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La Ciudad de los Milagros

  • Berthold Volberg, alemán de Colonia, ha publicado un libro sobre la Semana Santa de Sevilla para que sus compatriotas compartan el hechizo que lo atrapó en 1988

Una sevillana a la que no le gusta mucho la Semana Santa preparó una escapada con tan mala suerte que iba a recibir la visita de un matrimonio amigo de Madrid.  Sus invitados se quedaron al principio algo perplejos: el anfitrión suplente que les iba a mostrar los secretos mejor guardados de la ciudad era un alemán de Colonia llamado Berthold Volberg.

De los últimos 22 años, Berthold sólo faltó tres veces a su cita con la Semana Santa de Sevilla. Una fascinación que selló con un libro de más de trescientas páginas titulado Sevilla Stadt der Wunder (Sevilla ciudad de los milagros o de las maravillas) que incluye un programa de todas las hermandades con horarios, túnicas y datos históricos.

En la portada del libro, la cúpula de San Luis de los Franceses, un nazareno de San Esteban y una Dolorosa que descubrió en la iglesia del Santo Ángel, la Virgen de los Siete Dolores. Desde 2002 es hermano de la Macarena. No participó en las elecciones a hermano mayor. “A tanto no llego”.

Salió por primera vez de nazareno en 2008. En 2009 tenía ya preparado el equipaje, pero a primeros de marzo enfermó su madre y tuvo que cancelar el viaje. Berthold vino a Sevilla en 1987 con una beca Erasmus. Eligió el destino por un doble motivo: su Universidad mantenía intercambios con la de Sevilla y la ciudad tenía Archivo de Indias para su investigación sobre rebeliones indígenas en el virreinato del Perú.

A Sevilla le traen dos asignaturas con sus correspondientes profesores: Historia de América, con Francisco Morales Padrón (único americanista y único canario pregonero de la Semana Santa) y Literatura del Siglo de Oro, con Begoña López Bueno. Berthold nace en Colonia el día que Luis Cernuda muere en México, el 5 de noviembre de 1963. Un poeta que aparece en las referencias literarias del libro –con Merimée, Bécquer, Tirso de Molina o Pérez-Reverte– y está muy presente en su tesis doctoral sobre Francisco de Aldana.

En el primer libro que llegó a Sevilla a las referencias en español de su bibliografía (estudios de Diego Angulo sobre Murillo, de Valdivieso sobre Valdés Leal, de Jonathan Brown sobre Velázquez, de Hernández Díaz sobre Martínez Montañés o de Víctor Pérez Escolano sobre Aníbal González) hay que añadirle la dedicatoria a Carmen Navarro, Carmencita en sus palabras, que representa “una Semana Santa entre Bach y la Madrugá”. “Benditas sean las manos que tantas buenísimas torrijas me han ofrecido”, escribe Volberg.

“A Carmen la conocí porque puso un papel en la Fábrica de Tabacos buscando alguien que hablara alemán y yo necesitaba mejorar mi español”.  Volberg trabaja en proyectos de cooperación para el desarrollo. Desde su última levantá, hizo viajes de trabajo a Kazajistán, Uzbekistán, Suráfrica, Namibia y Tanzania.

“La Semana Santa de Sevilla es algo que siempre había buscado. Tenía todo lo que a mí me gusta. El Barroco español es mucho mejor que el alemán, que es más bien Rococó. Sevilla en esas fechas tiene una atmósfera tan especial. Por eso le gusta tanto a los alemanes. Es una ciudad muy antigua y en Alemania las ciudades antiguas fueron todas bombardeadas”. Por la autenticidad de Sevilla, se ha convertido en detractor de la Torre Pelli y de las setas de su compatriota Jürgen Mayer.

Su libro es para viajeros y para lectores, usando la terminología del Manual de Richard Ford. Si el matrimonio madrileño repite ese año su visita, el macareno de Colonia que encontró en Sevilla su metrópolis ya tiene su programa.

Domingo de Ramos. “La Hiniesta en el Pumarejo, allí viven Carmen y Manolo. La Amargura en Conde de Torrejón al atardecer y el Amor en Francos-Chapineros”. Lunes Santo. “La entrada de Santa Marta, las Penas y la Veracruz; San Gonzalo en la capilla de la Estrella o por el puente”. Martes Santo. “La salida de los Javieres. Fue mi primer barrio, vivía entre la Alameda y la calle Feria. De noche, el Dulce Nombre por Cardenal Spínola, San Esteban y San Benito por Pilatos”. Miércoles Santo.

“El Cristo de Burgos cuando la plaza se queda a oscuras y se oyen las saetas y San Bernardo por su barrio. La Lanzada en la plaza de San Martín”. Jueves Santo. “La Quinta Angustia en Molviedro. Mi Cristo favorito es Pasión”. Madrugá. “Todas las que puedo. Si me quedan fuerzas, los Gitanos. El Calvario siempre me cuesta verlo. Entre las dos Esperanzas, con todo el público que llevan”. Viernes Santo. “La Mortaja ya tarde por María Coronel”. Sábado Santo.

“Los Servitas en su entrada. Hay que estar temprano en la fuente de la plaza de Santa Isabel”. Y el Resucitado con música de Bach y la marcha Madrugá de Abel Moreno con el Soria 9. ¿Bético o sevillista? “Del Borussia Moenchengladbach”.   

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