Festival de Venecia

'The Master' acaricia el León de Oro

  • La cinta de Paul Thomas Aderson se mantiene como clara favorita en las quinielas de la Mostra.

Con las 18 películas a concurso proyectadas, el León de Oro ya tiene presas a las que hincar el diente en una edición sin grandes sorpresas y donde ha sobresalido ampliamente The Master, de Paul Thomas Anderson, con la que quizá se midan los trabajos de Mendoza, Assayas, Ki-duk y Serebrennikov.

Se proyectó hace ya una semana, pero The Master ha mantenido la etiqueta de favorita con la que ya llegó a Venecia. Sólo puede ser eclipsada por su propio protagonista, un inmenso Joaquin Phoenix que merece tanto la Copa Volpi, que quizá el León de Oro, que no puede recaer en la misma película, no le parezca tan necesario al jurado presidido por Michael Mann.

Tras la decepcionante To The Wonder, de Terrence Malick, la agreste reflexión sobre la búsqueda espiritual de Anderson se ha quedado prácticamente sola en la cumbre, aunque el jurado podría rebelarse contra tanta unanimidad buscando alternativas en, como si fuera un chiste, un filipino, un francés, un coreano y un ruso. El primero es Brillante Mendoza, que ha abierto los horizontes de su hermético cine en Thy Womb, hermosísimo film naturalista sobre una pareja madura en el sur de las Islas Filipinas que afronta la posibilidad de la poligamia. Su actriz, fantástica Nora Aunor, también podría encontrar hueco en el palmarés.

Otra presencia femenina abrumadora es la de la alemana Franziska Petri, volcán gélido al estilo Hitchcock de la enrevesada trama sentimental de Betrayal, del ruso Kirill Serebrennikov. La película cuenta con la desventaja de haber sido presentada la primera de todas, pero con la ventaja de haber permanecido o incluso crecido en la memoria.

El trío de féminas lo cierra la coreana Cho Min-soo, quien abandera Pietá, de Kim Ki-duk, una de las cintas más aplaudidas y salvaje parábola de la deshumanización capitalista en la mejor tradición poética del director de Hierro 3. Frente al tono casi documental de Mendoza, la pasión extrema de Serebrennikov y la violencia no menos extrema de Ki-duk, Olivier Assayas podría llevarse el león al agua gracias a la templanza de la que hace gala en Aprés mai, film casi autobiográfico sobre los años posteriores a la revolución juvenil de 1968 y también entre las favoritas de la crítica.

Si los premios se entregaran por la cantidad de aplausos, el divertimento envenenado de Harmony Korine Spring Breakers tendría que llevarse el León de Oro, un mazazo a los tiempos pausados y el tono solemne que fue recibido con devoción e hizo pasar con nota a Selena Gómez y Vanessa Hudgens el examen hacia lo adulto. El otro chico Disney de La Mostra, Zac Efron, por su parte, recibía peores críticas por la también notable At Any Price, donde interpretativamente era devorado por Dennis Quaid (posible alternativa a Joaquin Phoenix para la Copa Volpi) pero conseguía transmitir el agrio sabor del éxito macerado en la América profunda.

Por lo bajini ha calado la película israelí Fill the Void, comedia costumbrista de la judía ortodoxa Rama Brushtein, espléndidamente interpretada por Hadas Yaron, mientras que el lugar inevitable para el cine local solo lo puede ocupar Bella addormentata, equilibrado discurso sobre la eutanasia del maestro Marco Bellochio. El último en llegar, Brian de Palma, ha ofrecido un descabellado juego de intrigas tan divertido como intrascendente, por lo que no parece probable que, después de haber ganado el premio al mejor director por Redacted, la Mostra lo vuelva a incluir en el palmarés.

Entre medias quedaría la suma corrección de la chilena Valeria Sarmiento al recoger el proyecto póstumo de su marido, Raoul Ruiz, en Linhas de Wellington; la fallida producción francesa Superstar, de Xavier Giannoli; la muy superada crítica al cristianismo radical de la austríaca Paradise: Faith, y la rutinaria aunque muy divertida película de Takeshi Kitano Outrage Beyong.

Finalmente, aunque no sería la primera vez que un festival premiara las películas con peor recepción, quedan a priori excluidas del cuadro de honor cintas como las italianas E stato il figlio y Un giorno speciale o la coproducción de Bélgica, Holanda y Francia La cinquiéme saison.

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