Cofradias

El renacer del tisú

  • El taller de Fernández y Enríquez ultima la restauración del popular manto de la Macarena, obra de Rodríguez Ojeda, tras 4 años de trabajos.

Será sin duda la gran novedad de la Semana Santa. La Esperanza Macarena reestrenará en la próxima Madrugada el manto de tisú bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda entre 1929 y 1930. La pieza, última gran obra del genio del bordado para la cofradía, ha recuperado todo el esplendor perdido tras cuatro años de intervención. Han sido fases de restauración. Una primera consistente en un laborioso trabajo de investigación, que ha corrido a cargo del cordobés Rafael de Rueda, diseñador gráfico y creativo publicitario, que ha empleado un año y medio de intensa labor en reconstruir virtualmente, pieza a pieza, esta obra que a lo largo de la historia, y tras las diversas restauraciones, había perdido su diseño original. Y una segunda, que comenzó en el mes de septiembre, y que consiste en la restauración propiamente dicha en el taller de bordado de Fernández y Enríquez en Brenes. En estos días se trabaja a marchas forzadas de cara a Semana Santa. Diario de Sevilla es el primer medio que visita el obrador para mostrar el renacer del manto de tisú.

"El manto estaba mal. Me llaman porque no hay documentación suficiente para reconstruir el dibujo", explica Rafael de Rueda. Era el verano de 2010. Fue Antonio Mañes Manaute quien lo localiza de parte de la Macarena. Se habían conocido en un trabajo anterior con el manto de la Virgen de las Lágrimas de Santa Catalina y era la persona idónea para acometer este nuevo reto. De Rueda trabajaba entonces en el manto de la Virgen del Desconsuelo de Jerez, una pieza que perteneció a la Virgen de la Amargura. "Me llegaron prácticamente a la vez. Primero hice el de Jerez porque tenían un aniversario y corría más prisa". Era la primera vez que se enfrentaba a un manto de Rodríguez Ojeda y supuso todo un reto. "Se puede decir que fue como un cursillo de un año para enfrentarme al manto de tisú. Me sirvió de guía, aunque el de Jerez es una obra de su primera etapa, del arranque del regionalismo. Todavía es medio romántico, pero sí pude ver la estructura o las guías que empleaba Ojeda, por ejemplo".

El manto presentaba importantes problemas. A lo largo de su historia material había perdido su esencia y su estructura. "El dibujo estaba distorsionado. Se había agrandado... la acción de muchos factores había hecho que no se pareciese en nada a lo que fue". La hermandad se puso manos a la obra y le ofreció al diseñador cordobés todo el material que atesoraba, aunque finalmente sólo pudo trabajar con tres fotografías de la época (una de ellas, la que se puede ver junto a estas líneas) para reconstruir el diseño por ordenador. El desafío no era nada sencillo: "Ha sido la tarea más difícil a la que me he enfrentado. Por ejemplo, las dos mitades no eran iguales. El dibujo original no existía y lo que había no estaba bien resuelto".

Había que recuperar los perfiles correctos y una característica propia de Juan Manuel: el equilibrio entre el bordado y los espacios vacíos. "Eso fue lo primero que tuvimos que hacer. Los ejes son muy diferentes en este manto. Crea un bordado que sigue el agua del pollero. Luego hace una serie de radiales que se enlazan con una especie de tela de araña. Una vez hecho eso, lo demás es decoración para ir cubriendo los huecos, pero todo está muy equilibrado. Muy bien solucionado. El resultado es un tapiz armónico. La proporción es perfecta". Una vez conseguido el dibujo original, comenzó en el obrador el trabajo sobre la pieza. No ha habido que hacer muchos bordados nuevos, aunque sí se han creado piezas que estaban en el original pero se habían perdido: "Las piezas sí son las que era. Y también se ha sido muy fiel en cuanto a técnica y a los materiales que se han empleado".

La hermandad también ha puesto mucho empeño en que el soporte de tisú fuera exactamente el mismo que utilizó Rodríguez Ojeda en 1930. Aunque el tono que tenía se aproximaba al primitivo, debajo de algunos bordados aún quedaban muestras para poder encargar uno que fuera exacto al original. "El verde era algo distinto". Se enviaron a analizar muestras de tejido para comprobar la composición, la calidad del oro y los quilates que tenía. Finalmente, la empresa valenciana Garin dio con la fórmula correcta. "Se descartaron varias pruebas hasta que el tisú que se consiguió era idéntico al que usó Juan Manuel". Un hermano, Pepe Espadero, ha sido el encargado de realizar a mano con encaje de bolillos la blonda de oro perimetral.

En el obrador doce mujeres se afanan en terminar la pieza. Uno de los responsables, Fernando Enríquez, explica la singularidad del manto. "Está muy bien ejecutado, tanto en la composición del diseño, como en su armonía o en la compensación de los espacios. Son tres las características que lo podría definir: la técnica empleada, el diseño y la riqueza de los bordados".

Las personas que han estado implicadas en la restauración, ya sea en la comisión de la hermandad, en la recuperación del diseño, o en las tareas de bordado, aseguran que es la más importante y de mayor envergadura que se ha hecho en Sevilla en los últimos tiempos. Una recuperación histórica que ha devuelto todo el esplendor a una pieza única. "Va a sorprender, sin duda. El manto que viene es lo más parecido a lo que fue, con seguridad". La próxima Madrugada lo lucirá la Esperanza por las calles de Sevilla.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios