Copa del Rey

DEL 'OKUPA' OLIVER AL DILIGENTE BOSCH

  • El ascenso no puede esconder la gravosa factura del navarro ni el fallecimiento de Porrúa

lAunqueen el ámbito deportivo sí se intuía que la transformación iba a ser positiva, al dejar ir a futbolistas de vuelta ya en el Betis y firmar a otros con el compromiso y la ambición por bandera, en el espacio institucional la temporada dio comienzo con negros nubarrones sobre la perpendicular de La Palmera. Manuel Ruiz de Lopera, inmerso en un arduo proceso judicial por presunta apropiación indebida de fondos económicos del Betis, vendió su paquete mayoritario de acciones a Luis Oliver, hombre de dudosísima reputación, faceta que, por supuesto, consolidó e incluso agrandó durante su efímera pero devastadora permanencia en el club.

A las cinco y media de la tarde del 7 de julio de 2010, el afamado hombre de la calle Jabugo y el empresario y, a la vez, parado navarro ofrecieron su particular versión del chupinazo en las oficinas de Heliópolis. El precio del 51,34% de las acciones del Betis fue fijado en 16 millones de euros, de los que, supuestamente, Oliver y la caterva que lo rodeó en todo momento habían depositado ya 2,5 millones.

Luego se supo que incluso Lopera había pignorado esas acciones como garantía de pago, es decir, que iban a regresar a su poder tarde o temprano. También se conoció multitud de trapicheos de mayor o menor calado.

Pero la Justicia siguió su curso. Y la juez Mercedes Alaya, siempre implacable, designó el 3 de agosto a tres administradores judiciales, Juan Manuel Gómez Porrúa, Rafael Gordillo y Luis Huidobro, quienes nada pudieron hacer hasta que otro juez, en este caso de lo Mercantil, convocó la célebre asamblea del último 13 de diciembre, a la que el eficiente y admirado Porrúa no llegó debido a su fallecimiento el 1 de noviembre por un infarto cardíaco. Fue entonces cuando emergió la figura de su sustituto, José Antonio Bosch, vicepresidente actual y hombre fuerte del club, quien continuó la labor emprendida por aquél con idéntica diligencia.

En ese ínterin, Oliver hizo de las suyas en el club con la connivencia de quienes habían caminado a la sombra de Lopera. Pepe León y Jaime Rodríguez-Sacristán se prestaron a poner firma como presidentes de la sociedad anónima a los despropósitos y fullerías del okupa Oliver. Bosch llegó a decir en una de sus múltiples alocuciones que el Betis perdió 9 millones de euros en los cinco meses de mandato de Oliver. Una factura de la que el club tratará de recuperarse ahora que ha regresado a Primera División.

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