La Hermandad de la Sagrada Lanzada ha reiterado, en un comunicado publicado en su página web y destinado a sus hermanos, los motivos que la han llevado a imponer una serie de condiciones a la Hermandad de Montesión tras solicitar ésta celebrar -como en los últimos siete años- el septenario de la Virgen del Rosario en San Martín: la imposibilidad de poder asumir los gastos de estos cultos y el mal estado del retablo mayor que no permitiría instalar altar. En el comunicado, la junta de gobierno se muestra "sobrecogida" por la repercusión del asunto y reprocha que ni los medios de comunicación, ni los blogs, ni las redes sociales "son la ruta más idónea para enterarnos de este problema".

La Lanzada recuerda que siempre ha sido sensible y ha acogido en San Martín a las hermandades que lo han necesitado, y pone los ejemplos de la propia parroquia de San Andrés, la Pastora de Santa Marina, la Virgen de Araceli, Santa Marta, los Panaderos o el Carmen Doloroso. Reitera que las puertas siguen abiertas para todos, pero asegura que la situación actual le impide asumir los gastos por lo que tiene que imponer unas condiciones: "El delicado estado de la economía de nuestra corporación, en la que somos apenas 1.300 hermanos, unido a la situación que sufren muchos de ellos, nos obliga, para poder responder a uno de los objetivos más importantes como es la caridad, a que tengamos que mirar mucho por cada gasto". "Sólo aclarar que el donativo solicitado a la Hermandad de Montesión responde, sin un euro de más, a los gastos que nos supondría su estancia entre nosotros. Gastos que, si en otra época podíamos asumir, actualmente, muy a nuestro pesar, es imposible por los momentos tan complicados en los que nos encontramos".

Otros de los motivos que apunta la Lanzada en el comunicado, como ya hizo en la carta que le envió a Montesión, es el mal estado del retablo mayor, por lo que no sería posible montar altar de cultos: "El estado es delicado, debido a que las obras de reforma que en su día realizó la Junta de Andalucía en el templo quedaron inconclusas. Por tanto, la hermandad evita cargar dicho retablo con ornamentos que lo sobrecarguen, como puede comprobarse en los altares que se instalan en los diferentes cultos, en los que no se tapa".

Por último, la Lanzada asevera su interés por seguir colaborando con las hermandades que lo necesiten, "sólo se requiere usar los medios precisos, la comprensión justa y la buena voluntad que debe prevalecer entre hermanos que pertenecen a una misma Iglesia".

La polémica entre la Lanzada y Montesión surgió cuando la primera le respondió por carta a la segunda con unas peculiares condiciones, como el pago de mil euros o no poder montar altar, a la petición de celebrar el septenario de la Virgen del Rosario en San Martín. Montesión publicó un comunicado en el que tildaba las condiciones que se solicitaban como de "inaceptables", por lo que celebrará estos cultos en su capilla.