Los inocentes | Estreno en Filmin

Muerte de un policía

Una imagen de 'Los inocentes', de Guillermo Benet.

Una imagen de 'Los inocentes', de Guillermo Benet.

Presentada en la pasada edición del SEFF, la primera película de Guillermo Benet se inspira también en el asesinato de un policía en 2006 por parte del joven activista Rodrigo Lanza del que ya se ocupara Ciutat morta, un documental bastante tendencioso y efectista al que el tiempo, los hechos y el historial criminal de Lanza ha dejado en evidencia.

Tal vez por eso esta ficción busca un distanciamiento formal y narrativo sobre cualquier posible verdad objetiva que se materializa en el marco estrecho del plano, en formato cuadrado, la ausencia de toda música dramática y un puzzle narrativo que se dispersa y focaliza en cada uno de los personajes que creen haber sido responsables de la pedrada que ha dejado muerto en la calle a un policía después de un desalojo en un centro okupa.

Los inocentes se abre así a la indagación en el dilema moral, la cobardía o la autoindulgencia de cada uno sin dejarles respirar en el plano, siempre ambigua respecto al off visual y sonoro, fragmentaria e incompleta en el relato de los hechos, atenta igualmente a esas texturas de la noche urbana y rebelde que no deja de supurar un nihilismo de nuevo cuño que disuelve también el trasfondo antisistema y político de unas acciones abocadas a la tragedia.

Lo que se entiende como apuesta conceptual no alcanza empero los resultados deseados, en una multiplicación del relato que resulta más redundante que enriquecedora de perspectivas y en un corsé formalista que tiende irremediablemente al ensimismamiento y a la asfixia. Tampoco su desenlace, por más abierto que se presente, sirve para despejar incógnitas o desentumecer la mirada, agotada ya ante unas criaturas airadas a las que, en cualquier caso, se quiere comprender en su desconcierto.