Andalucía

La tensión se dispara en la asamblea de IU y acaba en zarandeos e insultos

  • Jóvenes del PCA impiden entrar al plenario a militantes de Bollullos, Chiclana y Mengíbar · El 80% de los delegados avalan el informe de gestión de Valderas

La tensión en la XVII Asamblea de IU acabó ayer en melé. Los militantes de Bollullos Par del Condado (Huelva), Chiclana (Cádiz) y Mengíbar (Jaén), tras horas de protesta pacífica en repulsa a la decisión de la actual dirección de "borrarlos del mapa" -aún no están expulsados- por haber desobedecido el pacto global con el PSOE y gobernar en sus municipios de la mano del PP, se envalentonaron y, al grito de "no a los pactos globales, sí a los ideales", irrumpieron en el edificio donde se celebra el cónclave para intentar entrar en el plenario. Los jóvenes del PCA -entre ellos, el ex edil de Sevilla, Lolo Silva- lo impidieron formando una muralla humana infranqueable. Al final, zarandeos, empujones e insultos fueron la imagen del día de un cónclave sin emoción a la vista de que los resultados ya tienen el nombre y apellido de Diego Valderas como coordinador.

La antesala a su previsible victoria fue el apoyo al informe de gestión del Consejo Andaluz, que salió adelante con el apoyo del 80% de los asistentes, si bien la realidad aritmética fue distinta. De los 505 delegados acreditados, 106 rehusaron ejercer su derecho al voto -un 21,46% de abstención-, lo que rebaja el apoyo al 63,5%.

Aún así, Valderas se mostró satisfecho por los 321 síes obtenidos y, de nuevo, hizo el esfuerzo en vano de tender la mano a la minoría. "En IU no sobra nadie", dijo, mientras citaba el informe de gestión como prueba de la "apuesta por la unidad y el futuro" y exponía como ejemplo de su voluntad la cesión a Concha Caballero de la portavocía del Grupo Parlamentario en la pasada legislatura.

Este mensaje para el sector crítico caía en saco roto, ya que el contenido del informe -les responsabiliza en exclusiva de la confrontación interna- lo consideraron una "provocación" y una prueba del afán del PCA por la "exclusión" de quienes no comulgan con sus ideas.

Para los críticos, el rodillo comunista parece que no sólo tiene como objetivo hacerse con el control de IU en Andalucía, sino que tiene las miras puestas en la Asamblea Federal que se celebrará en Madrid dentro de quince días. Tener las riendas de la coalición andaluza, a su juicio, les garantizaría una posición de fuerza para la conquista del Federal, en el que aseguran que el PCE aspira a alcanzar más del 50% y para ello requiere tener bajo su mando a la delegación más numerosa. De hecho, aseguran que el reto que se han marcado es hacerse con, al menos, 60 de los 80 delegados andaluces que en esta asamblea regional se elegirán para ir a la federal.

Esta tesis fue la que manejó el candidato alternativo a Valderas, el ex parlamentario jienense, José Cabrero, que alertó de la estrategia oficialista de molestar a los críticos hasta provocar su marcha con el fin de "rapiñar" más delegados y dar un "golpe de efecto" en el congreso federal. Consciente de la limitación porcentual con la que parte en la carrera por la coordinación, Cabrero no se desanimó y advirtió que lejos de abandonar, seguirán luchando.

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