Copa del Rey

¿De qué juega Emana? De Emana

  • Mel metió en el canasto al camerunés y éste respondió con su fútbol desbordante

EN el fútbol siempre hay rebeldes sin causa. Con sus propios códigos, que esquivan a la ortodoxia y los corsés con la misma soltura que regatean a los contrarios. Desde Best a Schuster, desde Garrincha a Gascoigne. Y Emana, salvando las distancias, pertenece a esa estirpe. El africano no debe ser muy amigo de los fríos datos. Él es más de sensaciones, de latidos, de sangre caliente, de impulsos tan extravagantes como su ropa: ha convocado en Facebook un concurso de ideas para ver cómo se tiñe el pelo en la celebración. Pero la estadística, a veces, enriquece las actitudes: el africano ha jugado debido a las lesiones 25 partidos, y en ellos ha marcado 13 goles. Quiere ello decir que asegura 0,5 goles por partido, una cifra muy apreciable para la demarcación que ocupa. ¿Y qué demarcación ocupa? Emana juega... de Emana. Es un medio con alma de delantero.

Cuando ha estado implicado y a gusto, ha marcado las diferencias. Para el recuerdo quedan, por ejemplo, sus desbordantes actuaciones en Salamanca (0-3), o ante el Cartagena (5-0). Otras veces saltó a la hierba como Curro saltaba al albero cuando el toro no le terminaba de hacer gracia. Y ha sido una máquina de perder balones. Mel, tan competente en la pizarra como en el manejo de los egos en el vestuario, ha sabido meterlo en el canasto: le ha prometido que, este verano, él no le va a cerrar las puertas a un posible traspaso.

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