El sindicato CSI-F continúa su calendario de movilizaciones contra los recortes. En esta ocasión, más de 200 personas entre delegados de la Central Sindical y trabajadores de la Junta de Andalucía se concentraron ayer durante media hora frente a la Delegación del Gobierno para protestar por el plan de ajuste que supondrá una nueva reducción de los sueldos de los empleados públicos.

Bajo el lema "Por desproporcionadas, arbitrarias e injustas, rotundamente no", los manifestantes culparon a la Junta "del derroche de fondos públicos, del descontrol en los gastos, del sobredimensionamiento de la Administración paralela, del aumento desorbitado del personal de confianza y del saqueo de los ERE falsos". Rafael Gavilán, portavoz de CSI-F, apuntó que "días antes de anunciar el nuevo "tijeretazo" a los empleados públicos, la Junta aprobó dos subvenciones a sus sindicatos amigos por valor de 14 millones de euros cada una", lo que demuestra, según Gavilán, "que se sigue recortando a los trabajadores para mantener el aparato de la Administración y sus 25.000 enchufados".

En la protesta se pudieron leer carteles que aludían directamente al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y al vicepresidente, Diego Valderas, como responsables directos del tijeretazo "traicionando" a los empleados públicos.

CSIF-A ha solicitado que se reduzcan "las remuneraciones de los parlamentarios, de los altos cargos y del personal de confianza de los entes instrumentales de la Junta, así como controlar las partidas que van destinadas a la sobredimensionada administración paralela". El sindicato entiende que "hay que saber controlar, pero sin dañar siempre a los mismos y sin pisar los derechos de los empleados públicos", concluyó su portavoz.