Cine

Con acuse de recibo

  • Se editan las 'cartas filmadas' entre cinco parejas de cineastas contemporáneos dentro del proyecto 'Correspondencia(s)'.

Correspondencia(s). Intermedio / CCCB Digipack 5DVD + Catálogo 408 págs. (textos de Balló, Bergala, Brenez, Père, Pintor, Petrus, Hurtado y Arroyo) - 49,95 euros

En 1948, Alexandre Astruc publicaba Nacimiento de una nueva vanguardia: la camèra-stylo, artículo fundacional de la modernidad destinado a impulsar el espíritu de los nuevos cines que alentaba un futuro en el que el cine pudiera equipararse a la literatura o al ensayo en su capacidad para traducir y expresar el pensamiento subjetivo.

Desde mediados de los 90, la proliferación de las pequeñas cámaras digitales y los equipos de edición caseros materializaba la democratización de aquel sueño con la aparición de nuevos formatos audiovisuales, un cine de tono menor en el que el yo podía inscribirse al fin como estrategia discursiva de primer orden.

Pariente cercana del cine-diario, la correspondencia filmada fomenta nuevos modos de diálogo estableciendo puentes de ida y vuelta entre un yo y un que se dejan tocar por sus respectivos interlocutores de manera directa, tangencial o insospechada, mezclando imágenes capturadas de los cotidiano con material de archivo, la palabra escrita con la voz enunciadora, el sonido directo con la música. Como señala Alain Bergala, se trata de "dar cuenta al otro del puro instante, de las sensaciones vividas en el presente más fugaz (...)"; pero también, de "emprender el camino del metalenguaje sobre la creación y el propio gesto cinematográfico".

Auspiciado por el CCCB, el proyecto Correspondencia(s) ha invitado a cartearse a seis parejas de autores clave del cine contemporáneo, Abbas Kiarostami y Víctor Erice (cuyas misivas se editarán más adelante), Jonas Mekas y José Luis Guerin, Isaki Lacuesta y Naomi Kawase, Albert Serra y Lisandro Alonso, Jaime Rosales y Wang Bing, y Fernando Eimbcke y So Yong Kim, para establecer entre ellos un diálogo creativo en el que afloran concomitancias, sensibilidades afines o interesantes reacciones a las propuestas de cada cineasta.

Guerin reconoce a Mekas como padre cinematográfico y establece con él un vínculo de filiación que se materializa en sucesivas cartas en las que cada cual intenta mostrar al otro aquello que le rodea y a lo que se dedica en cada momento. De este diálogo entre two friends in cinema inferimos que ahí donde Guerin no puede resistirse al impulso teórico sobre su trabajo, impregnado de una melancolía que no renuncia nunca a la belleza de las imágenes, Mekas contesta desde una sobriedad desinteresada por toda estética, mostrando su mundo con un desparpajo que huye de cualquier pretensión trascendente.

Lacuesta y Kawase se mandan cartas mudas que confrontan dos espacios unidos por la memoria y la capacidad del cine para evocarla. Inopinadamente, el lago de Banyoles y los paisajes de Nara no están tan alejados.

Rosales y Bing dejan a un lado el formato epistolar propiamente dicho para interrogarse por la opulenta sociedad occidental frente a la lucha por la supervivencia diaria en los confines de China, filmando respectivamente el sonido emancipado del aeropuerto de Barajas y el día a día en un pequeño poblado rural de la provincia de Yunnan.

También funcionan de manera independiente las propuestas de Serra y Alonso. En el largo El senyor ha fet en mi meravelles, Serra envía al argentino un falso making of como hilarante contraplano de la maquinaria cinematográfica. La respuesta de Alonso consiste en un regreso a los paisajes y al personaje de La libertad, su primer filme, como reinicio que espante el fantasma de la repetición y el agotamiento de una fórmula.

Por último, el mexicano Eimbcke bucea en los recuerdos familiares y en las sensaciones más cercanas para estimular las respuestas íntimas de la coreana So Yong Kim, quien desde Berlín contesta en toda regla con resonancias y paisajes de lo privado que remiten a temas como la infancia y la maternidad.

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