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Miércoles Santo

La penitencia transversal

  • El calor y los retrasos horarios marcan la jornada del Miércoles Santo. Las entradas a deshoras reabren el debate sobre la reorganización de algunas nóminas como la del Martes Santo.

UN calor como no se recuerda en un par de décadas, cuando los cartones se reblandecían por el sudor de la frente y había que desecharlos tras la Semana Santa, cuando el terciopelo tenía el efecto del edredón nórdico, cuando no existían los porcentajes de riesgo de lluvia. Esta Semana Santa de calor continuado rejuvenece las almas y provoca una penitencia transversal, que se diría ahora en el lenguaje político. Hace penitencia el costalero hasta el punto de que capataces como Antonio Santiago (lo de este hombre es de red bull este año) tienen que ventear a sus hombres usando el propio faldón como abanico. Hace penitencia el nazareno, que soporta los parones  de siempre pero bajo un calor de castigo, de verdadero castigo, que ha dejado diezmados algunos cortejos que han entrado en sus templos a unas horas más propias del segundo turno de una discoteca. Hacen penitencia  los barrenderos de Lipasam, que son el tercer paso y que tienen que esmerarse mucho más que otros años, con una subida considerable de los residuos y trabajando en unas condiciones propias de los meses de verano. Estra penitencia transversal provoca lipotimas por minutos. San Bernardo por el puente era un ejército contra los elementos. Auxiliares de paisano del Carmen instaban los nazarenos más jóvenes a cubrirse: "Por favor, hermana, cúbrase si no está indispuesta". Al pertiguero lo metieron en un comercio porque literalmente se hundía con cara de Viernes Santo por la mañana.  

 Salida del Baratillo

Las cofradías no son para el verano, mucho menos el ropón de un pertiguero. ¿O es que nos habíamos olvidado de aquellos años ochenta? Las hombreras vuelven y el calor de terciopelo también. El antifaz hace al nazareno y lo asfixia. La miel de la torrija es buena para la garganta, pero este calor es más de rebujito de la Feria. Hablando de la Feria, se percibe cómo el público de la Semana Santa retrasa su salida de casa, sobre todo en estas tres jornadas laborales, como en los días de animación en el real, cuando se prefiere llegar almorzado de casa para reducir el gasto y evitar el fuerte calor de las horas centrales del día.

 

San Bernardo es  una cofradía que compila a la perfección el concepto de cofradía de barrio, ese concepto que cada día representa mejor una cofradía joven de barrio como es el Cerro del Águila.  Viendo cofradías como la de San Bernardo no dan ganas de mirar el reloj para valorar el día por elcumplimiento de las parrillas. ¿Como reducir una jornada de Semana Santa a una cuestión horaria cuando se ve la estampa del Cristo de la Salud a luz de Santa María la Blanca o en el regreso nocturno por Madre de Dios? Hasta con la marcha-estruendo que le tocaron bajando esta calle era imponente su silueta. ¿Y cómo hablar de horarios cuando asoma a San José la gran bola de oro y fuego que es el paso de palio del Refugio a los sones de una preciosidad como Sevilla cofradiera? Elijan ustedes con qué Semana Santa se quedan: con la de la emoción, o con la de los fontaneros del reloj que habitan los palquillos. Este miércoles fue un buen día para una elección.  Porque de la Semana Santa chabacana de melodías más propias de bandas sonoras de películas en las que lo marines norteamericanos se preparan para el ataque parece que es imposible escaparse. 

 

Salida del Cristo de Burgos

El día fue perdiendo calor poco a poco. Fue serenándose. La Semana Santa comienza a coger la horma de esos días que se conocen oficialmente como grandes. Pero cuando todo esto ocurre aún está entrando el primer paso de una cofradía en la Campana. Y son las once y media de la noche. La Semana Santa ha crecido tanto como un gran aeropuerto internacional. El último vuelo se traga todos los retrasos. Los Panaderos entra en la carrera oficial casi como la primera cofradía del Jueves Santo. Como si el decreto de libertad horaria de comercio hubiera abarcado también esta Semana Santa desmesurada, con el castigo añadido de un calor que convierte el incienso en una tortura para presidencias, capataces y monaguillos. 

¿Tiene sentido que la Candelaria y el Dulce Nombre entren pasadas las cuatro de la madrugada? ¿Es lógico que a los Panaderos se le eche el Jueves Santo encima cuando está en la carrera oficial? ¿Y que el Gran Poder retorne por el Postigo? Tal vez todas estas preguntas sean la prueba de que la penitencia transversal a que obliga este calor también afecta al cronista. Dicen los expertos que a partir de hoy se suavizan las temperaturas y que la Madrugada será bastante más suave que las horas soportadas estos cuatro primeros días. El calor nunca aporta nada bueno. Provoca malos olores que ni el incienso es capaz de cubrir. Ni el calor ni las deshoras son buenas para esta fiesta. 

Salida de Los Panaderos

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