Domingo de Resurrección

El Resucitado tampoco se escapó de la lluvia

  • La hermandad suspendió su salida tras consultar los partes. El Cachorro y el Nazareno de la O estuvieron en besapié y besamano, al igual que la Virgen de la Alegría.

No se escucharon los ecos de la agrupación musical Virgen de los Reyes por los callejones de San Luis, ni sonó Amarguras para la Virgen de la Aurora en esa chicotá eterna con la que se acaba la Semana Santa. Tampoco hubo venia en la Campana al amanecer. Ni paso por los palcos. Ni recibimiento del arzobispo a las puertas de la Catedral. Ni los primeros rayos de sol en la Plaza Virgen de los Reyes. No hubo paso apoteósico por la Alfalfa. Ni cantos en Sor Ángela. Ni última bulla en Santa Marina. La lluvia, que tanto daño ha hecho esta Semana Santa, también impidió ayer la salida del Resucitado, broche de oro de la celebración y esencia máxima del Cristianismo. 

Con esta suspensión, han sido 30 de las 61 hermandades que acuden a la Catedral las que no han podido cumplir con normalidad su estación de penitencia. En Santa Marina lo tenían muy claro desde por la mañana. Los parte no eran nada favorables. El Sábado Santo se había librado de esta lacra que diezma las Semanas Santas del siglo XXI; pero por la madrugada sería otra cosa. No pintaba bien y así se cumplió. Una media hora antes de que la cruz de guía se pusiera en la calle, alrededor de las 4:15, una fina llovizna caía en la calle San Luis. Fue leve y de escasa duración, pero suficiente para que la junta de gobierno, que se reunió a las 4:40, tomara la decisión de no efectuar la estación de penitencia este año. La noticia, cómo no, se difundió a través de la cuenta oficial de la corporación en Twitter. Hasta que el breve mensaje se difundió, todo se preparaba como si se fuera a salir: la banda llegaba tocando, los costaleros igualaban en la Salle, la grúa retiraba los coches mal aparcados... habrá que esperar al año que viene para disfrutar de ese nuevo itinerario por los callejones de San Luis y no hay que descartar, ni mucho menos, que la junta de gobierno intente nuevamente adecuar el horario de salida a las primeras horas de la mañana, pese a que los hermanos lo rechazaron en un cabildo extraordinario. Sonó Amarguras en el interior de Santa Marina, pero no fue lo mismo. 

El Domingo de Resurrección es un día en que las hermandades sevillanas celebran diversos actos y cultos. Es el día del besamano de la Virgen de la Alegría de San Bartolomé, pistoletazo de salida de las Glorias. Es una jornada de estampas antiguas rescatadas del pasado. En la Anunciación y en San Isidoro, las vírgenes del Valle y de Loreto amanecen en sus pasos de palio acompañadas de San Juan y la Magdalena. En San Antonio Abad tiene lugar una de esas escenas con las que todo empieza: la misa del azahar del Silencio, momento en el que la cofradía deshecha de la Madrugada vuelve a tomar forma y se prepara para la próxima Semana Santa. Es obligado el paseo hasta Triana. Cita doble en la calle Castilla. En la parroquia de la O, Jesús Nazareno está expuesto en besamano. Unos metros más adelante, en la flamante basílica del barrio, es el Cristo de la Expiración, el Cachorro, el que recibe los besos de los devotos un año más después de no poder salir. Grandes colas que demuestran la devoción de una ciudad y un barrio por sus imágenes.

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