Vamos a hacer una cosa, cada vez que hable de un cómic de Corto Maltés, les voy a decir que es el mejor de la serie. Y no les estaría mintiendo, porque el mejor tebeo de Corto Maltés, seguramente sea el que se tiene justo entre las manos. Y es que cada trabajo de Hugo Pratt con el marinero de Malta es tan absorbente y formidable que cuesta trabajo pensar en otra cosa mientras uno lo lee. Nada más cierto en el caso de Corto Maltés en Siberia, porque realmente es uno de los álbumes más complejos del conjunto, con su retrato del proceso revolucionario y la apasionante dinámica entre el protagonista y el malvado Rasputín, tras la pista de un tren cargado de oro. O sea, el mejor volumen de la serie, o en eso habíamos quedado.