“Los próximos estatutos del Consejo de Cofradías se deben regir por normas fundamentalmente competenciales o procedimentales y huir en lo posible de la norma material porque traería envejecimientos prematuros y problemas que podrían afectar al conjunto de los estatutos”. Así cree Adolfo Arenas, presidente del Consejo, que deben ser las nuevas normas que rijan al organismo en los próximos años. Unas reglas necesarias puesto que “los estatutos que tenemos ahora están obsoletos y en eso estamos todos de acuerdo”, según explicó Arenas en la ponencia que desarrolló con motivo de la convivencia de las hermandades del Lunes Santo.

Los estatutos actualmente vigentes en el Consejo de Cofradías datan del año 1987. Son los estatutos más longevos que ha tenido el Consejo. “Ya no nos sirven. La sociedad ha experimentado cambios muy radicales en este tiempo. No sabemos a que norma acudir. Hay lagunas muy grandes y muchas veces no encontramos los caminos a seguir para solucionar los problemas, y eso nos lleva a comportamientos erráticos”, según reconoce el presidente del Consejo.

El cuándo y el cómo se afronte la redacción de unas normas adaptadas a los tiempos y a las actuales circunstancias dependera de las propias hermandades: “Ya se han celebrado 3 plenos y una asamblea sobre este asunto, y sea antes o después lo tendremos que resolver, ya sea ahora, dentro de 2 años, de 5, de 7 o de 10”.

Estos nuevos estatutos basados en el derecho procedimental o procesal, tendrían un carácter eminentemente funcional, según Arenas: “Con ellos señalaríamos los caminos que hay que seguir por los órganos que tengan asignada la función para tomar los acuerdos pertinentes”. Además, estos preceptos son protectores tanto para el que los recibe como para el que lo aplica. “Esta idea también la traslado a las competencias del Consejo y de cada uno de sus órganos y miembros”.

No vería con malos ojos el presidente Arenas la idea de articular algún tipo de arbitraje que también tendría cabida en unas normas para el siglo XXI: “La Iglesia los usa en algunas ocasiones y le va bien. A las Cofradías le podrían prestar grandes servicios si se usan como es debido”.

En cuanto a las competencias y funciones, Arenas lo tiene claro: “Hay normas que son indelegables por parte del Arzobispado, como la Pastoral o la creación de nuevas hermandades, que están fuera de nuestro alcance, pero podemos recibir una serie de delegación por las vías que sean, como las organizativas, la coordinadora, la de control, la de gestión o la de funcionamiento, por ejemplo”.

El siguiente paso para que los nuevos estatutos empiezen a ver la luz viene aplicado por la lógica: “La propia norma que muere generalmente dice como tiene que morir”. Por lo tanto, habrá que crear una comisión para redactar las nuevas normas “y que los señores que la formen se las habíen porque el trabajo que tendrán por delante no será nada simple, y los protagonistas, las hermandades y cofradías, cada una con sus legítimos intereses, tampoco”, aclara Arenas.

Por último, Arenas hace una reflexión: “El Consejo será en el futuro lo que las hermandades quieran que sea”.