-¿Cómo definiría brevemente a su localidad?

-La Puebla de los Infantes es un enclave privilegiado por la belleza y sencillez de su paisaje urbano, por el valor de su entorno natural, donde la vegetación mediterránea se combina con la abundancia de agua, y por la hospitalidad de su gente.

-¿Cuál ha sido el mayor cambio sufrido en los últimos años?

-Quizás el mayor cambio experimentado en nuestro municipio en los últimos años haya sido el de la mujer puebleña que, a mi parecer, representa el dinamismo de este pueblo tanto en la vertiente económica como en los aspectos sociales y culturales. Como podemos comprobar desde el amplio movimiento asociativo local donde la mujer está presente de forma activa.

-¿Cómo se está adaptando el municipio a las nuevas tecnologías?

-Con la formación en ese sentido desde los centros educativos. El Centro de Adultos o Guadalinfo, por ejemplo, imparten cursos de informática durante todo el año. Pero especialmente desde las posibilidades que estos medios informáticos ofrecen a todas las actividades económicas, como son los comercios, servicios, hostelería, o la ganadería.

-¿Cuál es su motor económico y social?

-Hoy por hoy aún sigue siendo el sector primario donde la cooperativa oleícola Nuestra Señora de las Huertas, que aglutina 750 socios, moltura una media anual de 7 millones de kilos de aceituna, de los que un 10% son ecológicos. También el sector ganadero tiene un peso importante en nuestro municipio, si bien cada día va ganando terreno el sector servicios y el turismo.

-¿Cuál es el reto de La Puebla de los Infantes a corto y medio plazo?

-El reto está en un desarrollo del sector servicios y en una transición de la agricultura y ganadería convencionales a una agricultura y ganadería ecológicas. Esto tendríamos que hacerlo partiendo de los recursos que tenemos, tanto naturales como humanos.

-Hay que venir a La Puebla de los Infantes por que...

-Para conocer nuestro enclave natural de una gran belleza paisajística, porque cuenta con unos alojamientos de gran calidad, por su sorprendente gastronomía y buen servicio, por una amplia oferta de actividades de turismo activo, como por ejemplo la práctica del paramotor, piragüismo, senderismo o bicicleta de montaña, entre otros. Por sus tradicionales fiestas populares, como las Candelas, que coincide con la gran concentración anual de paramotores, y por la hospitalidad de su gente.