Síndrome expresivo 38

Siglas, acrónimos y abreviaturas: ¡Palabro a la vista!

OMG (oh, my God!, ¡oh, Dios mío!)

OMG (oh, my God!, ¡oh, Dios mío!) / Pixabay

Un rasgo moderno en el proceso evolutivo de la lengua española es la proliferación en el mundo digital y administrativo de textos plagados de siglas, acrónimos y abreviaturas. Parece como si la moda de fusionar iniciales y mutilar palabras haya causado furor entre los doctos usuarios de tales dominios. Como botón de muestra, el laberinto expresivo siguiente:

"BTW (By the way, por cierto), el pasado jueves o TBT (Throw Back Thursday, jueves de antaño) iba en el autobús y me topé con un nini (ni estudia, ni se le espera) molesto con un flamer (individuo que insulta en las redes sociales, es decir, un hater de toda la vida) que lo había baneado (expulsado) de un foro de BFF (best friends forever). En un momento dado, el individuo caminó por el pasillo con su flow característico (supuesto estilo moderno y juvenil en el movimiento) en busca de un asiento libre. LOL (laughing out lout, risa a carcajadas) fue la expresión en la cara aún picada por el acné. A su lado, una abuela con cierto aire creepy (persona extraña) intentaba conversar con el joven nerd (un empollón con cero habilidad social). Pero, WTF (What the fuck o en cristiano "¡Qué carajo me pasa!"). OMG (oh, my God!, ¡oh, Dios mío!)".

Disculpa, querido lector, por estos ataques ocasionales de modernidad lingüística, caracterizados por la mezcla continua de siglas y acrónimos de origen extranjero. Por este motivo, he querido detenerme en este síndrome expresivo del siglo XXI, cada vez más extendido entre los adictos a las redes sociales. A veces, uno intenta disimular su condición de hablante carca y retrógrado y, para ello, imita usos expresivos propios de un simpático yutubero. Como han podido comprobar, el resultado puede valorarse como ridículo y disparatado. ADV (asco de vida).

La fortaleza y creatividad de una lengua siempre ha brotado de la capacidad de crear nuevos términos a partir de la combinación de lexemas y morfemas derivativos (prefijos y sufijos). Sin embargo, durante las dos primeras décadas del siglo actual han florecido mecanismos de formación de palabras hasta ahora casi marginales en el desarrollo del léxico: siglas, acrónimos y abreviaturas. Según la RAE, sigla es un "signo lingüístico formado generalmente con las letras iniciales de cada uno de los términos", mientras que el acrónimo es "aquel tipo de sigla que puede leerse sílaba a sílaba".

De nuevo, denunciamos una concepción errónea del correcto dominio de nuestro más valioso sistema de comunicación. En este punto, debe quedar claro que nadie se opone a la vitalidad de la aparición de nuevas palabras, nacidas de la lógica evolución de la existencia. Sin embargo, todo tiene un límite, bro. Lo que no parece muy normal es que un trabajador en ERE o ERTE deba consultar cada día el BOE o el BOJA para poder registrar su solicitud en el SEPE, siempre y cuando domine las NN. TT. (Ojo: aquí se duplican los elementos para indicar el plural de una abreviatura, no de una sigla). ¡Vaya lío, don Latino!

¿Se puede superar?

Como hemos podido comprobar, monumental es la confusión entre los redactores sobre el uso correcto de estos mecanismos de formación de palabras. Varios consejos breves:

  1. Las siglas se escriben sin punto y deben estar acompañadas de su desarrollo, si consideramos que puede existir riesgo de incomprensión. Además, el plural de las siglas se marca a través del determinante y nunca con la terminación "s". Por ejemplo, "El COF (centro de orientación familiar) atiende a las familias con hijos menores". "Las ONG han logrado llegar a un mayor número de familias".
  2.  Los acrónimos se escriben, como norma general, en mayúsculas (por ejemplo: "RAE"). No obstante, aquellos acrónimos ya aceptados como nombres comunes ("sida, pyme") y aquellos nombres propios de cinco o más letras pueden escribirse en minúscula, llevar tilde, y siguen las normas regulares del plural. En este último caso, la letra inicial irá en mayúscula. Por ejemplo, "Láser, Unesco, Fundéu, Mapfre".
  3. "EE.UU., RR. CC., AA. VV." es el plural de abreviaturas y no de siglas. La clave es el punto al final de cada elemento desdoblado.
  4. Las siglas internacionales es conveniente traducirlas. Por ejemplo: "OTAN" en lugar de "NATO".

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