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Para 9 de cada 10 personas es importante cuidar la vista y el 70% creen que es clave para disfrutar de la vida; no obstante, un estilo de vida poco saludable y la falta de concienciación sobre la importancia de prevenir patologías oculares mediante buenos hábitos y revisiones periódicas puede estar afectando a la salud visual de la población. Así lo refleja la cuarta edición del Barómetro de Bienestar Ocular en la Población Española, impulsado por Miranza, grupo líder en oftalmología, y presentado coincidiendo con el Día Mundial de la Visión, que este año se ha celebrado el 10 de octubre.
Entre las conclusiones más relevantes del estudio, basado en una encuesta a un millar de personas de más de 25 años, destaca que el estado ocular de los españoles apenas obtiene un aprobado justo, con una puntuación de 5,20 sobre 10, prácticamente la misma nota que el año pasado (5.22), si bien suspende en los encuestados mayores de 41 años, con un 4.87 en el grupo de entre 41 y 64 años y un 4.91, en los mayores de 61.
Pese a estas malas calificaciones, el 72% de los encuestados percibe su salud ocular como “razonable”; aunque es significativamente menor el porcentaje de personas que la valora como “buena” o “excelente” (35%). Llama la atención que este porcentaje es muy inferior al de personas que valoran como buena o excelente su salud general (58%), lo que sitúa a la vista como un punto débil de la salud de los españoles.
Según datos del Barómetro, al menos 1 de cada 3 españoles tiene síntomas de problemas visuales, siendo los más frecuentes la visión borrosa (34,5%), la sensibilidad a la luz (33,6%), la sensación de pérdida de visión (33,3%), irritación, picor o escozor (31%) y sequedad en los ojos (30,1%).
Asimismo, la miopía escala a la primera posición del ranking de problemas de visión, superando, con un 37%, al astigmatismo (35%) y la presbicia (32%), que aparecían por encima de la miopía en años anteriores.
A raíz de los resultados del barómetro, los especialistas de Miranza ofrecen sus recomendaciones para fomentar el bienestar ocular de la población. Según la Dra. María Gessa, directora médica de Miranza Virgen de Luján, clínica del grupo en Sevilla, “no hay duda de que los hábitos incorporados a la rutina diaria influyen en el bienestar ocular, especialmente si se tiene en cuenta el incremento de actividades que ponen a prueba la vista, como el uso de pantallas, ligado a un estilo de vida cada vez más sedentario”.
De hecho, los resultados de este informe constatan que el 55% de los españoles lleva un estilo de vida poco activo o sedentario, lo que explica que este mismo porcentaje de encuestados indique realizar actividades que requieren el uso de una vista cercana, como leer en el móvil o usar el ordenador.
“El uso prolongado de pantallas en la actualidad, sumado a otros factores como el poco tiempo que pasamos al aire libre, es una amenaza importante para el bienestar ocular. No sólo provoca un aumento de molestias asociadas al ojo seco o a la fatiga visual, sino que también contribuye a que se estén disparando los casos de la miopía (mala visión de lejos). A lo largo de los últimos 30 años, la miopía ha aumentado considerablemente en todo el mundo, convirtiéndose en una pandemia global que se prevé que afecte a la mitad de la población en el año 2050, si no se toma ninguna medida preventiva en el presente”, expresa la oftalmóloga.
Los expertos reconocen el largo camino que aún queda por recorrer para alcanzar el bienestar ocular óptimo de los españoles, siendo el principal problema la poca concienciación sobre la importancia de llevar un estilo de vida saludable y la repercusión que este tiene en nuestros ojos. Solo el 49% de los encuestados percibe una asociación entre la salud ocular y hábitos de vida, pese a la relación ya demostrada que existe entre el estado de nuestros ojos y el sueño, el tabaco y el alcohol, la alimentación o el deporte. En contrapartida, más de la mitad consideran que factores que no dependen de uno mismo, como la herencia, la contaminación o el clima, pueden afectar a la salud ocular, lo cual también es cierto.
Otro de los factores que impacta en la salud ocular es el estrés, un estado emocional que provoca cambios metabólicos y puede ocasionar alteraciones visuales como la coriorretinopatía serosa central, una patología que afecta a la retina. En relación con esta condición, el Barómetro de Miranza apunta que las personas que reconocen sufrir de estrés (más de la mitad de los encuestados), también valoraron peor su bienestar ocular.
De acuerdo con los resultados reflejados en el informe, 8 de cada 10 encuestados afirman que hay que revisar la vista anualmente, aunque, luego, el promedio de revisiones oculares no llega a una visita oftalmológica anual.
Acudir al oftalmólogo 1 vez al año es la frecuencia media que los especialistas recomiendan, sobre todo en la infancia y a partir de los 40 años, cuando empieza a aumentar la prevalencia de muchas patologías oculares debido a la edad, como DMAE o glaucoma, así como problemas funcionales naturales del envejecimiento, como la presbicia o vista cansada y la catarata.
De hecho, el 80 % de encuestados entre 41 a 64 años, cuando empiezan a aflorar la presbicia y la catarata, respectivamente, afirma que le preocupa su vista, y es colectivo el más consciente de la necesidad de cuidarla (93 %), mientras que el 85% de los encuestados está de acuerdo con que “con la edad se pierde vista”.
Respecto al impacto de la mala visión en la vida cotidiana, la mitad de la muestra coincide en que la vista afecta a la capacidad de conducir y de trabajar y, en menor medida, pero en un porcentaje nada desdeñable, reconoce que impacta negativamente en su capacidad de socializar (25%) e incluso “a mis ganas de salir de casa” (21%). Asimismo, hay una parte de la población que asocia sus problemas de visión con sensación de inseguridad (25%), frustración, dependencia y hasta vergüenza (10%), lo que estrecha vínculos entre los problemas que afectan a la vista con procesos depresivos.
Pese a todo ello, el estudio pone de manifiesto que más de la mitad de los españoles considera que no es posible evitar la pérdida de visión (solo 4 de cada diez considera que sí lo es). Quizá por eso, las medidas preventivas, entre las que se incluyen tanto hábitos de vida saludable como la revisión oftalmológica anual, no están avanzando para asegurar un bienestar ocular óptimo en la población española.
De igual forma, la encuesta arroja el poco índice de tratamiento para revertir o frenar problemas de visión, lo que podría relacionarse con poco conocimiento o falta de confianza en la existencia de cirugías, fármacos y tecnología eficaces para mejorar nuestra salud o bienestar ocular y, por ende, nuestra calidad de vida. En este sentido, cerca de la mitad de los encuestados con algún problema ocular, principalmente defectos refractivos o glaucoma, dice no haber recibido tratamiento. “Muchos pacientes se resignan a vivir con molestias o patologías y, en muchos casos, desconocen que lo podemos tratar eficazmente, ya sea en consulta o quirúrgicamente, gracias a los grandes avances y nuevas técnicas que cada vez más están irrumpiendo en el campo de la oftalmología”, explica la Dra. María Gessa. En patologías graves y crónicas, como el glaucoma, es especialmente importante actuar, ya que provoca pérdida de visión paulatina e irreversible, advierte la oftalmóloga de Miranza Virgen de Luján.
En cuento a la corrección de defectos refractivos, el 72% de los participantes en el estudio declara llevar gafas de forma permanente u ocasional, mientras que otro 17% afirma usar lentes de contacto. Todos ellos tienen una peor percepción de su salud ocular que las que no usan corrección óptica. Además, la dependencia de estas correcciones ópticas es percibida como una molestia o incomodidad por el 36% de los usuarios de gafas y el 42% de los portadores de lentes de contacto.
En este sentido, “la cirugía refractiva para miopía, hipermetropía o astigmatismo y la cirugía del cristalino para la presbicia o vista cansada, son alternativas que podemos ofrecer y por las que cada vez optan más pacientes, por sus eficaces resultados, seguridad y facilidad de recuperación, así como altas posibilidades de personalización. Hoy en día, realizamos estudios preoperatorios muy completos y contamos con un amplio abanico de técnicas, que nos permiten ofrecer solución a pacientes que hace años no podían operarse por tener muchas dioptrías o ciertos condicionantes oculares. Además, con la cirugía de cristalino actual, podemos corregir cualquier otro detecto refractivo previo del paciente, además de la presbicia o la catarata, eliminando de forma prácticamente total la dependencia de gafas a cualquier distancia”, apunta la Dra. María Gessa.
La especialista de Miranza concluye haciendo hincapié en “la importancia de concienciar a los ciudadanos sobre la necesidad de valorar periódicamente su salud ocular para obtener un diagnóstico y un tratamiento temprano que evite o ayude a frenar el desarrollo de cualquier patología que pueda disminuir la calidad de la visión y con ella la calidad de vida”.
Más información:
Miranza Virgen de Luján
Glorieta de las Cigarreras, 1. Sevilla
T. 954 28 00 00
miranza.es
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