Cofradias

Una encrucijada de caminos

  • Francos-El Salvador. La salida de las cofradías a la Cuesta del Salvador es uno de los momentos más complejos de jornadas como el Domingo de Ramos o el Jueves Santo.

LA Semana Santa actual está sujeta a una serie de complicados equilibrios que hacen posible su buena organización. Es algo que viene sucediendo desde los años 90 por la gran eclosión y el crecimiento de los cortejos de nazarenos, una tendencia que se mantiene todavía. En un día en el que antes apenas había una cofradía con mil nazarenos, ahora son dos, tres o cuatro, elevando así el número total de participantes en cada jornada penitencial a una media de más de 8.000 personas. Esta circunstancia ha provocado que se tengan que extremar los esfuerzos y los controles de las hermandades, el propio Consejo y las autoridades, para que las cofradías puedan discurrir sin mayores problemas. Pese a todos estos esfuerzos, cada día de la Semana Santa se producen algunos cuellos de botella, cruces entre las hermandades que si no se controlan adecuadamente pueden incidir negativamente en el andar de la cofradía con el consiguiente retraso horario. Además, en estas zonas calientes es importante que la Policía actúe con diligencia para situar correctamente al público que aguarda.

Uno de los nudos tradicionales es el que afecta a la angosta calle Francos y a la Plaza del Salvador y todo su entorno. Por allí discurren cofradías a diario y cada una toma un camino diferente, por lo que es muy importante tener despejadas las calles y hay que actuar rápido para mover a la masa de un lugar a otro. Éste es el principal nudo del Domingo de Ramos, una jornada muy complicada. Cualquier fallo en los dispositivos dará la cara en este día inaugural. Además, es uno de los días con más público, si no el que más, y que cuenta además con un gran número de nazarenos.

En el Domingo de Ramos cobra un especial protagonismo la calle Francos. Las propias hermandades, por iniciativa propia, establecen algunos controles en esta angosta vía para verificar el cumplimiento de los horarios. Por Francos discurren seis de las nueve procesiones del día. Desde la primera, la Borriquita, a la última, la del Cristo del Amor. El principal problema se da en la desembocadura de Francos con la Cuesta del Rosario.

La primera cofradía en llegar a esta zona es la Borriquita. No sale a Villegas, sino que accede a la Plaza del Salvador por Álvarez Quintero. Es mucho el público que se concentra en la entrada de la cofradía y luego remonta para ver salir a la Cena desde Francos. La corporación de los Terceros llega al cruce apenas una hora después de la entrada de la Borriquita y sube la calle hacia la Alfalfa. Justo detrás de la Cena llega la Hiniesta, que en vez de girar a la derecha para subir la Cuesta del Rosario, continúa de frente hacia la Plaza del Pan y Puente y Pellón. Este recorrido implica que la Policía y los miembros de Protección Civil tengan que desplazar al público para dejar libre la entrada de la Plaza del Pan. El año pasado se produjo una situación muy complicada al no haber suficientes efectivos y no poder avanzar la cruz de guía de la Hiniesta. El cruce estaba atestado de personas y los nazarenos no podían andar. Tuvieron que ser los costaleros de la hermandad los que abrieron un pasillo para que la cofradías pudiera continuar su camino.

Detrás del palio de la Virgen de la Hiniesta va la cruz de guía de la Hermandad de San Roque. Nuevamente se produce un cambio de recorrido. Esta cofradía gira a la derecha para subir la Cuesta del Rosario, por lo que hay que mover al público para liberar la calle. Las dos últimas cofradías del día, la Amargura y el Amor, también discurren por esta zona. La primera de ellas llega al cruce Francos con Villegas sobre la medianoche. Se encamina hacia el Salvador para buscar la calle Cuna y cuando termina de pasar la cruz de guía del Amor aparece por Álvarez Quintero. También hay que emplearse a fondo para dejar el camino expedito. El delegado del Domingo, Francisco Vélez, explica cuál es la receta para desenmarañar esta zona: "Mucha paciencia y Policía. No se ponen vallas porque sería mucho más peligroso".

El Jueves Santo es otra jornada complicada en el entorno de Francos y el Salvador. La salida de Pasión de la iglesia del Salvador, cuando otras hermandades están en la zona, genera grandes aglomeraciones de público que provocan importantes tapones para las cofradías. La Exaltación tiene que aguardar en Álvarez Quintero mientras sale Pasión, provocando que Montesión tenga que esperar también para proseguir su camino. El año pasado se realizó una importante remodelación para solucionar estos problemas. La primera hermandad del día, Los Negritos, modificó sustancialmente sus recorridos. A la vuelta, en lugar de subir por la Cuesta del Rosario a la Alfalfa lo hizo por Alcaicería. Montesión también varió su recorrido y discurrió por la Plaza del Pan y Puente y Pellón. Estos cambios hicieron que no hubiera cofradías que se solaparan unas con otras. Además, los Negritos no pasó por la Encarnación a la ida para evitar el cruce con la Exaltación y facilitando de este modo su discurrir. "Los cambios funcionaron muy bien y evitaron grandes retrasos", asevera el delegado del día, José Carretero.

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