Andalucía

El turismo andaluz puede perder 1.500 millones por la subida del IVA

  • La Junta calcula que se destruirán hasta 2.500 empleos · Los recortes y el paro castigan a un sector que se nutre sobre todo de visitantes nacionales · Las empresas asumirán el alza por los paquetes ya vendidos

El turismo es un negocio global a tiro de internet. Millones de personas diseñan virtualmente sus paquetes, moldeándolos a la escala soñada, y surcan fronteras y espacios aéreos como quien colecciona cromos del Mundial. La competencia es feroz: naturaleza, cultura, infraestructuras, seguridad y, cómo no, precio son los factores determinantes, y confluyen en un cóctel donde cada ingrediente ausente penaliza. España ocupa el cuarto puesto mundial en número de visitantes tras Francia, EEUU y China, según la Organización Mundial del Turismo. Andalucía lo calca en la liga autonómica. Es la cuarta tras Cataluña, Baleares y Canarias con casi 22 millones de turistas. Dos semanas atrás, el Gobierno anunciaba una subida del IVA que siempre descartó en campaña y también bajo mandato. El sector de los huevos de oro, la musa de la economía andaluza (supone un 11% del PIB), sufrirá desde septiembre un incremento de dos puntos en la versión reducida del impuesto, que engorda del 8% al 10%. Parece un thriller donde el bueno acaba muriendo por la nula imaginación del guionista para urdir una escapatoria.

Radiografía a vuelapluma. Francia, la gran rival continental, tributa al 7%. Alemania, ese paradigma tan machacón de la seriedad, rebajó el IVA turístico del 19% al 9% en 2010. Irlanda (del 13,5% prerrescate al 9%), Grecia (del 11% al 6,5%) y Portugal (6%) salen igualmente mejor paradas. Sólo la Italia del tecnócrata Mario Monti se mueve en los porcentajes españoles.

Calcular el impacto de esta decisión monclovita es complicado. Exceltur, alias alianza para la excelencia turística, teme que el sector turístico patrio deje de ingresar 2.000 millones al año y pierda 18.730 empleos directos. La Confederación de Agencias de Viajes (CEAV) niega no obstante castigo alguno a su nicho empresarial. Paradores Nacionales advierte de un alza de entre 2 y 4 euros por habitación. En Andalucía, la Junta utiliza las cifras de Exceltur para ofrecer su propio cálculo. "El PIB turístico podría caer un 1% en 2012 y afectar a entre 2.000 y 2.500 trabajadores", estima el consejero de Turismo y Comercio, Rafael Rodríguez. Tomando como referencia el PIB regional a precios corrientes a cierre de 2011 (149.163 millones de euros), y asumiendo un leve redondeo hacia arriba por la contracción que sufrirá la economía andaluza este ejercicio, la sangría será de unos 1.500 millones. El 75% de las pérdidas del gremio en todo el país.

Razón probable para tan acusado castigo: "Que se toque el IVA nos afecta doblemente porque más del 60% del turismo estival en Andalucía es español, y al ciudadano esa subida le afecta en todo (transporte, bebidas alcohólicas), además de que hay muchísimas dificultades económicas y demasiada gente en paro", argumenta Rafael Navas, el miembro de UGT-A en la Mesa del Turismo que conforman los sindicatos, la CEA y la Junta. El Instituto de Estadística y Cartografía avala esos porcentajes: de los 21,79 millones de turistas que recibió la comunidad el pasado año, el 32,6% procede de la propia región y otro 28,3% del resto de España. La cuña de los extranjeros copa el 39,1% del pastel.

Cunde el pesimismo, aunque la gradación anímica comporte distintos matices. Rodríguez subraya que la balanza nacionales/foráneos tendrá que compensarse en favor del segundo flanco con estrategias de captación y planes de choque. Pese a la negritud del panorama, recuerda que "el producto turístico andaluz es tan solvente y competitivo que podrá hacer frente a este misil dirigido contra su línea de flotación". Navas se sitúa en el extremo más drástico y aventura un desplome del empleo que arrastrará a 20.000 ó 25.000 profesionales. "Habrá un efecto multiplicador, porque el turismo es un servicio de servicios que engloba cultura, comercio, artesanía, etcétera. Los empresarios recortarán personal y el cliente será peor tratado. Lo más negativo es que la oferta no nos diferencia ya de los demás. Tenemos buenos profesionales, pero la imagen del sector es malísima incluso para los propios andaluces", lamenta.

"No hay más salida que presionar al Gobierno desde las autonomías y ayuntamientos. Los presidentes y alcaldes deben rebelarse y atiborrarse de mociones", propone Gonzalo Fuentes, el alfil de CCOO en la Mesa del Turismo. De hecho, existe un consejo específico para el sector semejante al de Política Fiscal y Financiera. A él acuden los ejecutivos regionales para exponer sus quejas. "Ha faltado sensibilidad. Los funcionarios y la clase media son nuestro cliente potencial, pero su capacidad adquisitiva se ha deteriorado mucho. Los fondos del Imserso para viajes se han recortado un 25%. Hasta junio hemos registrado 500.000 pernoctaciones nacionales menos en Andalucía, aunque han venido 400.000 extranjeros más. El turismo del golf es otro elemento con enorme potencial, y ahí el IVA pasa del 8% al 21%", protesta.

El del golf es un caso curioso. 425.000 personas visitaron el sur en 2011 para practicar ese deporte, según la Junta, permaneciendo una media de 11,7 días (tres más que un turista estándar) con un gasto diario de 80,31 euros (20 más). Trece puntos extra huelen a estoque. "El viajero mira el paquete completo: avión, hotel y campo de golf. Portugal y Marruecos van a ser más baratos", vaticina Fuentes. "No tengo claro cómo se va a aplicar el repunte del IVA al golf, porque en realidad muchos circuitos vienen incluidos ya en el precio del hotel, que pagará al 10% y no al 21%", ahonda Miguel Sánchez, presidente del consejo de turismo de la CEA.

Sánchez y Navas coinciden en plantear otro problema conectado a los paquetes turísticos: como se venden siempre a un año vista (los de 2013 ya están adjudicados), las empresas se zamparán forzosamente este curso esos dos puntos de más. "Es un aumento del 25%", protesta el sindicalista. "Afectará a las cuentas de resultados y ya veremos si al precio a partir de 2014", añade el dirigente de la CEA.

Dos voces muy autorizadas opinan sobre el asunto desde la Universidad de Málaga (epicentro del turismo andaluz). Arranca Joaquín Aurioles: "El aumento del IVA no se traslada íntegramente a los precios sino que depende de la elasticidad de la demanda del bien en cuestión. Cuando es elevada (un pequeño incremento del precio provoca una caída importante de esa demanda), sólo una pequeña proporción de la subida se repercute en el precio, de manera que la mayor parte del coste recae sobre el productor, que reduce sus márgenes. Una de las características de la demanda turística es que con el tiempo se ha hecho cada vez más inelástica", explica. En el turismo, además, hay que distinguir por niveles de precios y calidad y por tipos de servicio. "La elasticidad de la demanda es mayor en los servicios de menor calidad y también es mayor en la restauración que en la hotelería, así que los más perjudicados serán el segmento de bares y restaurantes y los hoteles de precios reducidos e inferior calidad".

La tasa turística siempre ha sido una opción alternativa al IVA. Se aplica en Cataluña, por ejemplo (un euro por persona y noche), Francia o algunos estados de EEUU. Aurioles la avala: "Se trata de financiar el coste de los servicios que los turistas utilizan gratis (playas, monumentos, parajes naturales, limpieza, seguridad, infraestructuras del transporte). En realidad, se elige un destino vacacional en función de este tipo de parámetros, de los que normalmente se disfruta de manera gratuita o pagando precios públicos, pero casi nunca en función del tipo de hoteles, los servicios de los restaurantes o una variación del 2% en la tarifa del IVA. Ese aumento en la hostelería tiene una repercusión muy limitada sobre el turismo; la mayor parte de la facturación de estos establecimientos se nutre de la población residente".

Y remata José Luis Torres. "El aumento impositivo provocará un alza en el precio final, lo que reducirá la competitividad respecto a otros destinos internacionales. Hay dos modos de evitarlo: absorber esa subida a costa de los márgenes de beneficios, con lo que muchas empresas estarían en peligro, o reducir la calidad de esos servicios, decisión contraproducente a largo plazo. Otra vía es mejorar el nivel de eficiencia, algo complicado en el contexto actual. Las administraciones públicas debería llevar a cabo políticas que contribuyan a minimizar los efectos negativos del IVA aumentado a través de la reducción de otros costes institucionales a los que hace frente el sector".

Si la musa andaluza (o la gallina dorada) sobrevivió a la crisis turística de los 80 (Malvinas, Líbano), si se sobrepuso al 11-S y a la gripe aviar, quizás este 2% sea sólo su último test de inmortalidad. Suerte.

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