Francisco Martínez-Cosentino, presidente de Grupo Cosentino

“Nuestra gran labor en los próximos años es lograr una transición familiar bien hecha”

  • Felipe VI entrega hoy al almeriense el Premio Reino de España a la ‘Trayectoria Empresarial’, otorgado por Círculo de Empresarios, Cercle d’Economia y Círculo de Empresarios Vascos

Francisco Martínez-Cosentino, presidente de Grupo Cosentino

Francisco Martínez-Cosentino, presidente de Grupo Cosentino / Rafael González (Almería)

El Rey Felipe VI entrega hoy a Francisco Martínez-Cosentino, presidente del Grupo Cosentino, el Premio Reino de España a la ‘Trayectoria Empresarial', un galardón que conceden el Círculo de Empresarios, el Cercle d’Economia y el Círculo de Empresarios Vascos, con el respaldo de la Casa Real. Nacido en Macael en 1951, Francisco y sus hermanos José y Eduardo iniciaron hacia 1980 la transformación de un pequeño taller de mármol heredado de su padre hasta lograr una multinacional líder en la producción y distribución de superficies innovadoras para el mundo de la arquitectura y el diseño, llegando hoy sus productos a 116 países, contando con 5.300 trabajadores en el mundo y facturando en el último año 1.078 millones de euros. La innovación es una de las claves del éxito de la compañía, con sede central en la provincia almeriense.

–Un nuevo reconocimiento a su trayectoria y entregado por el Rey de España, ¿qué sensaciones le genera este galardón?

-Los premios son siempre de agradecer, principalmente por el hecho de que se acuerden de tu gente pero, sinceramente, creo que hay que dárselos más al conjunto y menos a mí personalmente porque esto es un equipo. Otra cosa es este premio, que es especial por varias razones: primero por el origen, que un grupo de empresarios vascos, catalanes y del resto de España den un premio a un andaluz es para mí una gran satisfacción y si, encima, lo entrega el Rey, que para mí es una de las personas o de las instituciones más importantes en esta España constitucional, más todavía, por lo que estoy muy agradecido.

–En Andalucía hay grandes empresarios. ¿Cree que a veces se les valora menos?

-No tenemos que tener complejos. El empresario andaluz cuando puede y se le permite crecer, crece. Esto ha quedado demostrado en uno de últimos momentos graves que ha vivido este país como ha sido la crisis entre 2008 y 2012, cuando el empresario salió fuera y la exportación pasó a tener un peso del 35% del PIB español, es decir, que cuando se ha necesitado al empresario, ahí ha estado.

–Cuando habla de sus orígenes siempre tiene palabras hacia sus padres a quienes atribuye gran parte de su éxito empresarial. ¿Qué valores le han inculcado?

-Muchas veces me han preguntado quién es la persona a la que más he admirado y ésta ha sido mi madre. En mi casa me enseñaron a trabajar, a ser honrado, a tratar de ser de las mejores personas posibles, a no rendirme, a aspirar a hacer un mundo mejor, a no tener complejos para salir por el mundo y a tener mucho amor hacia los hijos. Para mí es clave mi familia, mis padres y mis hermanos.

–¿Cómo ha sido el trabajo conjunto con José y Eduardo?

-Tengo que agradecerles la confianza que han tenido en mí y, así, lo hecho muchas veces y no pararé de hacerlo mientras viva en ese aspecto.

–¿Cómo recuerda esos inicios juntos?

-Nosotros hemos tenido muchas dificultades y hemos sabido llevarlas, hemos sabido sufrir juntos y también hemos sabido celebrar juntos. Nuestra gran labor en estos próximos años es hacer una transición familiar bien hecha, no solo en la familia, sino también en la propia empresa. En muchas ocasiones las empresas familiares se hacen muy fuertes, pero cuando llega la transición y a la vez ya hay varias familias eso hace que se pueda destruir. Para mí, la labor no se termina hasta que no se hace bien la transición. Es la gran labor del empresario, muchas veces se le da importancia a crear y no se valora lo importante que es la transición. Pero ojo, no es solo la familia, Cosentino tiene casi 400 ingenieros y casi 5.500 empleados en todo el mundo, es decir, hay que pensar en el conjunto, hay mucha gente a la que hay que ilusionar para trabajar en el proyecto común. Ésta es una labor de los que están y de los que se han ido, tenemos buena gente en el exterior, sino no llegaríamos a estar tantos años fuera y ya llevamos más de 30 años; en algunos sitios como Estados Unidos, con más de 1.500 empleados donde se realiza el 56% de nuestras ventas; en general, el 90% de las mismas se genera en el exterior gracias a nuestros equipos que están fuera.

–¿Qué retos tiene la siguiente generación?

-Hay un reto importantísimo y es que la empresa siga creciendo y no pierda su ADN, por eso intentamos, tanto mi familia como los ejecutivos, transmitir ese ADN hacia abajo.

–¿Cuáles son los genes de ese ADN?

-El primero es que quienes entren en Cosentino sean buenas personas, que se ganen la confianza de sus clientes y proveedores, traten a los demás con educación y respeto, que trabajen en equipo y que procuren desarrollar la sociedad de su alrededor. Algo también muy importante es tratar de hacer y dejar un mundo mejor del que nos hemos encontrado.

–La sostenibilidad está en boca de todos, quizás porque no queda otro camino. Ustedes la practican a través de materiales, de su compromiso con el territorio y con el medioambiente, así en la eficiencia de recursos hídricos o ahora también con la iniciativa de levantar una gran planta fotovoltaica para autoconsumo. ¿Cuáles son las directrices en este sentido?

Hay dos formas de vender: bajando precios o haciendo cosas distintas. Siempre he pretendido hacer cosas diferentes”

-Nuestra idea es invertir mucho en el tema medioambiental. Ahora mismo estamos montando la instalación solar para alimentación propia creo más grande de España y tal vez de Europa. También trabajamos para aprovechar el agua de todos estos pueblos y, en lugar de echarla al río, introducirla en la fábrica con una depuradora; también tratamos de aprovechar todo el calor que producen los hornos y que los residuos de la fábrica sean aprovechables. Esos son los objetivos marcados, algunos conseguidos ya y otros se lograrán en estos próximo tres años. En mi vida, lo he pensado muchas veces desde que me vine de Barcelona donde fui maestro, además de hablar mucho, he querido demostrar mucho, porque demostrando es como se llega al éxito; pero ese demostrar no se puede hacer solo, es labor de un equipo y ese equipo parte de la familia hasta el último.

–¿Cuánto tiempo estuvo de maestro?

-Estuve de maestro un año en una escuela unitaria de 55 alumnos de quinto a primero de Bachiller, aquello era luchar para superarme cada día. Por eso, es muy importante para mí el primer trabajo, porque uno da todo lo que puede. El empresario no puede perder la ilusión del primer trabajo que se vive con una fuerza enorme y hay que ayudarle en todo lo que se pueda.

–Su hermano Eduardo fue el primero que marchó a Barcelona ¿no?

-Mi hermano Eduardo hizo un gran sacrificio también, se fue muy jovencito a Barcelona con un tío nuestro y empezó a vender mármol allí; el éxito de Cosentino era que yo aquí compraba y producía y él vendía allí, esos fueron los principios. En aquellos momentos había mas demanda que oferta y lo difícil era encontrar mármol aquí y buscar buenas canteras, pero Eduardo es un gran protagonista en Cosentino.

–¿En algún momento imaginaron este parque industrial (en Cantoria) que es como una ciudad y la proyección que tendría el grupo en el mundo?

"En mi vida, además de hablar, he querido demostrar mucho; porque demostrando es como se llega al éxito”

-Para mí, una de las mayores satisfacciones como empresario y persona es que en una época muy difícil nosotros hayamos podido ayudar a crear empleo en la comarca. El hecho de que el pueblo que más riqueza tenga de la provincia de Almería sea mi pueblo Macael, muchas veces me ha llevado a preguntarme: ¿por qué?, alguna labor habrá hecho Cosentino. Aquí hay varias cosas que son importantes: el trabajo de la mujer, que hace que en las casas entren dos sueldos, y que siempre hemos pagado con dinero blanco y transparente y, ello, repercute por ejemplo en que los pensionistas de Cosentino estén cobrando el máximo de pensión y eso hace también que la renta sea alta.

-Usted ha expuesto en distintos foros las crisis que le ha tocado vivir y las oportunidades o aprendizajes a partir de las mismas, ¿qué ha aprendido Grupo Cosentino en esta crisis global derivada de la COVID-19 en la que su actividad no ha cesado?

-Yo lo primero que quiero es agradecer a la gente de Cosentino en todo el mundo que ha seguido trabajando. Así que, en primer lugar, agradecimiento y reconocimiento; en segundo lugar, hemos sabido adaptarnos a las nuevas circunstancias haciendo y aprendiendo que se puede trabajar viajando menos, digitalizando más y a tener mucho cuidado con los costos; esto ha hecho que el pasado año haya sido uno de los que mayor rentabilidad ha tenido Cosentino, igual que espero que éste también lo sea.

–Recientemente leía que eso parece que será así.

-Nosotros este año podemos vender de 1.375 a 1.400 millones de euros y cerrar con un EBITDA muy superior al del año pasado, es decir, seguimos creciendo pero es que seguimos invirtiendo. Con la ampliación, este año ya estamos abriendo fábricas y hemos creado 800 puestos de trabajo más y de la inversión prevista de 700 millones llevamos desembolsada más de la mitad. Si haces una visita por el parque, te das cuenta del gran movimiento de inversión y es que van a superarse los 700 millones, puesto que ya se ha invertido más de la mitad y en estos dos o tres años serán otros 400. Era una inversión estimada a 20 años y se está haciendo en cinco. Por eso ganamos dinero, porque al ganarlo lo invertimos y creamos puestos de trabajo, esa es nuestra teoría. Por eso es interesante ver no solo los beneficios, sino también la inversión; lo que estamos haciendo es desarrollar nuestra comarca, desarrollar Andalucía, España y el mundo, vendiendo cada vez más; es para sentirse orgulloso. Lo importante es generar riqueza y traer divisas del exterior para poder pagar asuntos sociales como la educación, la sanidad o la jubilación de nuestros mayores.

–Las superficies de Cosentino antes se veían en cocinas y baños pero ya han traspasado barreras arquitectónicas y de diseño, ¿buscar nuevos nichos de mercado es otra de las claves?

-Es importante, como dice la fábula del queso, no comerte el queso, sino buscar nuevos quesos aunque algunos salen mal. En este sentido, la innovación nos ha hecho crecer. Este año nos dan, por segunda vez, el Premio Nacional de Innovación; el primero fue por la internacionalización y este segundo es por algo esencial como lo es Silestone HybriQ, respetuoso con el medioambiente, con menos sílice, más seguro… Esa revolución de tratar de hacer nuevos productos y esa innovación constante es lo que hace Cosentino. Nosotros nos encontramos en los mercados más competitivos del mundo como EEUU, Europa Occidental, Australia o Japón, ¿y por qué estamos ahí y normalmente somos líderes? Por la innovación. Yo creo en una frase que se dice bien claro: “las dos formas de vender son bajando el precio, siendo el más barato, o haciendo cosas diferentes’, yo siempre he pretendido hacer cosas diferentes.

–¿Tiene la compañía puestas las miras en algún mercado nuevo?

-Ahora vamos a empezar en Europa del Este. Pero nuestra idea es introducirnos en nuevos nichos de mercado que hagan de Cosentino una empresa de diseño, que procurará entrar en el mundo del color, la belleza y la moda. Todo esto, para ser competitivos, lo hacemos no solo con nuevos productos, sino también digitalizando, robotizando la fábrica y robotizando la administración. Tiene que ir todo unido, de lo contrario no puedes llegar a ser competitivo en el mundo.

–Actualmente se vive una situación logística internacional complicada y los costes se han disparado; también a nivel nacional, donde la empresa tiene su sede central, el precio de la energía está por las nubes. ¿Cómo les está impactando todo esto?

-Respecto a lo del transporte marítimo en contenedores lo llevo anunciando desde hace tiempo y es un gran problema para la mayoría de empresas que exporta. Nosotros hemos tenido que aumentar el stock en el agua, porque si antes tardaba en llegar el producto a EEUU 15 o 20 días ahora tarda dos meses, además el coste está subiendo y esperamos que siga haciéndolo. Lo mismo sucede con las materias primas que importamos; es consecuencia de la inflación que está habiendo y seguirá con la subida de precios que va a haber a principios de año. Los costos de Silestone en los últimos meses han subido un 16%. En cuanto a la energía es un tema muy preocupante en este país y es algo en lo que tenemos que reflexionar todos juntos. Lo primero es que no se puede pasar de blanco a negro sin pasar por gris, es decir, tú no puedes tener toda la energía limpia sin estar preparado y, mientras, tienes que estar aguantando para hacer la transición. Segundo, la innovación no ha dado aún una energía limpia que podamos consumir por las noches; principalmente, la solar vale por el día pero no por la noche, así que nosotros estamos montando la planta fotovoltaica pero, por la noche, vamos a tener que enganchar y eso significa que, a pesar de que queramos tener energía limpia, las baterías aún no están avanzadas, el hidrógeno tampoco, así que todos nos hemos ido al gas, con ello cambia la oferta y la demanda mientras se reestructura todo y el precio sube. Luego nuestro país tendrá que decidir sobre la energía nuclear; Francia, por ejemplo, está planteando más plantas de energía nuclear más pequeñas y limpias, así que creo que tenemos que procurar tener la mente abierta si queremos consumir la misma energía para ver cómo lo vamos a hacer.

–En la empresa hay turnos nocturnos, ¿no es así?

-Sí, otro de los éxitos de Cosentino y de mi comarca es trabajar a cinco turnos. La gente gana más dinero: trabaja ocho horas pero cobra un plus de nocturnidad y festivos y la maquinaria se aprovecha más, por lo que se beneficia el trabajador y la empresa para ser más competitiva.

–¿En otros lugares donde tienen instalaciones se están disparando los precios de la misma forma?

-No tanto, nosotros tenemos una gran fábrica en Brasil, hay una parte más cara igual que aquí, pero estoy dispuesto a pagarla por la capacidad productiva que necesito. En EEUU lo que está sucediendo es otra cosa muy preocupante y es que falta mano de obra. En este sentido, hay que tener mucho cuidado con las subvenciones y las ayudas, puesto que hay gente a la que se le está dando 600 dólares semanales sin trabajar por lo que no quieren hacerlo. Tenemos que pensar que ese no es el camino. Aquí hay que trabajar, sobre todo, cuando somos jóvenes para poder pagar las pensiones, sanidad y educación y, en eso, hay que cambiar completamente el método. En este país eso se consigue a base de la formación que debe ser dual, es decir, a la vez que trabajas, estudias. De este modo, cuando el universitario o el estudiante de FP sale al mercado laboral lo hace preparado y con trabajo; por ello, es necesario tener nuestros centros educativos adaptados a las nuevas tecnologías y a las demandas del mercado y no preparar a la gente para que se vaya al paro.

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