CB Sevilla

Nachbar, comprometido

  • El esloveno afirma que le "duele" la incertidumbre que vive el equipo y confía en que se halle una solución que respete "la tradición y a la afición".

El compás de espera que parece haberse instalado en las oficinas del Baloncesto Sevilla comienza a inquietar a los aficionados, que temen que la incertidumbre que se vivió -y sufrió- el pasado verano se repita. Que aún no se haya alcanzado un acuerdo con algún grupo de inversión para la adquisición de la mayoría de las acciones del club hace saltar las alarmas entre la fiel hinchada hispalense, que, no obstante, confía en que se halle pronto una solución para que San Pablo siga siendo el escenario de no pocas alegrías la próxima temporada.

El 20 de julio, día para el que está fijada la junta de accionistas de la entidad, es la fecha marcada en rojo en lo que al futuro del CB Sevilla se refiere. Y ante el silencio que impera no queda más remedio que seguir esperando unas buenas nuevas que se están haciendo de rogar.

Toca aguardar y también desear que, otra vez, la historia tenga un final feliz. Algunos van más allá y también piden a quien corresponda que den con la solución lo antes posible. Es el caso de Bostjan Nachbar, quien utilizó su perfil de Twitter para publicar un mensaje escrito en perfecto castellano. "Me duele la situación del CB Sevilla. Esta preciosa ciudad debe continuar teniendo baloncesto al máximo nivel. Espero que quienes deciden tomen decisiones con respeto a la tradición, la afición y toda la gente joven que ama este deporte", rezaba el tuit del esloveno.

Nachbar demostró así que su compromiso con el club por el que fichó a mediados del pasado agosto va más allá de su actuación en la cancha. El veterano jugador, lejos de arribar a la ciudad para vivir una plácida y discreta retirada, acabó ganándose a los aficionados con su entrega. Y aunque en ocasiones pecó de irregular, nadie pone en duda que cada vez que se enfundaba la elástica del CB Sevilla lo hacía con el firme propósito de ayudar al equipo.

Además de encontrarse con un vestuario unido y un entrenador capaz de sacar todo el potencial a sus jugadores, Nachbar descubrió que Sevilla, por su clima, su ambiente y sus tradiciones, podía ofrecerle mucho más de lo que esperaba. A él y también a su familia, que vivió la mudanza de Barcelona a tierras hispalenses con lógicas dudas. ¿Sería Sevilla una escala más de la dilatada trayectoria del jugador o encontrarían a orillas del Guadalquivir un destino en el que echar raíces?

"Después de mi última temporada en Barcelona pensé en retirarme, pero vine a Sevilla y me sentí bien. Ahora me gustaría seguir aquí, si es posible", reconoce el ala-pívot, que parece haber encontrado el lugar ideal para aunar los dos pilares de su vida: la familia y el baloncesto.

"Mi familia es parte de mi vida y siempre estará ahí. El baloncesto me lo tomo seriamente, no como un trabajo, aunque sí con seriedad. La familia es lo más importante para mí. El baloncesto es un juego al fin y al cabo, pero lo cierto es que me ha dado mucho a mí y a mi familia y espero seguir disfrutándolo un año más", deseó Nachbar, quien, como muchos otros, vive estos días sumido en un mar de incertidumbre. Y también de silencio.

El esloveno quiere continuar, ésa es la única certeza de su particular situación, la misma que comparte con sus compañeros de vestuario. Se siente con fuerzas para seguir jugando a un gran nivel y confía en alargar su estancia en una ciudad en la que dice ser muy feliz.

Que su deseo se cumpla no depende ni de sus preferencias deportivas ni de cuestiones pecuniarias, pues no duda en afirmar que en ningún caso pedirá más dinero si el club está dispuesto a darle continuidad: "He jugado anteriormente por menos dinero y no voy a pedir más. El dinero no fue la razón por la que vine y no pediré más, pero tampoco menos".

Nóminas aparte, el futuro de Nachbar pende del mismo hilo que el del Baloncesto Sevilla en su conjunto. De encontrarse un grupo de inversión que se haga con las riendas monetarias de la entidad, el resto de las cuestiones que a día de hoy están por resolver se irían solventando cual efecto dominó.

Pero hasta que no caiga, y en el buen sentido, la primera ficha de esta hilera de negociaciones en suspense y futuros inciertos, Nachbar y su familia tendrán que esperar pacientes, al igual que sus compañeros de equipo, su entrenador y todos cuantos aman el baloncesto en esta ciudad.

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