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Comunicación

Entre el apagón y el alejamiento social

F.A. Gallardo

España se desarrollaba política y económicamente, pero el medio de comunicación más masivo, la televisión, parecía ir a rastras, con una cadena pública en monopolio controlada en lo ideológico y limitada en su creación, acotada así desde su fundación en 1956. A principios de los 80 surgieron los dos primeros canales autonómicos, el vasco ETB y el catalán TV3: la pantalla, a falta de licencias privadas, parecía abrirse así a un arco iris que tres decenios después se ha convertido en un caos económico por sobreabundancia de oferta, y resultado algo decepcionante, mientras mengua la tarta publicitaria.

Las comunidades autónomas iniciaron una carrera por igualarse con Euskadi, Cataluña y Galicia, territorios en los que la cadena regional venía a cubrir una necesidad de difusión de la respectiva lengua autonómica, y en realidad todos los políticos soñaban con controlar una TVE en pequeñito. El 28 de febrero de 1989 nacía Canal Sur, la primera autonómica en castellano y que durante años fue la cadena regional más vista. Pero eso eran otros tiempos menos fragmentados, sin TDT.

Los escuálidos índices de audiencia de las once autonómicas públicas vienen a instalarlas definitivamente en la picota. En 2011 ya se adelantaron medidas de recortes y reconversiones que planean en estos canales para el presente año.

Las cadenas englobadas en el organismo federal FORTA nacieron con aires de grandeza, con infraestructuras propias del concepto de televisión en los 80, cuando no había competencia privada y las plantillas parecían siempre necesitar más personal. Las autonómicas jugaban a ser TVE y, en el fragor de la entrada de las cadenas comerciales, a plantar cara a las propias privadas con el arma del entretenimiento masivo. De la FORTA surgió el formato valenciano Tómbola, en 1997, madre de todas las tertulias del corazón, y los concursos, telenovelas o películas de estreno han ocupado con profusión excesiva  el lugar destinado al servicio público (contenidos que en buena parte no pueden aspirar a concitar mayorías en la audiencia).

Los contenidos de entretenimiento más propios de las cadenas comerciales siguen ocupando la parrilla de Canal Sur que apenas rebasa actualmente el 10,5% de la audiencia andaluza, unas décimas sobre la media de la Forta, que ha pasado del 17,4% de cuota media que lució en 1997 al 10,4% de 2011. Canal Sur, por su parte, ha pasado del 19,8% que lució en febrero de 2006, su cifra más alta desde el inicio de las emisiones de la TDT,  al 10,5% del mes de noviembre de 2011, año y medio después del apagón analógico y frente a la treintena de canales que ocupan la franja en abierto. Canal Sur 2, la cadena especializada en temas culturales y de divulgación, además de programación infantil, ha pasado del 4,4% al punto y medio de cuota.

Todos esos espectadores andaluces que han desertado en estos años de aumento de la oferta se han dirigido a las series y programas de entretenimiento de la competencia privada. La dirección de la RTVA, con Pablo Carrasco al frente, ha optado por asegurar la audiencia más fiel, la de mayores de 65 años, la de seguimiento más seguro, pese al riesgo de  perder el resto de segmentos. El magacín matinal, las telenovelas de sobremesa, La tarde aquí y ahora, buena parte de los contenidos de Andalucía directo, y espacios estelares como el diario Arrayán, Se llama copla, Menuda noche o Qué buen puntito buscan reforzar su nexo con los jubilados, asegurar esa audiencia por encima del 10%. 

La actual dirección de la RTVA no ha estado afortunada en la elaboración de la parrilla en estos años, sin relevos interesantes en la programación, a lo que ha ido sumando el descenso de presupuesto (recibió unas subvención de 180,8 millones en 2009 y en 2012 deberá asumir 122 millones) y el aumento de la competencia.

En octubre de 2008, el último de la gestión del director general Rafael Camacho, Canal Sur anotaba un 17% de share mensual, líder en Andalucía, cifra que ha ido perdiendo hasta superar el 30% en descenso de espectadores. Con el apagón analógico el canal Antena 3 perdió sobre el 17%; Telecinco  (la cadena más vista en Andalucía en 2011, liderando excepto en verano), ha perdido un 14%; y La 1, sobre el 12%. Sus canales temáticos han venido a suplir, a compensar, ese descenso de espectadores en sus canales principales. No así Canal Sur, con una programación desgastada, las ideas limitadas y un público incondicional  envejecido. Canal Sur, de ser la cadena autonómica más vista, ocupa el cuarto lugar tras la catalana, (terminó 2011 en torno al 14% de cuota), la gallega y la aragonesa. Entre las dos cadenas públicas andaluzas no suma un 12%, una cifra que debe replantear el destino y futuro de la RTVA.

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