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La madre de todas las batallas

  • El CB Sevilla visita Valencia a sabiendas de que su guerra es otra. En la salvación, los modos importan.

A la Liga le suenan los tres cuartos y el Club Baloncesto Sevilla toma el camino del Levante para citarse en la vigésima sexta jornada con el Valencia Básket, ese Valencia que, a nueve partidos para la conclusión, no sólo está ya matemáticamente clasificado para el play off sino que es y se comporta como un firme aspirante al liderato final. Al CB Sevilla, en cambio, que derrocha rigores y vigor para rubricar una pronta salvación, se le perdonaría que considerara la batalla de hoy en la capital del Turia no perteneciente a su verdadera guerra. Es así, pero en parte.

La permanencia, eludir las dos últimas plazas de la tabla -la madre de todas las batallas para el equipo sevillano de un tiempo a esta parte-, se atisba ya en el horizonte. Es probable que sean tres, podrían bastar incluso dos, los triunfos que necesita el conjunto entrenado por Luis Casimiro para cumplir el primer y más básico objetivo del curso. Un regreso victorioso de Valencia, sin embargo, supondría no únicamente una de esas victorias para el recuerdo, por el nivel del rival y por el significado clasificatorio, sino que indicaría que la plantilla pretende reivindicarse más allá de la medianía. Ninguna tontería.

Naturalmente, dirán algunos no poco razonablemente, la verdadera guerra del Caja se producirá de modo consecutivo en las próximas dos fechas caseras, citas en las recibirá a los dos últimos clasificados, el Gipuzkoa y el Estudiantes. Ésos sí serán duelos a vida o muerte. La presión hoy será distinta, normal, aunque el Caja pudiera ganar un enorme crédito si venciera en la Fonteta: por el hito de derrotar al pistón armado por Pedro Martínez, por la tranquilidad de saberse más cerca, antes, de la salvación y, por qué no, por la más sublime de las batallas, el futuro.

No puede entrar a descubrirse al Valencia a estas alturas. A nadie puede extrañarle su segundo puesto, sólo vencido en tres ocasiones después de 25 partidos, y a un solo partido ganado del Barcelona, el líder. Con la probable reaparición del aún renqueante Dubljevic, Pedro Martínez tendrá doce jugadores a su disposición, algo que le ha sido ajeno durante un mes y medio. El potencial del equipo taronja es insondable: es la segundo mejor defensa del campeonato y el cuarto mejor ataque. Además, se sitúa en las cumbres en porcentajes de tiros.

La empresa no es en absoluto imposible. Con intensidad, ganas y, claro, algo de suerte, el CB Sevilla ha demostrado a lo largo de la campaña que puede ganar a cualquier rival. Recientemente lo ha hecho, con brillantez además, frente a equipos de la entidad del Baskonia o Gran Canaria, que no son para nada poca cosa. No sería escaso el incentivo profesional de doblegar, fuera de casa, a todo un aspirante al campeonato. Así lo percibirán sin duda los cajistas, con más ganas que nadie de sentir ya, pero ya, el alivio de la salvación.

Con un cuarto liguero todavía pendiente, hay metas ajenas a las estadísticas que los componentes de la plantilla cajista deberían tener muy presente. En tiempos de nuevas reflexiones acerca del futuro del club, no sería difícil comprender que la estadística no será el único ítem examinado, aunque sí el primero. Es un hecho: no será indiferente sumar al final de la campaña nueve o 12 triunfos, naturalmente, pero tampoco será igual hacerlo con 12 que con 16. No únicamente en el mundo del estricto baloncesto, también fuera de él (sobre todo fuera de él), las formas importan una barbaridad.

La salvación, por tanto, no será suficiente, lo que está en juego es la madre de todas las salvaciones. Y en Valencia será la primera de las batallas.

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