Copa del Rey

"La ansiedad es mala amiga en los partidos importantes"

  • Antonio Álvarez afronta toda una final tras sólo dos meses como técnico, pero fue la mano derecha de Juande en la época de los cinco títulos y sabe el terreno que pisa. Cree que los jugadores que ya fueron campeones sabrán guiar a los inexpertos.

TIENE una idiosincrasia muy de aquí, es el primero que se pone a bailar por sevillanas en una caseta si toca algo que celebrar en la Feria. Fue jugador de los buenos de verdad, con una fina pierna izquierda. Ahora es su mano izquierda en el trato con los jugadores la que le abre paso como técnico. "Jamás voy a dejar de bromear con los jugadores", admite este marchenero de 55 años que está convencido de que "jugando bien" es más fácil ganar.

-Seguro que soñó más de una vez con un partido como el del Camp Nou.

-Como jugador, muchas veces. Estuvimos a punto de jugarla dos veces, llegamos a semifinales. Como segundo, afortunadamente, viví varios buenos momentos, pero como primero cambia todo, el sentir, la ilusión... Hace dos meses no se me pasaba por la cabeza y ha sido un regalo.

-Ya como técnico, ¿cuántas veces se le ha pasado por la cabeza la final?

-No muchas, desde que asumí el cargo he ido disfrutando partido a partido, fiel a lo que he estado pregonando. Sólo he pensado en el siguiente partido. He disfrutado bastante hasta ahora.

-Quizá es fundamental, vista la presión a la que ha estado sometida la plantilla, inculcarle la idea esa del disfrute, ¿no?

-Disfrutar jugando un partido de fútbol es complicado, porque te estás jugando muchísimo. La palabra disfrutar no encaja muy bien, puede ser hasta frívola. Pocas veces se disfruta, sólo cuando ganas holgadamente. Disfrutas después de los partidos si has hecho un buen trabajo y las cosas han salido bien. Yo, sobre el césped, he disfrutado poco.

-Y en las finales menos, ¿no? Usted ya lo vivió como segundo técnico.

-Te estás jugando un título a un solo partido... Es la culminación de un trabajo y la responsabilidad pesa. Hay equipos que manejan mejor que otros esa presión y eso hace que se decante a tu favor o no.

-A estas alturas, ¿cuentan más las piernas que la cabeza?

-Pesa todo. La cabeza, porque has tenido 50 partidos para machacarte psicológicamente, y qué decir de las piernas, rodando desde julio hasta mayo. El cuerpo se resiente. Hemos tratado, desde que llegué, de subir un poco el tono físico, que el jugador tenga más chispa, y también hablamos con los jugadores para que descarguen tensiones, haciendo los entrenamientos amenos, más lúdicos pero al mismo tiempo competitivos. El equipo ha subido el nivel físico y mental.

-Hace cinco años, el Sevilla hubiera llegado al Camp Nou de pardillo, frotándose los ojos. Pero todo ha cambiado con ese bagaje de finales y partidos al más alto nivel, ¿no cree?

-Eso siempre es importante, tener a jugadores que hayan jugado finales, que jueguen Champions... esa experiencia te sirve para manejar la ansiedad de otros compañeros que no lo han vivido. La ansiedad es mala amiga en los partidos importantes.

-¿En qué se nota la experiencia a la hora de jugar finales?

-No son detalles, es algo global. Tener a alguien que pare un poco el partido, o al contrario, tener en el campo a dos o tres que tiren de los demás para ir hacia arriba, porque la voz del entrenador prácticamente no llega a los jugadores durante un partido. Hay que tener a esos jugadores en el campo.

-¿Es mejor que el Atleti haya ganado la final de la Liga Europa, por aquello de saciar el hambre?

-Todo tiene una doble lectura. Yo creo mucho en las dinámicas ganadoras, aunque está la otra corriente de opinión, la que dice que si hubieran perdido la final sería peor para nosotros porque el Atlético no se puede quedar en blanco y apretarían más. Hay opiniones para todos los gustos. Ellos ganaron, enhorabuena y punto.

-Vería la final del Atlético ante el Fulham con un talante muy analítico...

-La vi en casa relajado, pero al mismo tiempo analítico hasta donde pude serlo. Se enfrentaron a un equipo muy diferente al Sevilla, luego sacas tus conclusiones sobre cómo está el Atleti pero no es una guía definitiva. Y no hay dos partidos iguales.

-Quique ha puesto su sello en el grupo, ¿en qué ha mejorado al Atleti?

-En muchas cosas. En la pegada había poco que mejorar, ya la tenía, pero ha encontrado el equilibrio entre el ataque y la defensa. Antes hacía tres goles, pero también se los hacían, ya no.

-En ese sentido, parecen otro equipo con Tiago...

-Han encontrado al jugador que le ha dado el equilibrio que le faltaba.

-¿La conexión Kun-Forlán le da más miedo que las llegadas desde atrás de gente como Reyes?

-Miedo no le tengo a nada en fútbol, preocupación sí. No vamos a descubrir el peligro de Agüero y Forlán, pero la segunda línea con Simao, Reyes o Jurado es rápida y dinámica. Nosotros tenemos también nuestras armas y el partido estará igualado.

-¿Vaticina un partido de muchas llegadas a las áreas, como se dice?

-Viendo a uno y otro, se supone que se va a llegar mucho arriba, pero a mí no me gustan los partidos abiertos, de ocasiones de uno y otro. Te da sensación de inseguridad. Para el espectador puede resultar vistoso, pero no me gusta. Y no creo que la final sea un partido loco.

-De hecho, la llave de los partidos suele estar en el centro del campo...

-Por ahí es por donde pasa todo, la media es fundamental.

-Por ahí maniobra cada vez más Reyes. Es un pasador extraordinario, ha perdido velocidad, pero genera mucho juego para los demás.

-Ya tenía esas cualidades, me alegro por él de que esté otra vez mejor, porque estuvo unos años perdido. No me sorprende que pase, desborde y tenga tan buena visión. Todo eso lo tenía ahí, aletargado.

-Usted tiene un largo bagaje como segundo técnico, y siempre tuvo mano izquierda con los jugadores para ganarse su confianza. Como técnico es distinto, ¿no? Hay que mantener cierta distancia para que no le pierdan el respeto...

-Ese salto lo he manejado con naturalidad. Todos saben que eres el jefe, y saben hasta dónde pueden llegar conmigo, pero eso no quiere decir que yo deje de bromear con ellos, me ha ido bien así toda mi vida y no veo por qué voy a tener que cambiar. Tengo también la ayuda de Tevenet, que es alguien cercano al futbolista. Mantener mucha distancia con el jugador no es beneficioso para la plantilla. Al trabajar soy exigente como el primero, y al estar relajado, soy como ellos.

-Cuando llegó a ese vestuario, ¿había decaimiento, como se ha dicho?

-Cuando hay una destitución de un entrenador es porque las cosas no van bien, por distintas causas. Los resultados ya no eran favorables y el jugador entra en una dinámica no ganadora, le pesan más los partidos, van perdiendo la confianza... Me topé con esa falta de confianza entre los jugadores cuando tomé las riendas. Había que recuperar la ambición, explotar la dinamita que tenemos arriba.

-En este sentido, se veía que Luis Fabiano estaba muy metido desde que usted llegó. Una lástima, ¿no?

-Desde que llegué, Luis Fabiano ha estado muy implicado. Pero no sólo él, todo el mundo en el vestuario. Luis ha jugado tocado, sin estar a tope físicamente, y ha hecho lo imposible por jugar. Incluso dijo que si hacía falta hablar personalmente con Dunga para estar en la final, que lo haría, pero no ha podido ser.

-¿Le preocupan las bajas atrás?

-Me preocupan lo mínimo. Los que no pueden jugar no pueden jugar, hay que preocuparse de los que pueden jugar.

-¿La clasificación para la Liga de Campeones es el mejor estímulo?

-Cuando tienes una dinámica ganadora, al partido siguiente apenas hace falta motivar a la gente, vienes con esa inercia y te haces fuerte para ganar el siguiente. Meternos en Champions nos ha soltado de esa tensión arrastrada durante toda la temporada.

-¿Su referente en el plano técnico es aquel Sevilla pentacampeón?

-A mí siempre me ha gustado la apuesta por jugar bien, jugando bien tienes más posibilidades de ganar que no jugando bien. Aquella plantilla estaba compensadísima, había cogido además una inercia de buen juego, una dinámica ganadora, y llegar a esos niveles es complicado porque vamos cambiando jugadores. Pero seguimos teniendo buenos jugadores para hacer buen fútbol, y mi apuesta sigue siendo ésa. Un técnico no se puede cerrar en banda y jugar de una manera si no se puede por las características de la plantilla.

-Con Champions y la posible Copa se sentirá legitimado para seguir al frente del equipo, ¿no?

-Me encuentro capacitado; si no, no estaría aquí, pero esa decisión no me incumbe a mí. Lo importante es que tú confíes en una persona por su forma de trabajar, luego se consiguen los objetivos o te quedas en puertas, pero lo importante es esa confianza. Con mi filosofía me ha ido bien en la vida y no me he preocupado mucho lo que pueda pasar en un mes o dos meses.

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