Cofradias

Juan Manuel, el hombre valiente y hecho a sí mismo

  • Antonio Rodríguez presenta su nueva novela centrada en la vida del genial bordador sevillano.

Un hombre valiente. Así era Juan Manuel Rodríguez Ojeda y así lo cuenta el escritor Antonio García Rodríguez en la primera novela que se adentra en la vida de este prolífico artista que revolucionó la estética de la cofradía de la Macarena a principios del siglo XX y, con ella, la de toda la Semana Santa. La parroquia de San Gil, próxima a donde tenía su taller de bordados, acogió este jueves por la noche la presentación de Juan Manuel (Jirones de Azul), a cargo de su autor y del historiador Enrique Guevara.

La novela era un proyecto de las editoras de Jirones de Azul, Rosa y Esperanza García Perea, en el que embarcaron a Antonio García, recientemente elegido pregonero de las Glorias: "Había algo especial en el personaje. Me llamó la atención su valentía. Era homosexual y nunca lo escondió a pesar de estar tan relacionado con las hermandades en esa época. Fue un valiente en todos los aspectos de su vida". La faceta artística de Juan Manuel es ampliamente conocida y está muy estudiada, por lo que Antonio García se ha centrado en profundizar en una visión más íntima y personal: "Su obra siempre está ligada al personaje, aunque he intentado desligarla. He leído bastante, ha sido un trabajo de investigación de más de un año y medio recorriendo bibliotecas y hemerotecas. También he tratado de mostrar cómo era la sociedad de se época".

Son varios los aspectos que han llamado la atención al escritor. En primer lugar, que Juan Manuel era un hombre hecho a sí mismo. "No tenía formación pero llegó a tener un gran conocimiento de las vanguardias europeas de la época que trasladó a su obra". García cree que esos conocimientos los adquirió viajando y sospecha que amigos, como Antonio Susillo, lo animaron a ello: "Toma para los armaos elementos de las marionetas de los teatros populares de Sicilia. Las mariquillas que Joselito trae de París también parecen un encargo suyo. Él tenía que conocer eso por haberlo visto".

Los lectores de la novela podrán descubrir a un Juan Manuel muy piadoso, con un carácter fuerte y decidido en el trabajo, pero a la vez cariñoso con los empleados y defensor de sus derechos: "Nunca hubo turnos de más de ocho horas. Si el taller tenía que funcionar durante 24 horas siempre había tres turnos de trabajo".

Juan Manuel fue un hombre adelantado a su tiempo, que, junto a Joselito, al que consideraba un hijo, hizo importantes obras de caridad en el barrio de la Macarena. Precisamente, la novela comienza con un soliloquio de Juan Manuel mientras está montando el monumento funerario del torero.

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