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Cofradias

La consolidación de una jornada perfecta

  • Este año se ha notado un repunte de público para ver las cofradías del Viernes Santo.

El Viernes Santo se ha convertido en una jornada para el disfrute, por las cofradías que componen su nómina y por el público que se congrega para ver los desfiles.Mucha gente ha habido este año, sobre todo en la vuelta de la cofradías a sus templos. Una ingente cantidad de personas se congregaban en las calles Santander, Dos de Mayo y Rodo para ver a la Carretería. Un auténtico disfrute es el paso de esta hermandad evocadora de tiempos pasados.

Lo mismo ocurrió para ver Montserrat en la zona de Castelar-Molviedro, un lugar que se ha puesto muy de moda en los últimos años. Majestuoso el discurrir de los dos pasos, especialmente el palio a los sones magistrales de la banda del Maestro Tejera.

La Soledad de San Buenaventura salió sin las escaleras de la cruz, que tuvieron que ser retiradas en la salida por un problema. Las dos hermandades trianeras, el Cachorro y la O, cerraron la Semana Santa en el viejo arrabal.

Por primera vez salieron mujeres en la hermandad de San Isidoro. Portentoso el nazareno con la túnica corinto del XVIII, la más antigua que posee. Muy bonito iba el paso de la Virgen de Loreto exornada con camelias blancas.

Cerró la jornada la hermandad de la Mortaja, una cofradía llena de detalles en su cortejo. La vuelta por Doña María Coronel y Bustos Tavera fue otra de las cita ineludibles de una jornada perfecta.

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