La crisis está haciendo que muchas personas se reinventen para seguir en el mercado laboral. El espíritu emprendedor y las ganas de salir adelante es lo mejor de esta situación en la que el mercado laboral está cambiando la visión tradicional del trabajo. Algo así fue lo que le ocurrió a Carolina Abril Cornet.

Hace un año decidió que su vida tenía que dar un cambio y, aunque nunca se había dedicado al mundo de la costura, comenzó a confeccionar mantas para bebés y zapatillas. Todo un éxito que le hizo empezar a dedicarse a esto. "Tenía ganas de hacer algo por mí misma. Antes era aficionada a la costura pero no pensaba en dedicarme a ello", comenta la joven diseñadora.

Cuando una persona toma una decisión de este calibre es muy importante contar con el apoyo de quienes le rodean. "Mi marido también es artesano y lo entendió en seguida, además ven que funciona", comenta.

La pasión que siente por las piezas de tela que transforma en zapatillas de bebé, bolsos, broches, diademas o pendientes y collares, se transmite en el mimo y cuidado con el que realiza cada una de sus confecciones. "De las mantas de bebés y las zapatillas pasé a los cuelgachupetes, bolsos, etc.", explica.

Una de sus mejores bazas son las telas. Sus estampados, caídas y texturas dan mucha vivacidad a sus diseños. "Suelo ser muy atrevida en las combinaciones de colores porque necesito innovar y cambiar. Me divierto haciéndolo y si el resultado gusta, pues mucho mejor", asegura Carolina. La materia prima de estas pequeñas obras de arte textiles vienen desde otros países.

La distribución comenzó en los mercadillos que hay por la provincia. "Siempre me ha funcionado bien el boca a boca y el intercambio de correos electrónicos, pero últimamente también se venden mis productos en tiendas como ", comenta. También se pueden encontrar sus productos en la Seta Coqueta y Meridiana, en la capital hispalense y en La Tienda Quitapenas en Cádiz.

Respecto a los mercadillos, suele ser habitual encontrar a Carolina Abril Cornet en el de Los Bermejales que, aunque se celebra el primer sábado de cada mes, con motivo de la Navidad, en diciembre serán los días 17 y 18. Aunque comenzó con los artículos para bebé, en los mercadillos apreció que los principales clientes potenciales son las mujeres. "Con los retales de las zapatillas y las mantas empecé a hacer bolsos, después pasé a los collares y pendientes y se empezaron a vender muy bien", recuerda.

Su truco principal fue empezar a vender cosas que se escapaban a lo habitual como las zapatillas para bebé. En las que las telas y diseño las hacen únicas y distinguidas. "Es lo que más trabajo tiene, pero también es lo que más llama la atención de quien se acerca a conocer lo que hago", reconoce.

De sus bolsos, lo que más agradecen sus clientes son su versatilidad. Lo mismo sirven para dar un toque de distinción a una ocasión especial que para el día a día. "Hago combinaciones de colores muy arriesgadas, pero me estoy dando cuenta que eso es precisamente lo que distinguen a mis bolsos del resto de los que existen en el mercado", afirma.

Como todo trabajo artesano lo más importante es la exclusividad y la garantía de que es algo único porque dos piezas hechas a mano nunca serán iguales. "Intento darle un toque de originalidad a todo lo que hago porque yo misma me canso de hacer siempre lo mismo", comenta Carolina. Por esta misma razón se resistía a elaborar diademas y horquillas. "Se venden y tienen mucha aceptación. He conseguido darles un toque único y original que hacen que a primera vista se note que tienen algo distinto a las que hay en otras tiendas", reconoce.

Esta búsqueda de la original la ha llevado, entre otras cosas, a crear unos originales cinturones que pueden utilizarse, además como collares. Un complemento de color para cualquier estilismo.