivos de Policía Judicial del referido cuerpo investigan otros tres posibles casos de agresión sexual en el entorno del detenido.

Los hechos fueron denunciados por el padre de un menor de edad, una vez que éste tuvo conocimiento de los mismos. Según pudo saber este periódico el entrenador, que no alcanza la treintena, llevó a cabo dichas acciones fuera del club de fútbol para el que presta sus servicios pero en tres de los cuatro casos sospechosos se trató de jugadores de 'La Alternativa'. El presidente de dicho club, Agustín Piñero, señaló ayer a este periódico que "jamás hemos tenido la menor constancia de que pudiera haber cometido algo así en el seno del club. De haberlo sabido jamás habría seguido desempeñando funciones en esta entidad".

El presidente asegura que la entidad es ajena a todo lo acontecido y mostró su extrañeza por el hecho de que "cada vez que le llamaba (al entrenador) me decían que estaba trabajando. Y claro, después supe que no era verdad". El detenido trabajaba por horas, al parecer, en una bodega jerezana durante las tareas propias de la vendimia.

La amabilidad de Cristóbal A. era conocida en el fútbol base pues solía agasajar a sus jugadores con comidas en las hamburgueserías de moda e incluso hacerles regalos.

La detención, y posterior ingreso en prisión por orden judicial, se ha convertido en tema tanto de sorpresa como de conversación en el fútbol base jerezano. Cabe destacar que la misma fue llevada a cabo a primeros del presente mes de septiembre, trascendiendo ahora a oídos de la opinión pública de la ciudad.

La autoridad judicial tomó varios testimonios, de los cuales uno resultó ser definitivo. Fue por ello por lo se decretó el inmediato ingreso en prisión del referido entrenador.

Según pudo saber este medio entre los últimos equipos que dirigió estuvieron un cuadro de alevines y de forma simultáneas un grupo de prebenjamines.

Éste caso en cuestión es el tercero que en los últimos años salpica al fútbol base jerezano. Fueron especialmente sonados los que tuvieron como culpables a los conocidos entrenadores Pajuelo y Salado.

Pedro Pajuelo fue condenado a cumplir una condena de 12 años por abusos sexuales. El fallo del tribunal fijó igualmente una sanción de 40.000 euros en concepto de indemnización, a razón de 10.000 euros por cada una de las cuatro víctimas. Los menores en este caso tenían edades comprendidas entre los 14 y los 16 años, que entrenaban bajo sus órdenes en las categorías inferiores de un equipo de fútbol de La Barca.

Otro caso especialmente sonado fue el de un entrenador de La Milagrosa, que fue también condenado, así como el de un entrenador que se hacía pasar por ojeador del Betis, lo que le valía para ganarse la atención de los chavales.

Pese a todo, éste solía moverse más por la vecina localidad de El Puerto de Santa María que por Jerez.