Rafael González-Serna. PRegonero de la Semana Santa

"No creo que el mío sea un Pregón clásico"

  • El pregonero de la Alfalfa responde a quienes han especulado sobre su pregón que no será "nada que no se haya hecho ya".

Mucho se ha hablado y escrito de la innovaciones que Rafael González-Serna va a introducir en su Pregón. "Nada que no se haya hecho ya", afirma. Sí asegura que no cree que su Pregón sea clásico, aunque apostilla: "Cada uno entiende una cosa por clásico". Será la primera vez que este vecino de la Alfalfa, un barrio que ha dado ya siete pregoneros, visite el teatro en un Domingo de Pasión, y se estrenará como protagonista. "Siempre lo escuchaba en la radio con mi padre, y luego lo he visto en la tele". Sevillano 100%, se califica como cofrade de a pie. Nunca ha pertenecido a una junta de gobierno y es hermano de la Macarena, donde sale de nazareno morado, Santa Cruz, el Gran Poder, la Redención, el Rocío de Sevilla y las Nieves de Santa María la Blanca. Al Maestranza irá andando y tras visitar a Dios en San Onofre.

-Dicen las personas que están cerca de usted y que le conocen bien que va a formar un lío gordo.

-Eso será porque me quieren mucho. Gracias a Dios tengo muchísimos amigos y los amigos no te fallan nunca. Pero bueno, eso son apreciaciones muy personales y veremos a ver qué pasa.

-Comentan que hay que estar atentos al comienzo, a la parte dedicada al Señor de la Sentencia, a la del Gran Poder y al final...

-Creo que el Pregón está lleno de puntos claves, lo que hay es que saber entenderlo y todo, todo está hecho con muchísimo cariño.

-¿Le han dejado hacer todo lo que le hubiera gustado?

-Bueno, no se han metido en nada. Se ha murmurado y hablado mucho, pero tampoco hay nada que tenga que pasar por algún tipo de filtro o examen. No va a haber nada que no haya habido ya antes.

-Manuel Marvizón ha compuesto una marcha que sonará durante el Pregón. ¿Habrá alguna otra pincelada musical?

-Sólo va a haber una parte en la que voy a interactuar con la música, pero sólo en una parte.

-¿Hay demasiadas cosas inamovibles en el Pregón y en la Semana Santa?

-Creo que hay muchas cosas en las tradiciones que no se pueden tocar. Que no se pueden tocar si no es para mejorarlas. Con eso hay que tener mucho cuidado. Mejorar lo que ya hay es bastante difícil. Lo que tenemos es, gracias a Dios, una maravilla. Y tenemos una riqueza en todos los aspectos que es bastante complicado.

-¿Es su Pregón clásico?

-Bueno, no creo que sea un Pregón clásico. Cada uno entiende una cosa por clásico. Será un Pregón en el que yo no me voy a salir de mi estilo de vivir ni de decir lo que siento.

-¿Cómo lo definiría?

-Mi Pregón... a lo mejor soy repetitivo, pero no me aparto ni un segundo de la palabra de Dios. Creo que es lo más importante que tiene.

-¿Lo conoce ya el arzobispo?

-Sí. Como quedamos y pactamos, se lo leí la semana pasada.

-¿Qué le dijo?

-Le ha gustado, le ha gustado.

-¿Le gusta el formato?

-Todo ha ido bien durante este tiempo. Ese tipo de novedades, de cambiar el formato, puede existir evidentemente. No veo por qué no, pero sin olvidar la esencia de lo que estamos tratando.

-¿Será su Pregón un punto de inflexión?

-Yo lo que voy a introducir en el Pregón va con mi profesión. Pienso que no es algo que pueda hacer cualquiera. No quiero ofender a nadie, pero es distinto. El pregonero tiene que ser fiel a su estilo, a su forma de ser, incluso a su profesión. Y cada uno toma el Pregón de una forma completamente distinta.

-¿En qué momento le llega el Pregón?

-Creo que llega cuando Dios quiere que llegue y a mí me ha elegido este año. Yo estoy encantado. Lo hubiera hecho con la misma ilusión, cariño y corazón antes y después de este año.

-Comentó en su presentación que cada media hora le venía un Pregón a la cabeza, ¿ha tenido dificultades para elaborar el texto?

-Yo quiero mucho a esta ciudad y cada vez estoy perdiendo más la cabeza por ella. Pienso ya que es una enfermedad. Sevilla en cualquier época del año es un Pregón.

-¿Qué le parece que no se pongan entradas a la venta?

-Eso es una cosa que sí se tendría que solucionar. Creo que es una misión importante para los próximos consejos. Hay que cambiar un poco la forma que tienen de repartir el aforo. Hay demasiadas entradas de protocolo y cada vez son más. Debe haber un cupo para el sevillano de a pie.

-¿Cree que sería necesario buscar un nuevo escenario?

-Creo que el marco es incomparable con respecto a otros lugares donde se podría hacer, refiriéndonos a Fibes. Yo lo veo mucho más frío para este tipo de actos y muy lejos del centro. Después del Pregón la gente sale a ver los besamanos, estamos cerca de la comida del Alcázar... sería muy complicado cambiarlo de sitio, a no ser que en el centro se hiciera algo con capacidad para albergar a más personas.

-¿Quiénes son sus referentes?

-Todo lo que sé de la Semana Santa me lo ha enseñado mi padre. Es mi referente más cercano. En cuanto a pregoneros anteriores y demás, siempre he dicho que de todos los pregones siempre ha habido una parte que me hubiera gustado escribir a mí. Siente una envidia sana de no haberlo hecho.

-Sus pregones siempre han sido cortos, ¿este también?

-Sí, sí. Estará en torno a la hora y diez o y cuarto. Yo siempre suelo ser hasta más corto, pero creo que la ocasión también lo merecía. Es una medida buena.

-¿Cuál ha sido el mejor consejo que le han dado?

-Sé tú mismo y disfruta. Creo que son los consejos con los que te quedas al final. Si eres tú mismo, hay pocos consejos que te llenen o al que te puedas agarrar. El mejor es disfruta. Y he disfrutado como un loco, una auténtica barbaridad. He vivido unos días que jamás podré olvidar.

-¿Qué hay después del Pregón de Semana Santa? Decía Caro Romero que sólo el Nobel.

-Risas. Yo no voy a optar nunca al premio Nobel. Eso seguro. A mí el premio que me gusta es el de sevillano. Después del Pregón vendrá lo que tenga que venir. Yo no me voy a negar a hacer nada que esté dentro de lo que me guste. Si después hay personas o hermandades que solicitan mi presencia no tendré ningún reparo si el tiempo y la salud me lo permiten.

-¿Teme a las críticas?

-Yo sé como es esta ciudad... no temo a las críticas tras el Pregón. A lo mejor me hago un poco repetitivo porque, después de todo lo que me ha tocado vivir, el único que me puede dar un tirón de orejas es Dios.

-¿Con qué momento se queda de lo vivido hasta ahora?

-He disfrutado mucho. Pienso y creo que el pregonero es un privilegiado porque puede ver, oír, sentir y estar en lugares en los que a muchos sevillanos les encantaría estar. Pueden vivir experiencias que a todo sevillano le gustaría vivir. Pero, al final, me quedo con el cariño que he recibido por la calle de personas que no conocía y que me han dado y me han transmitido mucho ánimo. Eso es lo más bonito.

-¿Cómo es su Semana Santa?

-Es una Semana Santa quizás invadida de mucha rutina, porque suelo ir a los mismos sitios y hacer las mismas cosas. Es una Semana Santa de un sevillano de a pie, que se viste de nazareno. De un sevillano que disfruta de los recuerdos. Me gusta vivir muy de cerca, y sobre todo recordar mucho, mirar para atrás.

-A pie de calle...

-Sí, yo a los palcos iba nada más cuando era chico porque mi madre me dejaba allí para que no diera la lata... Me gusta la Semana Santa en la calle.

-¿Cómo ve el momento de las cofradías?

-No he estado nunca en una junta de gobierno. Sigo opinando que hacen una labor social extraordinaria. Impecable. No se le puede poner ningún pero. Y luego son como todo, cuando hay un grupo de personas que se juntan, tienen sus cosas buenas y malas, pero no me voy a meter en eso, en absoluto.

-¿Qué momento no se pierde nunca y aconsejaría?

-Aconsejar al sevillano... cada uno tiene sus debilidades y preferencias. Lo que pediría en conjunto es que tuviéramos mucha educación, que respetemos, que nos respetemos por la calle, porque así se evitan muchas cosas y el disfrute se multiplica.

-¿A quién votaría para presidente del Consejo si fuera hermano mayor, a Esquivias o a Sainz de la Maza?

-Me une una gran amistad a los dos. Pienso que ambos son muy válidos. Lo malo es que, desgraciadamente, Sevilla se va a perder a uno de los dos. Me hubiera encantado, y lo digo sin ojana alguna, una candidatura conjunta, porque son dos personas muy válidas.

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