Apartando la mirada de la década de los 50 y 60 en la que el mítico Manuel Ruiz Sosa se enfundó en dos etapas la elástica sevillista, primero, y en dos campañas la atlética, después, más de dos decenas de jugadores han compartido en los últimos 30 años colores, sentimientos y realidades con los clubes de Nervión y el Manzanares. Muchos no pasaron de un papel secundario en ambos templos, y pocos dejaron huella en aficiones tan exigentes.

para el recuerdo

Llegaron, vieron y vencieron. Futbolistas de la talla de Simeone, Pablo Alfaro, José Mari o, más recientemente, Reyes quedarán para el recuerdo en la memoria de los aficionados del Sánchez-Pizjuán y el Calderón. Por ejemplo, marcó una época y un grito de guerra en Sevilla ("Pablo Alfaro, es nuestro líder") el gran capitán. Cinco temporadas dieron tiempo para que el maño calara hondo en los corazones del sevillismo. Sin embargo, no cuajó en el Atlético, donde su única campaña la pasó casi en el anonimato.

Simeone, con más presencias como rojiblanco que como blanquirrojo, resultó decisivo en su papel como sevillista a principios de los 90. Tanto de lo mismo le ocurriría a José Mari, que dio el salto al primer equipo de Nervión tras una excelente campaña en el filial y que sólo permaneció una temporada en la primera plantilla. Después, el Atlético puso los ojos en él y el delantero sevillano respondió con goles en las cuatro campañas que ejerció como colchonero.

Destacados en menor medida, pero de incuestionable relevancia en la historia de ambos, figuran futbolistas como Patxi Ferreira, Hibic, Juanito, Moya, Salva, Velasco o Quevedo, que verán el choque con la sístole gritando ¡Atleti!, y la diástole ¡Sevilla!.

Hay que citar que algunos de los que pasaron por el césped del Ramón Sánchez-Pizjuán haciendo de locales tuvieron pasado rojiblanco, aunque siempre sin llegar a debutar en el primer equipo, tales como Casquero, Quique Estebaranz, Míchel, Arteaga o Luque.