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Dilma Rousseff, primera presidenta de Brasil con más de 55 millones de votos

  • Promete seguir el camino trazado por Lula da Silva y "erradicar la pobreza" en su país.

Dilma Rousseff, economista de 62 años, es desde este lunes la presidenta electa de Brasil y sucederá en el cargo a su mentor, Luiz Inácio Lula da Silva, tras ganar con más de 55 millones de votos las elecciones que disputó frente al opositor José Serra.

Así como Lula fue el primer obrero en llegar a la Presidencia del país en las elecciones de 2002, Rousseff, su escogida, es la primera mujer elegida para gobernar el país y lo logró nada menos que con casi 56 millones de votos, que suponen el 56% del censo. "Esta elección es una demostración del avance del país, que por primera vez será dirigido por una mujer", subrayó Rousseff en su primer discurso tras conocerse los resultados oficiales, en el que tuvo palabras de agradecimiento especiales para con Lula, su mentor político.

"La emoción de este día se mezcla con la de la despedida de Lula, cuya puerta golpearé cuando sea necesario, con la seguridad de que estará siempre abierta", dijo en alusión a quien le traspasará el cargo el próximo 1 de enero. Con lágrimas en los ojos, dijo que su victoria supone la "misión más importante" y "difícil" de su vida y registró, como el primero de sus compromisos, el de "honrar a todas las mujeres para que este hecho inédito de hoy se multiplique" en toda la sociedad brasileña. "Quiero que los padres y las madres miren hoy a sus hijas y les digan que una mujer puede ser presidenta de Brasil", declaró.

En su lista de promesas, dijo que garantizará "el derecho a la opinión y la expresión", el "empleo", la "distribución de renta", la "vivienda digna", la "paz social" y las "más absolutas libertades de prensa, religiosa y de culto". También se comprometió con la meta de "erradicar la pobreza" en el camino trazado por Lula, "el mejor presidente que tuvo Brasil".

Rousseff hizo un llamamiento a los "empresarios, trabajadores, iglesias, a la prensa y a todas las personas de bien del país" a colaborar con su Gobierno, que será "para todos, sin exclusión". A la oposición, encarnada por el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), José Serra, derrotado en las urnas, dijo que pretende "extenderle la mano" sin "discriminación", porque será "la presidenta de todos, respetando las diferencias de opinión".

En el plano internacional, Rousseff se pronunció a favor de "la promoción de un orden internacional más justo", en "un momento en que las grandes economías del mundo están golpeadas" por la crisis global. "Seguiremos luchando por la amplitud de todas las relaciones comerciales", contra "el proteccionismo" y para "acabar con la guerra cambiaria que hay en el mundo", dijo Rousseff, quien apuntó que "es preciso, en lo multilateral, establecer reglas mucho mas claras y cuidadosas" y "limitar la especulación desmedida".

Serra, por su parte, compareció ante la prensa unas dos horas después de que se confirmaron los resultados, para reconocer la derrota y felicitar a la presidenta electa.  El líder del PSDB aseguró que el resultado significa para el sólo un "hasta luego" político y garantizó que la oposición dará su mayor "contribución al país en defensa de la democracia, de la libertad, del derecho de todos a ser oídos y de la justicia social".

Lula, el gran protagonista de la campaña electoral de Rousseff, que llegó a aparecer hasta cinco veces por semana en mítines junto a su candidata, hoy optó por dejarle todo el protagonismo a quien tuvo como ministra de Minas y Energía primero y de la Presidencia después. "El presidente decidió no sumarse a los festejos por la victoria" porque "este día es de ella", dijo a periodistas Gilberto Carvalho, jefe de gabinete de Lula.

La fiesta a la que aludió Carvalho se celebró en la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida de Brasilia en la que están concentrados todas las sedes del poder público, incluido el Palacio presidencial de Planalto, donde Rousseff despachará a partir del 1 de enero, cuando recibirá el cargo de manos de Lula.

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