-¿Cómo definiría a su localidad?

-Es una localidad de casi 20.000 habitantes, enclavada en el corazón de la campiña. Es un pueblo que tiene un fuerte espíritu rural. A pesar de ser un pueblo grande, sus vecinos están muy apegados a la tierra. Arahal tiene una tierra que está muy repartida, sobre todo porque hay muchos pequeños cultivos, lo que hace que el apego a la tierra sea aún mayor. Está muy bien comunicada con Sevilla a través de la autovía y eso nos da una gran ventaja.

-¿Cuál ha sido el mayor cambio sufrido en los últimos años?

-El cambio a negativo ha sido la influencia de la crisis, hay muchos vecinos padeciendo sus consecuencias. El cambio en positivo ha sido el gran impulso que desde el Ayuntamiento hemos dado en lo que a obras públicas y servicios se refiere. Hemos puesto en marcha servicios que antes no existían y hemos consolidado otros. Por ejemplo hemos mejorado la Escuela de Música, y hemos inaugurado una guardería municipal para 100 niños. Aparte hemos desarrollado varias obras para estimular el empleo, contando con vecinos de Arahal en paro. Además estamos terminando ahora mismo también el Centro de Interpretación Turística, que acogerá también una sala de estudios.

-¿Cómo se está adaptando el municipio a las nuevas tecnologías?

-La verdad, muy bien. Hay mucha participación de los vecinos a través de la redes sociales. Tenemos wifi libre en la caseta municipal, la biblioteca y el polígono industrial gracias a Prodetur. Y hay otras 8 zonas wifi que se accede con clave. Tenemos ordenadores para conectarse a Internet en Guadalinfo, el Hogar del Pensionista y en el Centro de Adultos. Hemos modernizado el pago de tasas de las actividades deportivas instalando un TPV para pago electrónico, que pondremos también en el teatro. Vamos implantando poco a poco la administración electrónica y además tenemos la Línea Verde, un servicio para resolver pequeñas incidencias: si un vecino hace una foto a algún desperfecto, el sistema lo geolocaliza y rápidamente nos llega.

-¿Cuál es el motor económico y social de su pueblo?

-El motor ha sido siempre el campo. En Arahal hay muchas explotaciones familiares agrícolas de las que dependen muchas familias, aunque la agricultura ahora está en horas bajas porque el precio de la aceituna manazanilla, que es la que caracteriza a Arahal, no cubre apenas los costes de producción. Otro motor ha sido la construcción, y algunas empresas se mantienen pese a la crisis. Y después, el sector servicios, que también es importante, sobre todo en lo que a restauración se refiere. Hay muy buenas empresas restauradoras.

-¿Cuál es el reto de Arahal a corto y medio plazo?

-Como Ayuntamiento, el reto es la aprobación del PGOU porque permitirá nuevas construcciones y espacios para instalar industria. Estamos dando los pasos para que esté aprobado provisionalmente antes de terminar este mandato. Otro reto es dotar a nuestra aceituna de mesa de una Indicación Geográfica Protegida, una figura jurídica que la proteja de cara al mercado que garantice unos precios justos.

-Hay que venir a Arahal porque...

-Sobre todo porque es un pueblo muy acogedor. Son muchas las personas que vienen y se quedan aquí. Por su casco histórico, somos uno de los pocos pueblos que tiene un casco histórico declarado conjunto histórico-artístico. Y para conocer nuestro patrimonio y la calidad de nuestra restauración.